Janja da Silva y Michelle Bolsonaro, dos primeras damas antag¨®nicas para Brasil
Las esposas de los candidatos a la Presidencia participan activamente en la campa?a electoral para ayudar a atraer el voto femenino
Las esposas de los candidatos a la presidencia de Brasil nunca hab¨ªan sido tan protagonistas como en esta elecci¨®n. Michelle Bolsonaro y Rosangela da Silva, conocida como Janja, han bajado al barro de la pol¨ªtica y multiplicado sus apariciones en actos de campa?a. Una los cierra con oraciones a Dios; la otra, con una cancioncilla de amor y esperanza. Un abismo de personalidad y estilo las separa, pero ambas tienen la misma misi¨®n: atraer el decisivo voto de las mujeres.
Janja da Silva, de 56 a?os, ejerce de coordinadora de facto de la agenda de su esposo. Casada con el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva desde mayo, produjo la nueva versi¨®n del ¡°Lula la¡±, el omnipresente tema de campa?a. Aparece a su lado, lo llama ¡°amor¡±, canta y proyecta alegr¨ªa. ¡°Amo esta ciudad, amo R¨ªo de Janeiro¡ Falta una semanita para depositar todo el amor y ?votar por Lula!¡±, dec¨ªa en un mitin reciente, vestida de azul y detr¨¢s de unas grandes gafas de pasta. ?l la miraba sonriente sentado en su silla.
20 a?os menor que ¨¦l, Janja da Silva ha rejuvenecido la campa?a del cinco veces candidato presidencial. Soci¨®loga, docente, extrabajadora en la central hidroel¨¦ctrica Itaip¨², una de las m¨¢s grandes del mundo, es militante del Partido de los Trabajadores desde hace cuatro d¨¦cadas. Empez¨® a salir con Lula en 2018, poco despu¨¦s de que este enviudara de su segunda mujer. El amor floreci¨®, incluso durante los 580 d¨ªas que Lula pas¨® en la c¨¢rcel. Lo primero que hizo ¨¦l al dejar la prisi¨®n fue presentar a su novia al mundo.
Adem¨¢s de predicar amor y paz, Da Silva es una dura cr¨ªtica del Gobierno de Jair Bolsonaro. En un acto en Curitiba, la ciudad del sur de Brasil donde creci¨®, reclam¨® al presidente por los cientos de miles de v¨ªctimas de la covid-19, entre ellas su madre. ¡°Cada vez que veo [el video del] presidente imitando a una persona muriendo sofocada por covid-19, es como si viera a mi madre morir otra vez y otra vez¡±, lament¨® emocionada. Da Silva ha dicho que quiere ¡°resignificar¡± el puesto de primera dama, y enfocarse en problemas prioritarios para las mujeres como la violencia machista.
Pese a ser m¨¢s discreta que Da Silva, Michelle Bolsonaro, de 40 a?os, es vista como decisiva en la trayectoria pol¨ªtica del esposo. La pareja presidencial se conoci¨® en 2007 cuando ella era secretaria en la C¨¢mara de Diputados y ¨¦l, un legislador ultraderechista marginal y cercano a los militares. Este cargaba, adem¨¢s, con dos divorcios. Ella, ferviente evang¨¦lica, le abri¨® las puertas al poderoso voto religioso. Primero se casaron por lo civil y en 2013 recibieron la bendici¨®n de Dios de manos del influyente pastor Silas Malafaia. Michelle convenci¨® al esposo para que se revirtiera la vasectom¨ªa y poder formar una familia.
Cuando su esposo tom¨® posesi¨®n, tras una campa?a en la que casi no particip¨®, Michelle dio un discurso en lengua de se?as ¡ªella hac¨ªa trabajo voluntario con sordomudos¡ª. Fue un gesto in¨¦dito en la historia de las tomas de posesi¨®n brasile?as y muchos pensaron que se abr¨ªa una era de primeras damas m¨¢s activas. No fue as¨ª. Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, Michelle ha vuelto a adoptar un papel discreto. Eso hasta que la reelecci¨®n de su esposo se ha encontrado en graves apuros. Bolsonaro la necesita.
El mandatario, de 67 a?os, tiene ¨ªndices de rechazo por encima del 50% entre las mujeres y busca cambiar esa mala imagen. Es un desaf¨ªo gigante para alguien que lleg¨® a decirle a una diputada que no merec¨ªa ser violada ¡°por fea¡±. All¨ª entra Michelle, con su perfil de respetable mujer de familia. Tanto ha aparecido en la propaganda de Bolsonaro que el Tribunal Superior Electoral ha vetado videos por sobrepasar los l¨ªmites de tiempos de participaci¨®n de seguidores. La campa?a trat¨® de esquivar la orden con una narradora que repet¨ªa frases de Michelle. El tribunal volvi¨® a suspender la difusi¨®n del material.
Michelle ha presentado a su esposo como un hombre que apoya a las mujeres. En un acto reciente, destac¨® que el Gobierno hab¨ªa aprobado 70 leyes en ese sentido, un n¨²mero que ha sido cuestionado por los medios brasile?os. Dijo de ¨¦l que era un hombre ¡°t¨¦cnico¡± y que ella era m¨¢s ¡°espiritual¡±: ¡°Creo que nos complementamos, ?no? Tiene que ser as¨ª, queridas. La mujer tiene que ser ayudante del esposo¡±.
Los esfuerzos han ca¨ªdo en saco roto la mayor¨ªa de las veces. Hace unas semanas, en la explanada frente al palacio presidencial de Brasilia y con Michelle a su lado, Bolsonaro repiti¨® una palabra inventada para referirse a s¨ª mismo: ¡°imbroch¨¢vel¡±, aquel que no tiene disfunciones er¨¦ctiles. Luego, llam¨® a los seguidores a comparar a las esposas de los candidatos. ¡°No hay nada qu¨¦ discutir. Una es una mujer de Dios, de familia¡±, sentenci¨®, y dirigi¨¦ndose a los solteros: ¡°B¨²squense una mujer, una princesa y c¨¢sense¡±. Al siguiente d¨ªa, Janja da Silva recogi¨® el guante y respondi¨®: ¡°Aqu¨ª no tiene princesas, ?solo a mujeres de lucha!¡±. Princesas o luchadoras, Brasil tambi¨¦n elige este domingo qu¨¦ mujer quiere que lo represente.
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