En la era de la desinformaci¨®n amontonada
La basura digital, en ausencia de vigilancia o penalizaci¨®n, no es retirada ni expulsada del circuito sino que crece de forma exponencial y se acumula
Qu¨¦ mejor forma de celebrar el mes del Orgullo LGTBQIA+ en el Twitter de Musk que apelando a la violencia contra este colectivo. El usuario @ranasbasadas recurre a la foto de un f¨²sil de asalto y tres palabras: ¡°la intervenci¨®n divina¡±. Responde as¨ª a un primer tuit de @jesusIezus, indignado por el contenido de una foto, que ¨¦l mismo adjunta en su tuit, en la que, estampada sobre la camiseta de un manifestante en una marcha reivindicativa, se lee una proclama en ingl¨¦s: ¡°Los ni?os trans son sexis¡±. ¡°Lo ¨²nico que est¨¢ en nuestras manos de manera humanamente comprobable es unir nuestras fuerzas f¨ªsicas para reventar a esos hijos de perra y que no quede uno, pero aqu¨ª hay algo que va mucho m¨¢s all¨¢ de lo humano. Necesitamos urgentemente la intervenci¨®n divina¡±, se lamenta @jesusIezus en su publicaci¨®n.
Lo ¨²nico que est¨¢ en nuestras manos de manera humanamente comprobable es unir nuestras fuerzas f¨ªsicas para reventar a esos hijos de perra y que no quede uno, pero aqu¨ª hay algo que va mucho m¨¢s all¨¢ de lo humano.
— Jes¨²s (@JesusIezus) June 8, 2023
Necesitamos urgentemente la intervenci¨®n divina.
Oren. pic.twitter.com/tyOjpaOc6f
En aplicaci¨®n del primer mandamiento del usuario de las redes sociales, no te creas nada de lo que ves en cuentas an¨®nimas, pasamos a realizar una r¨¢pida comprobaci¨®n del origen de la imagen de la camiseta ya que el tuit no aporta ninguna informaci¨®n sobre el lugar en el que la fotograf¨ªa fue tomada. Con ayuda de una sencilla herramienta de verificaci¨®n de im¨¢genes, empezamos a ver m¨¢s claro. El texto de esa camiseta no existe. Alguien ha escrito ese mensaje sobre la camiseta de un participante an¨®nimo en una marcha del Orgullo que tuvo lugar en Palm Springs, California, el 7 de noviembre de 2021. La fotograf¨ªa original presenta un encuadre amplio, con m¨¢s personajes en la escena real, manifestantes o ciudadanos que, desde una de las aceras, observan el paso de la marcha por la calle. Para construir su pedacito de discurso del odio, el manipulador ha elegido a un personaje, ha recortado burdamente la imagen y, con ayuda de la tecnolog¨ªa, ha estampado sobre el pecho inmaculado de la camiseta de su v¨ªctima un mensaje que nunca existi¨®.
La fotograf¨ªa trucada y su estela de comentarios violentos permanecen a¨²n en Twitter y, posiblemente, est¨¦ cumpliendo con eficacia la funci¨®n para la que fue creada y publicada: saltar de red en red, de mensajer¨ªa en mensajer¨ªa y de m¨®vil en m¨®vil, enga?ar al mayor n¨²mero de personas posible, alterar la percepci¨®n de la realidad en muchas de ellas, espolear sus emociones y alimentar el rechazo hacia un grupo determinado de personas.
Y hay algo m¨¢s. La ausencia de moderaci¨®n de contenidos nos coloca ante una nueva pantalla del juego, una etapa cuyas consecuencias no somos a¨²n capaces de medir en toda su complejidad. Podr¨ªamos llamarle la era de la desinformaci¨®n amontonada, en la que la basura digital, en ausencia de vigilancia o penalizaci¨®n, no es retirada ni expulsada del circuito sino que crece de forma exponencial y se acumula. En la era de las mentiras amontonadas ya no resulta realista preguntarse si venceremos alg¨²n d¨ªa a la desinformaci¨®n. Esa batalla parece perdida. Tratemos, al menos, de identificar el momento en el que por nuestros tel¨¦fonos m¨®viles circulen m¨¢s contenidos manipulados que informaci¨®n real, si es que ese momento no ha llegado ya. Debemos prepararnos para vivir en un paradigma nuevo, mucho m¨¢s complejo y con implicaciones en la vida real. Seg¨²n un informe de la ONG ILGA-Europa, el a?o 2022 fue el m¨¢s violento de la ¨²ltima d¨¦cada para el colectivo LGTBI de esta avanzada regi¨®n del mundo.
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