Mediaci¨®n, liderazgo y altura de miras
La mediaci¨®n se ha revelado como un instrumento sumamente eficaz en diferentes ¨¢mbitos
Hace un par de semanas ha tenido lugar la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se ha celebrado en Santo Domingo. En la Cumbre se reunieron representantes de 22 pa¨ªses, tanto de Am¨¦rica Latina como de Europa. Durante la misma, se alcanzaron tres acuerdos fundamentales entre las delegaciones presentes, como fueron la Carta de Derechos Digitales, la Carta Medioambiental y la Estrategia de Seguridad Alimentaria y, s...
Hace un par de semanas ha tenido lugar la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se ha celebrado en Santo Domingo. En la Cumbre se reunieron representantes de 22 pa¨ªses, tanto de Am¨¦rica Latina como de Europa. Durante la misma, se alcanzaron tres acuerdos fundamentales entre las delegaciones presentes, como fueron la Carta de Derechos Digitales, la Carta Medioambiental y la Estrategia de Seguridad Alimentaria y, sin embargo, no se alcanz¨® un consenso sobre otros temas como el problema migratorio o la condena com¨²n a la guerra en Ucrania, pese al intento de algunas delegaciones por alcanzarlo.
Este a?o tambi¨¦n se ech¨® en falta una referencia al uso e importancia de la mediaci¨®n. Y es que, la mediaci¨®n, como instituci¨®n por la que un tercero independiente coadyuva a que dos partes enfrentadas alcancen un acuerdo, se ha revelado como un instrumento sumamente eficaz en diferentes ¨¢mbitos y, por ello, la posibilidad real de aplicarla a un conflicto b¨¦lico entre naciones debe ser impulsada y apoyada por terceros pa¨ªses y l¨ªderes internacionales.
Hay fuentes hist¨®ricas que reflejan el uso de la mediaci¨®n desde la antigua Mesopotamia, donde un gobernador sumerio evit¨® una guerra por una disputa de territorios o en la China de los Cinco Emperadores (3076-2029 a.C), en la que el emperador Shun se traslad¨® a vivir a la zona del lago Lei para ayudar a los agricultores a solucionar los conflictos que ten¨ªan por el uso de las tierras y la pesca de esa zona. Por tanto, es posible afirmar que la voluntad de alcanzar acuerdos entre las partes con la intervenci¨®n de un tercero forma parte de la historia mundial. As¨ª, se ha ido configurando la mediaci¨®n como una instituci¨®n esencial para la soluci¨®n de conflictos que ha ido perfeccion¨¢ndose muy unida en el ¨¢mbito internacional a la propia diplomacia.
De este modo, tras la Segunda Guerra Mundial y la creaci¨®n de las Naciones Unidas, se establecieron las bases para el mantenimiento de la paz y seguridad internacional recogidas en el cap¨ªtulo VI de la Carta de las Naciones Unidas que lleva la r¨²brica de Arreglo pac¨ªfico de controversias,donde se contempla expresamente la mediaci¨®n como medio de soluci¨®n de conflictos. Centr¨¢ndonos en el plano internacional, los conflictos y disputas interestatales e internas han sido una constante en nuestra propia evoluci¨®n como sociedad. Y es que, los conflictos presentan or¨ªgenes y causas muy diversas, ya que pueden englobar motivos ideol¨®gicos, pol¨ªticos, religiosos, culturales o econ¨®micos. En cualquier caso, el resultado de este tipo de confrontaciones siempre es parecido al dejar un rastro de horror, fr¨ªo, desolaci¨®n, destrucci¨®n y pobreza.
La experiencia indica que las caracter¨ªsticas de los conflictos indicen directamente en la estrategia y en el modo de llevar a cabo la mediaci¨®n. No es lo mismo, mediar en un conflicto sobre el uso de unas aguas territoriales discutidas, que conseguir mediar en un conflicto b¨¦lico en el que las posiciones enfrentadas y la tensi¨®n se han trasladado en el territorio con una batalla real, como sucede en la brutal guerra iniciada tras la ocupaci¨®n rusa de parte del territorio Ucrania. No solo la capacidad y preparaci¨®n del mediador resultan esenciales, sino que tambi¨¦n deber¨¢ atenderse al propio perfil del mediador ya que influir¨¢ su prestigio, su aceptaci¨®n por las partes o el conocimiento que tenga del entorno local donde radique el conflicto, factores todos ellos esenciales para poder guiar y ayudar a las partes a acercar sus posturas y alcanzar un acuerdo.
Se debe recordar que la aceptaci¨®n del mediador por las partes es un elemento intr¨ªnseco al ¨¦xito de la propia mediaci¨®n, ya que su funci¨®n no es imponer soluciones a las partes, sino favorecer las v¨ªas de comunicaci¨®n y entendimiento necesarias para la b¨²squeda de un objetivo com¨²n, esto es, el acuerdo. Basta con mirar al pasado m¨¢s reciente y comprobar la existencia de diferentes conflictos internacionales que han derivado en declaraciones de guerra e intervenciones militares. Si bien no podemos retroceder en el tiempo y evitar conflictos como los de los Balcanes, Siria, Yemen, etc., s¨ª que podemos hacer el ejercicio de imaginar qu¨¦ hubiera ocurrido si se hubiera mediado en ellos a tiempo.
De este modo, podr¨ªan haberse escrito cr¨®nicas muy distintas si se hubiera logrado reunir a las partes con la posibilidad real de exponer sus diferencias en un entorno seguro, dirigido y controlado por un mediador, ya que, con bastante probabilidad el desarrollo de los acontecimientos hubiera sido otro mucho m¨¢s esperanzador. Por poner nombres propios, en nuestra historia reciente existen algunos ejemplos de mediaciones internacionales que sirvieron para lograr la paz.
As¨ª, a principio de la d¨¦cada de los 90, ?lvaro de Soto en su condici¨®n de representante especial del secretario general de la ONU, intervino de manera esencial en el conflicto existente entre el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN). De un modo diferente George Mitchell, que gozaba del respaldo del otrora presidente de EE UU, Bill Clinton, result¨® determinante en la soluci¨®n alcanzada en Irlanda del Norte mediante el Acuerdo de Viernes Santo. Por su parte, el Papa Juan Pablo II intervino de modo esencial para evitar la m¨¢s que probable guerra entre Argentina y Chile sobre el conflicto de finales de la d¨¦cada de los 70 relativo al Canal de Beagle.
Debe destacarse igualmente la mediaci¨®n liderada por el expresidente finland¨¦s Martti Ahatissari Indonesia en el conflicto de Aceh, que se tradujo en el Memorando de Entendimiento de agosto de 2005,entre el gobierno de Indonesia y del Movimiento Libre de Aceh, por el que se puso fin a 30 a?os de conflicto armado. Para no ser exhaustivos, podemos tambi¨¦n citar la elemental actuaci¨®n en Mozambique de Andrea Riccardi y Matteo Zuppi, quienes fueron capaces de construir puentes entre el Frente de Liberaci¨®n (FRELIMO), que estaba en el gobierno y el grupo guerrillero Resistencia Nacional Mozambique?a (RENAMO), generando un clima de respeto y confianza que oper¨® de manera paralela a la propia negociaci¨®n pol¨ªtica y que result¨® decisivo para alcanzar la paz en 1992.
Por ello, es posible afirmar que existen importantes precedentes en los que l¨ªderes internacionales se involucraron directamente a trav¨¦s de una mediaci¨®n para desatascar situaciones que parec¨ªan irremediablemente enfrentadas, como pueden ser en la actualidad la invasi¨®n actual de Rusia a Ucrania, el conflicto entre Armenia y Azerbaiy¨¢n, el existente entre Israel y Palestina o el derivado de la relaci¨®n entre Taiw¨¢n y China. No hay que desfallecer en ese intento.
Por ello, esperamos que la altura de miras de nuestros l¨ªderes contempor¨¢neos pueda dejar al margen los intereses estrat¨¦gicos de las partes o de terceros y, con una voluntad decidida se consiga, iniciar mediaciones reales y efectivas que permitan alcanzar acuerdos por los que, aunque no se puedan reparar los grav¨ªsimos da?os causados por los conflictos, sirvan para frenar la destrucci¨®n y dar comienzo a la reconstrucci¨®n material y personal de tantos pueblos hoy devastados por la ausencia de un mediador.