No todo est¨¢ perdido para la izquierda
Por desfavorable que sea el ciclo pol¨ªtico, si el PSOE resiste y Sumar consigue integrar a las distintas fuerzas en un proyecto que despierte ilusi¨®n y movilice apoyos perdidos en ese espacio ideol¨®gico, cualquier cosa puede suceder
Las elecciones auton¨®micas y municipales han acabado con el Gobierno de coalici¨®n. Aunque el resultado electoral ha sido muy malo en t¨¦rminos de poder institucional, con la p¨¦rdida de las principales comunidades aut¨®nomas y las grandes ciudades, el voto agregado del principal socio del Gobierno, el PSOE, se ha mantenido en el 28%, el mismo porcentaje que obtuvo en las elecciones generales de noviembre de 2019. Lo que ha fallado en mayor medida es el ala izquierda del Gobierno: Unidas Podemos pr¨¢cticamente ha desaparecido del mapa pol¨ªtico auton¨®mico y municipal y todo indica que sus apoyos se reducen al n¨²cleo m¨¢s duro e incondicional. Desequilibrada la coalici¨®n, se han perdido los gobiernos auton¨®micos y los grandes municipios.
?Qu¨¦ ha pasado en los tres ¨²ltimos a?os? ?Por qu¨¦ se han producido estos resultados decepcionantes para la izquierda? A mi juicio, hay una cuesti¨®n de tiempos pol¨ªticos que raramente se tiene en cuenta. Voy a tratar de explicarme. La coalici¨®n de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos se produjo muy tarde, cuando el pa¨ªs ya hab¨ªa iniciado un cambio de ciclo pol¨ªtico, social y cultural que ha afectado negativamente a la izquierda en general y a la izquierda del PSOE en especial. Desde 2018, a pesar de estar las izquierdas en el Gobierno central y en muchas de las comunidades aut¨®nomas, estas fuerzas no han conseguido neutralizar o revertir dicho cambio de ciclo.
Repasemos un momento lo sucedido. La suma de PSOE y diversas fuerzas a su izquierda (Podemos, IU, Comunes, Comprom¨ªs, Mareas, M¨¢s Pa¨ªs, etc.) daba 163 esca?os en las elecciones de diciembre de 2015, 156 en las de junio de 2016, 166 en las de abril de 2019 y 158 en las de noviembre de 2019. Hay una gran estabilidad en n¨²mero de esca?os entre 2015 y 2019, oscila entre 156 y 166. La decisi¨®n de gobernar conjuntamente, sin embargo, se demor¨® cuatro a?os. PSOE y Podemos podr¨ªan haber gobernado juntos tras las elecciones de 2015, desalojando a un PP que resultaba entonces extremadamente impopular por las pol¨ªticas de recortes y los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Era el momento id¨®neo, pues hab¨ªa un deseo fuerte de cambio tras los a?os m¨¢s duros de la crisis. Pero Podemos apostaba entonces por superar al PSOE y el PSOE recelaba de Podemos. Les llev¨® cuatro a?os aprender a entenderse.
Despu¨¦s de una transici¨®n interna muy convulsa, el PSOE volvi¨® al poder en 2018, gracias a la moci¨®n de censura celebrada los d¨ªas 31 de mayo y 1 de junio de ese a?o. Se trataba de un Gobierno en solitario, en minor¨ªa, con el apoyo de Unidas Podemos y de algunos partidos nacionalistas. Unos pocos meses despu¨¦s, en diciembre de ese mismo a?o, se celebraron elecciones en Andaluc¨ªa y ya se pudo percibir el primer s¨ªntoma de que algo profundo estaba cambiando en Espa?a: ganaron las derechas en Andaluc¨ªa, el basti¨®n hist¨®rico del PSOE desde los a?os ochenta, y apareci¨® Vox en escena con ocho diputados. En las dos elecciones generales de 2019, Vox entr¨® con fuerza en la pol¨ªtica nacional, con un 10,3% en abril y un 15,1% en noviembre. A partir de entonces, la pol¨ªtica espa?ola se divide en dos bloques antag¨®nicos y comienza a notarse, en respuesta a la crisis catalana del oto?o de 2017, que una oleada de nacionalismo espa?ol atraviesa el pa¨ªs. El sentimiento de espa?olidad y la defensa de la naci¨®n, ofendida por el separatismo catal¨¢n, se convierten en el aglutinante de las derechas y en el elemento nuclear de un discurso potente en el que la derecha se presenta como la protectora y guardiana de Espa?a frente a las amenazas interiores, encarnadas por los separatistas catalanes y vascos, los republicanos, los impugnadores de la Transici¨®n, etc. El PSOE, al aceptar coaligarse con Unidas Podemos y buscar el apoyo de los nacionalistas no espa?olistas, queda, casi por ¨®smosis, condenado a la ilegitimidad pol¨ªtica.
Evidentemente, este terreno de juego ha sido extremadamente desfavorable para las izquierdas. A pesar de un programa reformista ambicioso y de unos resultados econ¨®micos positivos, se ha extendido la percepci¨®n de que el Gobierno supone un peligro para Espa?a. El ¡°que te vote Txapote¡±, que alude a la complicidad con ETA, es la destilaci¨®n ¨²ltima de ese discurso de deslegitimaci¨®n y la clave ¨²ltima del desgaste del Ejecutivo. Medidas como los indultos a los pol¨ªticos independentistas o los cambios en el C¨®digo Penal (sedici¨®n), han sido gasolina en manos de la derecha nacionalista espa?ola.
Frente a ese cambio de ciclo, dominado por la cuesti¨®n nacional espa?ola y todas sus derivadas culturales y pol¨ªticas, los socios del Gobierno han respondido de forma diversa. Los ministros del PSOE y de Sumar, insistiendo en la gesti¨®n y las pol¨ªticas p¨²blicas: reforma de las pensiones, del mercado de trabajo, reforzamiento del Estado de bienestar, ley de eutanasia, etc. Unidas Podemos, por su parte, ha afilado su perfil m¨¢s ideol¨®gico, por un lado, centr¨¢ndose en una parcela peque?a de las pol¨ªticas p¨²blicas (todo lo relativo a la desigualdad de g¨¦nero y nuevos derechos civiles) y, por otro, meti¨¦ndose en batallas imposibles que no conectan con la ciudadan¨ªa (denuncia obsesiva de los medios y las empresas, frente antifascista, etc.): unos d¨ªas parece partido de gobierno y otros de oposici¨®n.
Con la convocatoria anticipada de elecciones, todos van a tener que definirse y retratarse. El PSOE no creo que vaya a dar grandes sorpresas. Tratar¨¢ de capitalizar los principales logros del Gobierno y ofrecer¨¢ un programa muy centrado en reformas econ¨®micas y sociales. Las inc¨®gnitas est¨¢n a su izquierda. Me temo que, vistos los resultados del domingo, ya ni siquiera es suficiente que la sopa de siglas vaya unida en la plataforma de Sumar. Es preciso, adem¨¢s, que remen en la misma direcci¨®n, es decir, que lleguen a un diagn¨®stico compartido de qu¨¦ tipo de pol¨ªticas p¨²blicas y qu¨¦ manera de dirigirse a la ciudadan¨ªa encuentra en este momento mayor receptividad. Para ello, Unidas Podemos debe entender que su declive no es consecuencia solamente de la maldad cong¨¦nita de los grupos medi¨¢ticos y empresariales, sino de haber perdido la capacidad de influir en el debate p¨²blico y de ofrecer un programa pol¨ªtico reconocible y m¨ªnimamente realista.
El reto no es imposible. Las derechas solo pueden gobernar si PP y Vox alcanzan conjuntamente una mayor¨ªa absoluta en el Congreso. La presencia de Vox cierra la v¨ªa de pactos entre el PP y los grupos nacionalistas, pues, al fin y al cabo, Vox quiere ilegalizarlos. Con unos resultados como los del domingo, las derechas no habr¨ªan tenido mayor¨ªa absoluta en el Congreso. Si el PSOE resiste y a su izquierda Sumar consigue integrar a las distintas fuerzas en un proyecto que despierte ilusi¨®n y movilice apoyos perdidos en ese espacio ideol¨®gico, cualquier cosa puede suceder. Por muy desfavorable que sea el ciclo pol¨ªtico, que viene adem¨¢s con el viento de cola de lo que sucede en muchos otros pa¨ªses, Espa?a es lo suficientemente diversa como para resistir la tentaci¨®n trumpista de un Gobierno de PP y Vox.
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