Lula gana la batalla del Ej¨¦rcito y patina en la econom¨ªa
El gran teste ser¨¢ ver si ahora que Bolsonaro ha regresado de su exilio voluntario, la preocupaci¨®n de Lula ser¨¢n los enfrentamientos personales con ¨¦l o la b¨²squeda de una receta para recomponer a un pa¨ªs desgarrado
Han pasado en Brasil los tres primeros meses del gobierno Lula considerados de gracia para todos los nuevos gobernantes y empiezan a hacerse los primeros balances a trav¨¦s de sondeos nacionales.
Que Lula llegara al poder por tercera vez en uno de los momentos m¨¢s graves de Brasil, tras los cuatro a?os de ...
Han pasado en Brasil los tres primeros meses del gobierno Lula considerados de gracia para todos los nuevos gobernantes y empiezan a hacerse los primeros balances a trav¨¦s de sondeos nacionales.
Que Lula llegara al poder por tercera vez en uno de los momentos m¨¢s graves de Brasil, tras los cuatro a?os de desastre nacional del gobierno de extrema derecha fascista de Bolsonaro, fue visto, dentro y fuera de las fronteras, como un alivio democr¨¢tico.
Que no fueron f¨¢ciles los exordios del nuevo Gobierno Lula lo revel¨® el hecho que a la semana de haber tomado posesi¨®n del cargo, tuvo lugar, con el presidente derrotado huido del pa¨ªs, un ensayo del golpe de Estado con los ataques brutales a las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia: el Congreso, el Supremo y la sede del Gobierno.
En aquel momento de incertidumbre y preocupaci¨®n pol¨ªtica, en el que Brasil se jugaba de nuevo su estado democr¨¢tico, Lula se mantuvo con la cabeza fr¨ªa. Su apuesta era crucial. ?Qu¨¦ hacer? ?Hasta qu¨¦ punto las Fuerzas Armadas, tan mimadas por Bolsonaro, segu¨ªan al lado del l¨ªder derrotado?
Lula no lo pens¨® dos veces. Con su instinto pol¨ªtico sobretodo en los momentos de crisis dio un ¨®rdago pol¨ªtico: destituy¨® al comandante del Ej¨¦rcito y coloc¨® en su lugar a un personaje singular. No a uno de los pocos militares no golpistas y poco simpatizante de Bolsonaro. Al rev¨¦s, eligi¨® en 24 horas al General Tom¨¢s Miguel Ribeiro Paiva, conocido por sus buenas relaciones con el expresidente Bolsonaro y hombre de derechas.
?Por qu¨¦ lo eligi¨® a ¨¦l visto por sus colegas como un claro conservador? Quiz¨¢s por ello, pero sobretodo porque el general durante la dram¨¢tica discusi¨®n sobre si las elecciones en las que Bolsonaro fue derrotado hab¨ªan sido o no leg¨ªtimas como hizo la mayor¨ªa del Ej¨¦rcito, Paiva fue tajante en un video que acab¨® chocando a la mayor¨ªa de los suyos fieles a Bolsonaro en el que defendi¨® ¡°el respeto al resultado de las urnas¡±.
En una reciente entrevista al diario O Globo, el nuevo comandante del Ej¨¦rcito explic¨® por qu¨¦ a pesar de ser visto como un conservador, nada cercano a la izquierda y viejo amigo de Bolsonaro, hab¨ªa aceptado hacer parte del nuevo gobierno de Lula. ¡°Mi objetivo es separar la pol¨ªtica del Ej¨¦rcito. Somos profesionales y tenemos que centrarnos en nuestro trabajo¡±, explic¨®.
Que la intuici¨®n de Lula al escoger al nuevo comandante del Ej¨¦rcito a un conservador, pero legalista, fue un acierto, lo ha confirmado el general Francisco Umberto Montenegro que ha recordado que el nuevo jefe de las Fuerzas Armadas, aunque declarado conservador, ¡°siempre entendi¨® que el Ej¨¦rcito debe ajustar su conducta como instituci¨®n del Estado, apol¨ªtica y apartidaria¡±. Justo lo contrario a lo que pensaba su viejo amigo Bolsonaro.
Pero si Lula ha acertado de lleno en resolver uno de los problemas m¨¢s graves que se le presentaban en su nuevo gobierno, como lo era la de unas Fuerzas Armadas masivamente bolsonaristas con una presencia de m¨¢s de 6.000 militares en las estructuras del Gobierno y del Estado, no le est¨¢ siendo tan f¨¢cil hacer milagros en la recuperaci¨®n de la pol¨ªtica inflacionaria que castiga a millones de brasile?os.
Seg¨²n el ¨²ltimo sondeo de Datafolha, el pesimismo con la econom¨ªa del nuevo gobierno ha empeorado seg¨²n uno de cada cuatro de los que le votaron hace solo tres meses. Y en la media general, el 51% consideran que el nuevo gobierno ha hecho menos de lo que se esperaba en la recuperaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Y junto a la constataci¨®n del dicho ¡°es la econom¨ªa, idiota¡±, lo que en este momento preocupa a Lula es que su lucha contra el Banco Central y sus altos ¨ªndices de inter¨¦s est¨¢n oscureciendo los resultados en un tema crucial para Brasil como lo es el de la inflaci¨®n por las nubes que castiga a los m¨¢s pobres.
Junto a la dificultad del arranque de una pol¨ªtica que frene la inflaci¨®n y relance el consumo, a Lula le est¨¢ dificultando su car¨¢cter fogoso y sus afirmaciones a destiempo contra sus adversarios, que aparecen contradictorios de cuando se presentaba en su nuevo y tercer gobierno con el coraz¨®n puesto en la pacificaci¨®n de un pa¨ªs rasgado en dos, casi en guerra civil, cuajado de odios y resentimientos forjados por el desastroso y violento gobierno Bolsonaro.
En materias delicadas e importantes como la defensa de la Amazonia, el apoyo a la causa feminista, la lucha contra el racismo, las pol¨ªticas sociales y la recuperaci¨®n de la maltrecha pol¨ªtica exterior, Lula ha dado en estos tres primeros meses de gobierno nuevas esperanzas de vuelta a los valores democr¨¢ticos. Est¨¢ siendo, sin embargo, menos halagador su promesa de ¡°pacificar¡± a los dos brasiles enfrentados, o como ¨¦l promet¨ªa, a que el pa¨ªs ¡°pudiera volver a sonre¨ªr¡±.
El gran teste ser¨¢ ver si ahora que Bolsonaro ha regresado de su exilio voluntario, la preocupaci¨®n de Lula ser¨¢n los enfrentamientos personales con ¨¦l, dando pasto al bolsonarismo radical que ama la guerra, o si lo ser¨¢ m¨¢s bien la b¨²squeda material y espiritual de una receta para recomponer a un pa¨ªs desgarrado, dolorido y empobrecido.