Las cinco coordenadas pol¨ªticas de Turqu¨ªa
Polarizaci¨®n, movilizaci¨®n, nacionalismo, frustraci¨®n y transcendencia son conceptos que ayudan a explicar la importancia de las elecciones en un pa¨ªs que genera odios y adhesiones m¨¢s all¨¢ de sus fronteras
Los ojos del mundo est¨¢n puestos en Turqu¨ªa. El 14 de mayo estaba marcado en rojo chill¨®n en los calendarios de los 85 millones de turcos y tambi¨¦n de quienes reconocen el peso e influencia que tiene este pa¨ªs en la arena internacional. La segunda vuelta, el 28 de mayo, prolongar¨¢ los nervios dos semanas m¨¢s. Si se confirma, esta pr¨®rroga ser¨¢ una invitaci¨®n para que quienes no lo hubieran hecho hasta entonces intenten entender qu¨¦ est¨¢ en juego. Cinco conceptos b¨¢sicos servir¨¢n de br¨²jula para moverse en las agitadas aguas de la pol¨ªtica turca.
Polarizaci¨®n. Es un error hablar de las ¡°dos Turqu¨ªas¡±. Hay muchas m¨¢s que dos: la de izquierdas y la de derechas, la turca y la kurda, la religiosa y la laica, la urbana y la rural, la joven y la que lo es menos. Sin embargo, la figura de Erdogan divide el pa¨ªs en dos mitades. Los l¨ªderes pol¨ªticos pueden aglutinar o polarizar. La v¨ªa emprendida por el presidente turco es la segunda: o conmigo o contra m¨ª, sin zonas grises, sin ambig¨¹edades. Esto explica las din¨¢micas pol¨ªticas de quienes lo apoyan, pero tambi¨¦n de una oposici¨®n conformada por seis partidos de signo muy distinto.
Movilizaci¨®n. Con alrededor de un 90% de participaci¨®n, el nivel de movilizaci¨®n pol¨ªtica es excepcionalmente alto. Quiz¨¢s una de las pocas cosas que consigue unir pol¨ªticamente a la ciudadan¨ªa turca sea el valor que dan a su voto y a su implicaci¨®n activa en el proceso electoral, desde la campa?a a la observaci¨®n del recuento. Los principales indicadores pol¨ªticos que miden la calidad de la democracia y el respeto de las libertades se?alan un deterioro sostenido durante la ¨²ltima d¨¦cada, pero la ciudadan¨ªa turca, independientemente de sus preferencias pol¨ªticas, sigue pol¨ªtica y democr¨¢ticamente movilizada.
Nacionalismo. El tercer candidato a las elecciones presidenciales, Sinan Ogan, claramente escorado hacia el nacionalismo turco de derechas, ha sacado unos buenos resultados. Su obsesi¨®n es combatir la representaci¨®n e influencia pol¨ªtica del nacionalismo kurdo y si alguien quiere su apoyo, quiere gestos en este ¨¢mbito. Adem¨¢s, en las elecciones parlamentarias, el representante hist¨®rico del nacionalismo turco de derechas, el partido MHP, coaligado con el de Erdogan, tambi¨¦n ha sacado unos buenos resultados. El nacionalismo turco llama a recuperar la grandeza del pa¨ªs y a luchar contra los enemigos de la patria. Los de dentro y los de fuera. Si hay segunda vuelta, la agenda nacionalista ganar¨¢ peso y ese parece un terreno m¨¢s inc¨®modo para la oposici¨®n que para Erdogan.
Frustraci¨®n. Partidarios y detractores de Erdogan comparten la sensaci¨®n de que estas son unas elecciones existenciales. Creen que lo que est¨¢ en juego no es s¨®lo qui¨¦n gobierna, sino la supervivencia de un modelo de pa¨ªs, de sus instituciones y de quienes las integran. Incluso se ha generado la sensaci¨®n que la de 2023 es la batalla definitiva.
Entre los perdedores, la aceptaci¨®n de la derrota puede ser extremadamente dif¨ªcil de digerir. Medio pa¨ªs vivir¨¢ frustrado, pensando que ten¨ªa la victoria al alcance de la mano y probablemente convencido que se la han usurpado con malas artes. La gesti¨®n de esta frustraci¨®n, si es que se aspira a recoser el pa¨ªs, encaja muy mal con esta din¨¢mica de polarizaci¨®n y nacionalismo que se ha impuesto en la pol¨ªtica turca.
Transcendencia. Mientras turcas y turcos se dirig¨ªan a las urnas, personas pol¨ªticamente movilizadas en Occidente y en pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, a centenares o miles de kil¨®metros, expresaban claramente sus preferencias, sus miedos, sus esperanzas. Esto se explica por dos motivos. El primero, el carisma y la influencia internacional de Erdogan, que hace que los odios y las adhesiones que genera su figura sean transnacionales. Es algo excepcional, s¨®lo comparable a lo que generan l¨ªderes de pa¨ªses mucho m¨¢s poderosos como Donald Trump en su momento y Vlad¨ªmir Putin ahora mismo. El segundo es que Turqu¨ªa es un actor de peso: 85 millones de habitantes, fronteras terrestres con ocho pa¨ªses, ribere?o del Mediterr¨¢neo y el mar Negro, acogiendo a m¨¢s de cuatro millones de refugiados, con una de las 20 principales econom¨ªas del mundo y el segundo ej¨¦rcito de la OTAN a nivel de efectivos. No se trata solo de su peso, sino su capacidad para decantar balanzas en pol¨ªtica internacional y regional. Y tambi¨¦n de resolver problemas o de crearlos.
Polarizaci¨®n, movilizaci¨®n, nacionalismo, frustraci¨®n y transcendencia son conceptos que nos ayudan a entender c¨®mo se han desarrollado las elecciones del 14 de mayo en Turqu¨ªa. Seguir¨¢n siendo coordenadas imprescindibles para entender los caminos que se abren a partir de ahora.
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