Los intereses deben determinar nuestras relaciones, no al rev¨¦s
La UE y Reino Unido tienen que tomar decisiones urgentes sobre la relaci¨®n que quieren tener. Londres necesita acceso al mercado y Bruselas necesita adaptarse al salto tecnol¨®gico
Los europeos somos muy de relaciones. Y de ah¨ª se deriva gran parte de nuestra confusi¨®n pol¨ªtica. Mezclamos el concepto de intereses estrat¨¦gicos con el de relaciones exteriores. Es una de las cosas que Reino Unido y la UE tienen en com¨²n. Todo el debate sobre el Brexit, en ambos lados de la discusi¨®n, gir¨® en torno a con qui¨¦n quer¨ªamos estar, no en torno a qu¨¦ quer¨ªamos hacer.
Estados Unidos define su inter¨¦s n...
Los europeos somos muy de relaciones. Y de ah¨ª se deriva gran parte de nuestra confusi¨®n pol¨ªtica. Mezclamos el concepto de intereses estrat¨¦gicos con el de relaciones exteriores. Es una de las cosas que Reino Unido y la UE tienen en com¨²n. Todo el debate sobre el Brexit, en ambos lados de la discusi¨®n, gir¨® en torno a con qui¨¦n quer¨ªamos estar, no en torno a qu¨¦ quer¨ªamos hacer.
Estados Unidos define su inter¨¦s nacional con independencia de sus relaciones. Es el privilegio de una superpotencia, pero tambi¨¦n resulta dif¨ªcil. En la d¨¦cada anterior, Estados Unidos hab¨ªa desplazado su atenci¨®n del Atl¨¢ntico al Pac¨ªfico. La guerra de Rusia contra Ucrania ha hecho que Estados Unidos se centre otra vez en Europa. Esto ha llevado a muchos europeos a sacar la conclusi¨®n equivocada de que Estados Unidos ha visto su error. Esto subestima gravemente el porqu¨¦ de la estrategia del Gobierno de Joe Biden.
El problema evidente de plantearse la diplomacia como una relaci¨®n es que no controlamos a la otra parte. No responde a la pregunta sobre Donald Trump: si el expresidente ganara las elecciones presidenciales del pr¨®ximo a?o, ?en qu¨¦ quedar¨ªa la relaci¨®n? ?No es un poco arriesgado hacer que tu estrategia nacional dependa de que alguien no salga elegido?
Una de las causas m¨¢s profundas por las que la campa?a brit¨¢nica a favor de la permanencia en la Uni¨®n Europea perdi¨® el refer¨¦ndum fue la ausencia de una estrategia sostenible para Reino Unido dentro de la organizaci¨®n. Ser el centro financiero de una uni¨®n monetaria ajena result¨® ser tan absurdo como parece. Lo que se ha comprobado desde entonces es que los partidarios del Brexit tampoco ten¨ªan una estrategia.
Veo al menos dos opciones opuestas para el Reino Unido, cada una de las cuales tendr¨ªa repercusiones diferentes para sus relaciones futuras. La primera opci¨®n es una estrategia de reindustrializaci¨®n. Esto es lo que la administraci¨®n de Biden intenta hacer con su Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n, y lo que pretende el Partido Laborista, aunque con un presupuesto mucho m¨¢s modesto. No estoy seguro de c¨®mo puede funcionar una estrategia as¨ª sin la ventaja de un gran mercado ¨²nico. Pero si esa fuera la elecci¨®n de un Gobierno laborista, estoy convencido de que llevar¨ªa de nuevo a Reino Unido a echarse en brazos de la UE, o al menos a reincorporarse en alg¨²n momento al mercado ¨²nico de la organizaci¨®n. La industria tradicional y el mercado ¨²nico van de la mano.
La estrategia alternativa, y en mi opini¨®n mejor, ser¨ªa centrarse en las tecnolog¨ªas del siglo XXI basadas en datos. Reino Unido ya aventaja a otros pa¨ªses europeos en la creaci¨®n de empresas de capital riesgo de alta tecnolog¨ªa. Es el pa¨ªs europeo que m¨¢s investigaci¨®n lleva a cabo en el campo de la inteligencia artificial, que es claramente un sector en crecimiento. Reino Unido tambi¨¦n est¨¢ a la cabeza en investigaci¨®n m¨¦dica de alta tecnolog¨ªa. Las tecnolog¨ªas medioambientales ofrecen otro nicho lucrativo en potencia. Y luego hay tecnolog¨ªas de las que ni siquiera somos del todo conscientes a¨²n.
La presencia de un centro financiero grande y l¨ªquido da a Reino Unido una ventaja, como tambi¨¦n se la dan las excelentes universidades brit¨¢nicas. Los bienes y servicios de alta tecnolog¨ªa no sufren el problema de los aranceles aduaneros o el de la p¨¦rdida de acceso al mercado, espec¨ªficos del Brexit. Para este tipo de empresas, la libertad de regularse a s¨ª mismas supera las ventajas de un mercado ¨²nico.
Si esa fuera la estrategia, lo ¨²ltimo que querr¨ªa Reino Unido es forjar una relaci¨®n m¨¢s estrecha con la UE y someterse a sus normativas. Durante las negociaciones del Brexit qued¨® claro que la UE est¨¢ empe?ada en impedir que Reino Unido explote sus ventajas competitivas. En ese caso, a Reino Unido le conviene m¨¢s no alinearse y tener libertad para elegir su r¨¦gimen regulador. Pero en ninguno de los dos casos tendr¨ªa sentido para Reino Unido convertirse en el socio menor de Estados Unidos.
Si acabamos en el escenario de un Reino Unido centrado en la alta tecnolog¨ªa y una UE ludita centrada en la industria, el margen para una profundizaci¨®n de las relaciones ser¨¢ limitado. La relaci¨®n bilateral ha mejorado solamente porque Rishi Sunak ha hecho un esfuerzo y porque Reino Unido a¨²n no se ha apartado de las normas de la UE. La tristemente famosa cl¨¢usula de extinci¨®n para acabar de un plumazo con toda la normativa de la UE ha desaparecido. Pero esperen a que Reino Unido empiece a apartarse de algunas normas de la UE de importancia estrat¨¦gica, como las relativas a la seguridad de los datos, por ejemplo. Si Reino Unido persigue una estrategia de alta tecnolog¨ªa, me cuesta ver c¨®mo podr¨ªa compatibilizar esto con el r¨¦gimen regulador de la UE.
El Gobierno de Sunak avanza lentamente en esa direcci¨®n. Quiz¨¢s el primer ministro encarne esa estrategia mejor que cualquier otro pol¨ªtico brit¨¢nico de alto rango. Los laboristas tambi¨¦n necesitar¨¢n una estrategia econ¨®mica y tendr¨¢n que construir sus relaciones exteriores en torno a ella. Lo que no va a ocurrir ni mucho menos es que la UE ofrezca a Keir Starmer un acuerdo mejor.
La Uni¨®n Europea tambi¨¦n est¨¢ hecha un l¨ªo en lo que concierne a sus intereses y relaciones. Los transatlantistas europeos tampoco tienen respuesta a la pregunta sobre Donald Trump. El modelo econ¨®mico de la UE, basado en la industria, ya no proporciona las tasas de crecimiento econ¨®mico necesarias para financiar los Estados de bienestar y generar inversi¨®n en el sector p¨²blico. La UE se ha dormido durante la revoluci¨®n digital. Es ilusorio pensar que pueda ser el regulador mundial.
La prioridad absoluta de la UE deber¨ªa ser resistirse a la tentaci¨®n de retrasar el reloj. Yo empezar¨ªa pregunt¨¢ndome por qu¨¦ la organizaci¨®n se ha quedado rezagada en la carrera de la alta tecnolog¨ªa. Est¨¢ claro que no es por la falta de investigaci¨®n. El gran problema que yo veo es la inversi¨®n insuficiente por parte del sector privado. Esto, a su vez, se debe a la falta de mercados de capitales profundos. Mi consejo para la UE es que d¨¦ prioridad a la uni¨®n de los mercados de capitales, aparentemente abandonada, y se vuelva menos hiperactiva. Sin la uni¨®n de los mercados de capitales, la agenda medioambiental de la UE no tiene ninguna posibilidad de ¨¦xito.
Por tanto, hay que centrarse en lo que se debe hacer primero, que no es lo mismo que lo m¨¢s importante. Y lo principal: no fijarse en con qui¨¦n quiere estar uno, sino en lo que uno quiere.