Turqu¨ªa vota al son de Paco de Luc¨ªa
El pa¨ªs se ha convertido en un extra?o r¨¦gimen en el que una sola persona, elegida por el pueblo, tiene autoridad para decidirlo todo por s¨ª sola y sin rendir cuentas a ese pueblo
Desde hace un tiempo, en cualquier parte de Turqu¨ªa a la que se vaya ¡ªciudades, pueblos, costas y plazas¡ª, retumba una melod¨ªa estruendosa. J¨®venes, mujeres y ni?os cantan esta melod¨ªa por las calles. Es el Palenque de Paco de Luc¨ªa. En turco se llama Volver¨¢ la primavera y se ha convertido en el himno oficial de la oposici¨®n unida contra Erdogan.
Las elecciones de hoy son el momento en el que se tomar¨¢ la hist¨®rica decisi¨®n sobre qu¨¦ tipo de rep¨²blica va a ser la Rep¨²blica de Turqu¨ªa, que cumplir¨¢ 100 a?os el 29 de octubre de 2023. No son unas elecciones corrientes. No es un enfrentamiento democr¨¢tico entre Recep Tayyip Erdogan y la oposici¨®n, que es lo que parece a simple vista. Son la respuesta a la pregunta crucial de si Turqu¨ªa va a evolucionar hacia una rep¨²blica laica y democr¨¢tica o hacia una rep¨²blica isl¨¢mica como otras en Oriente Pr¨®ximo.
En cierto sentido, Turqu¨ªa es un campo de pruebas de la tesis de Samuel Huntington sobre el ¡°choque de civilizaciones¡± y el pa¨ªs m¨¢s perjudicado por el conflicto entre Oriente y Occidente. Porque Turqu¨ªa es hist¨®rica y geogr¨¢ficamente tanto Oriente como Occidente, pero, al mismo tiempo, ninguna de las dos cosas. La descripci¨®n que hace George Duhamel de nuestro pa¨ªs como ¡°el m¨¢s oriental de los pa¨ªses occidentales y el m¨¢s occidental de los pa¨ªses orientales¡± es cierta. Pero tambi¨¦n es cierto que Turqu¨ªa, como puente entre Asia y Europa, est¨¢ experimentando una crisis de identidad.
A principios del siglo XX, el Imperio otomano, que ten¨ªa el coraz¨®n, la mente y el peso administrativo en los Balcanes, se derrumb¨®. El r¨¦gimen republicano, en forma de Estado naci¨®n, lo instaur¨® un grupo de altos funcionarios procedentes de esa zona, especialmente de Sal¨®nica, que se encontraron con que les quedaban las tierras de Anatolia, hasta entonces la m¨¢s abandonada y utilizada solo como reserva de soldados y agricultores.
A Anatolia llegaron millones de personas que hu¨ªan de los territorios otomanos perdidos durante la Primera Guerra Mundial, es decir, los Balcanes, el C¨¢ucaso y Oriente Pr¨®ximo; para ellas era un ¨²ltimo refugio. No hab¨ªa ning¨²n factor que uniera a aquellas comunidades salvo el de ser antiguos s¨²bditos otomanos. La lengua, las costumbres, la m¨²sica, la cocina, la religi¨®n y las sectas de cada una eran distintas.
En 1923, a partir de esos pueblos tan dispares, el general Mustafa Kemal ¡ªdespu¨¦s conocido con el sobrenombre de Atat¨¹rk¡ª cre¨® un Estado naci¨®n, oficialmente la Rep¨²blica de Turqu¨ªa. En las primeras d¨¦cadas, la joven Rep¨²blica prosper¨® gracias al carisma de su fundador, pero, con el tiempo, empez¨® a sufrir convulsiones ¨¦tnicas y religiosas; el esp¨ªritu de la ¨¦poca cre¨® las condiciones propicias para el enfrentamiento pol¨ªtico de los grupos ¨¦tnicos y religiosos.
En los a?os noventa del siglo pasado surgieron en Turqu¨ªa tres polos pol¨ªticos diferentes, que podemos clasificar de forma resumida como islamistas, laicistas y kurdos. La polarizaci¨®n convirti¨® a los laicistas y los islamistas en adversarios, mientras que los kurdos se un¨ªan a estos dos grupos o se distanciaban de ellos en funci¨®n de sus propios intereses.
En la primera d¨¦cada de este siglo, los neoconservadores de George W. Bush, en especial, elaboraron una f¨®rmula para Turqu¨ªa. El pa¨ªs deb¨ªa convertirse en una rep¨²blica isl¨¢mica que defendiera los intereses de Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo, renunciar a su ambici¨®n de entrar en la UE, ser un pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo y abolir el legado laico y occidental de Atat¨¹rk. Para que ese objetivo se hiciera realidad, era necesario un partido que tuviera ra¨ªces en el legado del califato isl¨¢mico otomano y que representara al movimiento isl¨¢mico sun¨ª.
Adem¨¢s, las supuestas administraciones militares y civiles, los golpes de Estado, la corrupci¨®n, las torturas, las persecuciones y una grave crisis econ¨®mica hab¨ªan desgastado a los kemalistas.
Entonces se fund¨® el AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) y su presidente, Erdogan, lleg¨® al poder con el 34% de los votos. La gente, harta de los viejos reg¨ªmenes, empez¨® a apoyar el nuevo movimiento. Erdogan enardeci¨® a los conservadores con su ret¨®rica isl¨¢mica, la promesa de proporcionar prestaciones sociales y permitir las ¨®rdenes religiosas organizadas y los sue?os de resucitar el Imperio otomano. El AKP consideraba que estaba ejerciendo la revancha contra la era de Atat¨¹rk. Durante el periodo de su fundaci¨®n y su ascenso al poder, aprovech¨® el desencanto general con el sistema corrupto y estrangulado de los a?os noventa que quedaban como restos del golpe. En esos momentos iniciales y en sus primeros a?os de gobierno despleg¨® conceptos como democratizaci¨®n, derechos, ley, justicia y libertad que nadie pod¨ªa rechazar.
El hecho de que los partidos del centroderecha y la izquierda estuvieran dedicados a sus disputas internas en lugar de preocuparse por los problemas de la gente ayud¨® al AKP a hacerse con el poder. Y el partido no ha dejado pasar ninguna de las oportunidades que se le han ofrecido.
En los a?os posteriores, la polarizaci¨®n, cuyas semillas se hab¨ªan sembrado en los a?os noventa, empez¨® a ser uno de los principales instrumentos del AKP para mantenerse en el poder. Los discursos que ahondaban la segregaci¨®n y la marginaci¨®n en la sociedad llevaron a la conclusi¨®n de que quienes prefer¨ªan la comodidad de estar del lado de los poderosos iban a cerrar filas con el AKP gobernante. En cambio, quienes no estaban en ese bando acabar¨ªan eliminados.
He aqu¨ª algunas frases de Erdogan:
¡°La democracia es un tranv¨ªa; me puedo bajar cuando llego donde quiero¡±.
¡°Llevar¨¦ una t¨²nica de sacerdote, si es necesario, con tal de beneficiar mi causa¡±.
¡°No necesitamos la inmoralidad de Occidente. Somos hijos de una civilizaci¨®n m¨¢s grande¡±.
Erdogan, en el poder desde 2002, ha destruido todas las instituciones de la Rep¨²blica y ha acabado teniendo el control absoluto del poder judicial, el ejecutivo, el legislativo y, sobre todo, el militar. Es un presidente sectario que ha convertido el r¨¦gimen en una fusi¨®n del Estado y el partido. Ha intentado someter a millones de mujeres laicas que consiguieron el derecho al voto en 1934 y eran grandes ejemplos en muchos campos, como la ciencia, el arte, la educaci¨®n y la pol¨ªtica, a las opresivas reglas isl¨¢micas. Anul¨® el Convenio de Estambul, que garantizaba los derechos de la mujer.
El tendencioso aparato judicial encarcela desde hace a?os a fil¨¢ntropos como Osman Kavala, pol¨ªticos kurdos, periodistas y defensores de los derechos humanos y, al mismo tiempo, ha declarado que no piensa acatar las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Despu¨¦s de cada elecci¨®n y cada refer¨¦ndum que ha ganado el AKP en los ¨²ltimos 20 a?os, el tren de la democracia continuaba su recorrido, pero iba cada vez m¨¢s despacio. Ahora este proceso ha llegado a la ¨²ltima parada. El tren acaba aqu¨ª.
Turqu¨ªa se ha convertido en un extra?o r¨¦gimen ¡°republicano¡± en el que una sola persona, elegida por el pueblo, tiene autoridad para decidirlo todo por s¨ª sola y sin rendir cuentas al pueblo.
Se ha utilizado el mecanismo del voto para crear un ¡°sult¨¢n electo¡±. Despu¨¦s de ser ¡°siervos¡± durante 600 a?os, bajo el yugo de un sult¨¢n califa, algunas personas estaban dispuestas a aceptar esa situaci¨®n.
Ahora que Turqu¨ªa sufre los efectos de una grave crisis econ¨®mica, seis partidos de derecha e izquierda se han aliado bajo la direcci¨®n de Kemal K?l??daroglu, jefe del Partido Republicano del Pueblo. Su programa conjunto promete todo tipo de cosas, desde el compromiso de obedecer las sentencias del TEDH hasta la transparencia pol¨ªtica.
En concreto, promete resolver unos casos de corrupci¨®n que suman cientos de miles de millones de d¨®lares (las cantidades robadas ascienden a 418.000 millones de d¨®lares).
La tercera alianza, la Alianza de la Izquierda Verde, formada sobre todo por kurdos, tambi¨¦n respalda este movimiento, hoy denominado Alianza Nacional.
Todos los grandes partidos que se oponen a Erdo?an apoyan a Kemal K?l??daro?lu en las elecciones presidenciales. K?l??daro?lu es hijo de una familia de rentas bajas perteneciente a la minor¨ªa kurda y alev¨ª (musulmana universalista). ?l es funcionario de la Administraci¨®n desde hace a?os y, dada su identidad ¨¦tnica y religiosa, hay quienes dicen que, si saliera elegido, su caso ser¨ªa comparable al de Barack Obama.
De momento, todas las encuestas muestran a K?l??daro?lu por delante de Erdogan. No obstante, entre los laicistas existe la preocupaci¨®n de que Erdogan tome las medidas que hagan falta para continuar, lo que puede derivar en alg¨²n incidente desagradable.
Hay mucha tensi¨®n y ni siquiera las manos m¨¢gicas de Paco de Luc¨ªa bastan para rebajarla. La noche del 14 de mayo ser¨¢ de euforia flamenca para unos y de fados tristes para otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.