El dilema Bildu-Vox
La formaci¨®n vasca camina hacia su normalizaci¨®n, mientras que el partido de Abascal acrece su perfil ultra
Vox y Bildu provocan mucho rechazo social, a veces repugnancia. Y tambi¨¦n alguna aceptaci¨®n. Son datos que la democracia debe manejar. Para encauzar sus aristas, o achicar su influencia. Pero hay que distinguirlos, pues el dilema que plantean como piezas de alianzas gubernamentales opuestas es de distinta naturaleza: de socio o de apoyo.
Lo primero es refrescar conceptos. Euskal Herria Bildu (Reunir el Pa¨ªs Vasco, en euskera) no es exactamente el sucesor de ETA. Lo crearon en 2012 Eusko Alkartasuna (escisi¨®n del PNV, pac¨ªfica, protagonizada por el lehendakari Carlos Garaikoetexea); la pacifista Aralar (que conden¨® la violencia terrorista y el asesinato de Miguel ?ngel Blanco); Alternatiba (con b, una versi¨®n de Izquierda Unida) y los afines a Sortu, heredera de Batasuna, la rama pol¨ªtica del execrable terror.
Su gran problema democr¨¢tico es no haber culminado rotundamente la ruptura con el legado de esta ¨²ltima. No haber contribuido del todo al reconocimiento de las v¨ªctimas, haber auspiciado homenajes a sus falsos h¨¦roes (luego rectificaron), o llevarlos a sus listas (luego semirrectificaron). Pero es un partido legal, por estatuto contrario a la violencia, y de conducta de facto aceptada, ya que PP y PSOE admiten recibir sus votos.
Tambi¨¦n Vox es legal. Fundado en 2013 por militantes escindidos de un partido convencional (aunque fundado por un exministro franquista que firm¨® penas de muerte), el PP. Se cre¨® con donaciones de cuant¨ªa ilegal (un mill¨®n de euros) del CNRI, un grupo iran¨ª declarado terrorista... hasta el a?o anterior. Sigue con episodios tortuosos. Falsea sus cuentas oficiales. Sus dirigentes Iv¨¢n Espinosa y Roc¨ªo Monasterio han sido condenados por facturas falsas y obras ilegales. Y hace nada una candidata de Parla ha sido detenida acusada de crear una red de narcotr¨¢fico.
Bildu es separatista (lamentable... y leg¨ªtimo). Pero Vox es racista, xen¨®fobo y propugna clausurar partidos, derechos de la mujer y el sistema auton¨®mico. Su gran deslinde en el tablero de alianzas: Vox cogobierna ya con el PP (Castilla y Le¨®n). Son socios intr¨ªnsecos. Mientras, Bildu ha brindado sus votos tanto al PP vasco (votaron juntos 127 veces hasta 2019, y siguen) como al Gobierno del PSOE-UP: alianzas circunstanciales y vol¨¢tiles.
Una parte de Bildu tiene problemas con su origen (Sortu); Vox entero, tambi¨¦n, aunque menos. Pero aquella camina hacia su normalizaci¨®n; y Vox acrece su perfil ultra. Como nos dijo (9 de mayo, 2019) en la Universidad de Alcal¨¢ a un grupo de europe¨ªstas uno de sus fundadores, Alejo Vidal-Quadras, explicando su baja en el partido: ¡°Es que cada d¨ªa les gusta m¨¢s Mussolini¡±.
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