Un test para Lula: ?una mujer negra para el Supremo?

Lula est¨¢ entre la espada y la pared. Ha sido elegido jefe del Estado por tercera vez con los votos sobre todo de los negros y de las mujeres, las dos categor¨ªas que suponen la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. A ello hay que a?adir que uno de los ejes de su Gobierno, tras los cuatro a?os de desgobierno extremista de derechas de su antecesor Bolsonaro, es la cuesti¨®n social, la de volver a colocar la mirada en el mundo de los olvidados, los parias de la sociedad, los que sufren hambre de comida y de justicia.

Pues bien, hoy Lula est¨¢ en una dif¨ªcil y arriesgada encrucijada, que se balancea entre el deseo de millones de personas y su inter¨¦s personal. Y ah¨ª se juega mucho, si no todo: tiene la posibilidad de nombrar a dos nuevos miembros del Supremo Tribunal, entre ellos para sustituir a una de las dos magistradas actuales. Y ante esa posibilidad existe un clamor en el mundo de las mujeres y de los negros para que realice un gesto hasta ahora in¨¦dito en este pa¨ªs: el de un magistrado mujer y negra, que las hay, y con un curr¨ªculo a veces superior al de muchos candidatos varones.

?Por qu¨¦, entonces, Lula se resiste a ese nombramiento que ser¨ªa adem¨¢s un gesto con proyecci¨®n mundial? Por el simple e interesado deseo de nombrar miembro del Supremo a su abogado personal, que le defendi¨® durante los a?os duros de sus condenas por corrupci¨®n que le llevaron a la c¨¢rcel y que el Supremo anul¨®, lo que le permiti¨® disputar las presidenciales. ?Humano? S¨ª. ?Pol¨ªtico? No. Y Lula fue elegido por m¨¢s de 50 millones para que, como pol¨ªtico que ya hab¨ªa demostrado en sus dos Gobiernos anteriores un fuerte componente social, se preocupara de nuevo del mundo de los excluidos y de quienes Bolsonaro hab¨ªa abandonado a su suerte.

La reticencia de Lula de elegir para el Supremo a una mujer negra prefiriendo a su abogado personal, que ser¨ªa para ¨¦l un escudo pol¨ªtico, choca con una de las mayores cr¨ªticas que se le hicieron a Bolsonaro cuando anunci¨® que iba a nombrar como nuevo magistrado del Supremo, como as¨ª lo hizo, ¡°a un ¡°terriblemente evang¨¦lico¡±, representante de uno de sus reductos m¨¢s fieles. Y as¨ª lo hizo. Y desde que fue nombrado su candidato evang¨¦lico vot¨® siempre descaradamente a favor suyo, lo que supuso un verdadero bochorno hasta dentro de su Gobierno.

?Va ahora Lula a repetir una de las peores fechor¨ªas perpetradas por su antecesor, ya que fue elegido precisamente para dar un revolc¨®n a la nefasta pol¨ªtica personalista e interesada de su antecesor? Es lo que se preguntan hasta su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo, que no acaba de entender por qu¨¦ el presidente no aprovecha esta ocasi¨®n para distanciarse de las malas artes de su antecesor y hacer un gesto que lo glorificar¨ªa y distinguir¨ªa de los pol¨ªticos que piensan s¨®lo en su ombligo y en sus intereses personales.

Lula insiste en elegir para el Supremo a su abogado personal, ¡°terriblemente lulista¡±, a pesar incluso de la presi¨®n que sobre ¨¦l est¨¢ ejerciendo su esposa Janja, la persona a la que m¨¢s escucha, una mujer, ella s¨ª, terriblemente feminista, militante a favor de las causas raciales y de gran compromiso con los problemas sociales. S¨®lo ella, hoy, podr¨ªa conseguir que su marido diera un paso atr¨¢s ante sus premuras en colocar a su fiel abogado como escudo personal en el Supremo. Ser¨ªa una decepci¨®n para millones de sus votantes que por puro inter¨¦s personal acabe imitando a su desastroso antecesor.