?Surgir¨¢ en Europa una nueva generaci¨®n pol¨ªtica, la del 22?

¡°?Cree que habr¨¢ una generaci¨®n del 22?¡±, me pregunt¨® una estudiante en la ciudad universitaria alemana de Gotinga. O sea, quer¨ªa decir, una generaci¨®n de europeos para quienes la guerra sin cuartel que comenz¨® en 2022 en Ucrania influya en su forma de pensar y actuar pol¨ªticamente durante toda la vida. Es una pregunta importante.

La estudiante estaba respondiendo a mi argumento de que la Europa actual la han construido cuatro generaciones pol¨ªticas fundamentales: la del 14 (que en su juventud tuvo una experiencia que le cambi¨® la vida, la de la I Guerra Mundial), la del 39 (II Guerra Mundial), la del 68 (1968, en todas sus diferentes manifestaciones) y la del 89 (las revoluciones de terciopelo y el final de la Guerra Fr¨ªa). Como, en todos los casos, el acontecimiento formativo ocurre en los primeros a?os de la vida adulta, Transcurre un periodo de tiempo considerable antes de que ese grupo llegue al poder. Los del 68 desempe?aron un papel destacado en la pol¨ªtica europea hasta bien entrada la d¨¦cada de 2000. Los del 89 son quienes est¨¢n ahora al mando.

Hace unos a?os, nuestro proyecto de investigaci¨®n Historias de Europa, de la Universidad de Oxford, estudi¨® cu¨¢les hab¨ªan sido los momentos formativos de los j¨®venes europeos de hoy. En aquel entonces no parec¨ªa haber ning¨²n acontecimiento comparable a 1989, 1968 o las dos guerras mundiales. En su lugar vimos una experiencia com¨²n, la de la libertad de circulaci¨®n por Europa, y una preocupaci¨®n dominante: el cambio clim¨¢tico. S¨ª hab¨ªa algunos momentos concretos para determinados subgrupos geogr¨¢ficos: las guerras de la antigua Yugoslavia para los europeos del sudeste, la crisis de la eurozona para los j¨®venes griegos, espa?oles y portugueses y el Brexit para los brit¨¢nicos e irlandeses.

Ahora bien, seguro que la mayor guerra en Europa desde 1945 va a galvanizar a una nueva generaci¨®n pol¨ªtica paneuropea. Si no lo hace esto, ?qu¨¦ otra cosa?

Cuando expreso esta reflexi¨®n, la gente suele responder con entusiasmo. En una mesa redonda celebrada recientemente en Estonia, nuestra distinguida moderadora lleg¨® a esta conclusi¨®n: ¡°Hoy, todos somos la generaci¨®n del 22¡å. Pero ella era de la generaci¨®n del 89. Al d¨ªa siguiente, otra oradora sac¨® tambi¨¦n a colaci¨®n el tema, pero tambi¨¦n era del 89.

A m¨ª, como a ellas, me encantar¨ªa ver una nueva generaci¨®n pol¨ªtica con un prop¨®sito com¨²n, el de impulsar el proyecto europeo. Sin embargo, ni los sondeos de opini¨®n ni las conversaciones con los j¨®venes europeos hacen pensar que exista todav¨ªa.

Por supuesto, en Ucrania he conocido a muchos j¨®venes para los que este ser¨¢ el momento decisivo de su vida pol¨ªtica, como es natural: una combinaci¨®n del 39 y el 89. En Polonia y Estonia he visto un efecto similar, aunque menos intenso. En Europa occidental se ve mucho menos. Aqu¨ª hay muchas simpat¨ªas por Ucrania, reforzadas por los encuentros personales con refugiados ucranios, pero la guerra se ha convertido en una noticia m¨¢s, entre muchas otras.

Incluso existen grandes diferencias entre los pa¨ªses de Europa central y del este m¨¢s pr¨®ximos a la zona de guerra. En una encuesta reciente realizada para el laboratorio de ideas Globsec, aproximadamente un tercio de los encuestados b¨²lgaros y eslovacos aseguran que Occidente es el principal responsable de la guerra en Ucrania. Sorprendentemente, el 50% de los eslovacos est¨¢ de acuerdo con la afirmaci¨®n de que ¡°Estados Unidos representa una amenaza para la seguridad de mi pa¨ªs¡±.

El desglose generacional est¨¢ a¨²n menos definido. Un an¨¢lisis detallado de las encuestas llevadas a cabo para nuestro proyecto de investigaci¨®n y por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores muestra que entre los j¨®venes de 18 a 29 a?os, solo el 46% califica a Rusia de adversario, frente a m¨¢s del 60% de los mayores de 60 a?os. En varios de los 10 pa¨ªses europeos en los que preguntamos, los j¨®venes parecen m¨¢s prooccidentales, mientras que en otros son m¨¢s cr¨ªticos con Occidente. Lo ¨²nico en lo que los j¨®venes europeos parecen m¨¢s positivos, en general, que los mayores es a la hora de apoyar la adhesi¨®n de Ucrania a la UE. Los analistas de Globsec me dicen que sus datos muestran los mismos altibajos.

Adem¨¢s, estas encuestas no dejan clara la importancia relativa del tema. Mis conversaciones con muchos j¨®venes europeos, durante mis viajes por el continente, indican que temas como el cambio clim¨¢tico, las desigualdades socioecon¨®micas y las que consideran sus decepcionantes perspectivas de vida son para ellos, por lo menos, tan importantes como esta guerra.

?Quiere esto decir que la generaci¨®n del 22 no es m¨¢s que un sue?o alucinatorio de la vieja generaci¨®n del 89? ?O, en el mejor de los casos, otro de esos subgrupos geogr¨¢ficos? Quiz¨¢, pero no necesariamente. Por motivos evidentes, 1989 se vivi¨® m¨¢s con m¨¢s intensidad en Europa oriental que en Europa occidental y, aun as¨ª, molde¨® a toda una generaci¨®n de futuros l¨ªderes.

Las generaciones pol¨ªticas no nacen, sino que se hacen. As¨ª que, en realidad, la pregunta debemos hac¨¦rsela a la estudiante de Gotinga y a sus colegas de toda Europa. ?Vais a crear una promoci¨®n pol¨ªtica del 22, que a¨²ne la defensa de la libertad y el restablecimiento de la paz en Europa con vuestras propias preocupaciones generacionales, como la igualdad y la transici¨®n energ¨¦tica ecol¨®gica? Espero que s¨ª. Pero depende de vosotros.