Dr. Strangelove en Europa
Son cada vez m¨¢s los l¨ªderes de extrema derecha en las canciller¨ªas del viejo continente. Lo que ya es menos comprensible es el porqu¨¦ de su normalizaci¨®n en Europa y, por lo que se ve, tambi¨¦n entre nosotros
![Vilhelm Junnila se dirig¨ªa el mi¨¦rcoles a los medios de comunicaci¨®n en el Parlamento finland¨¦s en Helsinki.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/724LCU4ZERRNHZRQWHZUQQYYIA.jpg?auth=8bd6ff23e7ad9e532c24beeeda1f8d79a5dde0b1d6efc6d77b539d71913f7def&width=414)
Hace un par de d¨ªas nos enteramos de la dimisi¨®n del ministro finland¨¦s Vilhelm Junnila, miembro del partido de ultraderecha Finns, que gobierna en coalici¨®n con otros partidos de derechas en el pa¨ªs n¨®rdico. El motivo fueron unas declaraciones jocosas de tintes filonazis y otras racistas, que movilizaron en su contra incluso a varios miembros de su propia coalici¨®n. Hasta aqu¨ª, nada nuevo, una expresi¨®n m¨¢s de la esquizofrenia de este grupo de partidos, que se vienen arriba cuando hablan a los suyos, negando la imagen de normalidad que tratan de transmitir cuando se integran en las instituciones. Es el s¨ªndrome del Dr. Strangelove, que tan bien supo representar Peter Sellers en la inolvidable pel¨ªcula de Kubrick, Tel¨¦fono rojo? Volamos hacia Mosc¨², el exnazi que entra al servicio de Estados Unidos durante la Guerra Fr¨ªa y que se ve¨ªa obligado a agarrarse continuamente el brazo para reprimir un saludo nazi automatizado.
Me temo que hay muchos cripto-Strangelove pululando por las canciller¨ªas europeas, lo que ya es menos comprensible es el porqu¨¦ de su normalizaci¨®n en Europa y, por lo que se ve, tambi¨¦n entre nosotros. Esta es la gran cuesti¨®n que abruma a los polit¨®logos y para la que no acabamos de encontrar una respuesta convincente. La respuesta pragm¨¢tica consiste en se?alar que gozan de un gran pu?ado de votos y que los procesos democr¨¢ticos y los intereses y maquinaciones de las diferentes fuerzas pol¨ªticas se encargan de hacer el resto. S¨ª, de acuerdo, pero el misterio reside precisamente en esto: ?por qu¨¦ se les vota? Si la causa fuera el neoliberalismo rampante y las desigualdades, lo l¨®gico es que lo hicieran a partidos de izquierdas, no a quienes no muestran ninguna inquina contra el capitalismo, aunque reconducido sobre todo al Estado nacional. Es la globalizaci¨®n, dicen otros, incluyendo en ella tambi¨¦n a las inevitables migraciones, que han dado aire a las demenciales teor¨ªas del ¡°reemplazo¡± de las poblaciones nativas. Y fijarse exclusivamente en factores culturalistas tampoco acaba de convencer, esa hip¨®tesis de la cultural backlash, el choque entre los valores morales progresistas de las ¨¦lites y la subsiguiente reacci¨®n conservadora del ¡°buen pueblo¡±, eso en lo que tanto insiste Vox.
Hay un poco de todo, como casi siempre. Puede reconducirse a la f¨®rmula de que empezamos a encontrarnos mal en nuestra vida y acabamos votando a la extrema derecha, casi como una reacci¨®n mec¨¢nica a un malestar difuso. Pero no pierdan de vista otra raz¨®n, las nuevas estrategias de comunicaci¨®n. Vuelvan a ver otra pel¨ªcula, No mires arriba, de Adam McKay en Netflix, esa en la que se niega que un meteorito vaya a impactar sobre la Tierra, incluso cuando es bien visible en el cielo nocturno. No mires al futuro ser¨ªa hoy la divisa ultra, lo que se repite una y otra vez en sus c¨¢maras de eco es mira al pasado. El futuro es el cambio clim¨¢tico, la diversidad ¨¦tnica y el pluralismo de formas de vida y la necesidad de recurrir a mecanismos de gobernanza global, todo a lo que se oponen. Cuanto m¨¢s crezcan tanto menor ser¨¢ nuestra capacidad para gestionarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Fernando Vallesp¨ªn](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F1548af62-c01b-47d2-91b5-3d5f144c0f5d.png?auth=cf2d3a85042a39c86987f841fc3c73255517a57b90b19f1ef649ea9e58dbdc9d&width=100&height=100&smart=true)