El patriotismo de los indultos
La progresiva aceptaci¨®n de la derrota, el paso del tiempo, la nueva ¨¦poca y las excarcelaciones de los l¨ªderes independentistas han restablecido en buena medida la normalidad en Catalu?a
¡°Tras un cruce de miradas conectamos de inmediato¡±. Infiltraci¨®n entre grupos independentistas. Este viernes La Directa desvel¨® el cuarto caso. El patr¨®n replicaba el que los periodistas ya establecieron hace algo m¨¢s de un a?o: un agente de la Polic¨ªa Nacional de origen balear y catalanohablante ¡ªahora, una agente¡ª ten¨ªa como misi¨®n la captaci¨®n de informaci¨®n y, para obtenerla, iniciaba una relaci¨®n sentimental con un activista al que se presentaba con nombre y documentaci¨®n falsa y nunca revelaba su verdadera identidad. Hasta que desaparec¨ªa. La ¨²ltima v¨ªctima conocida de esta estrategia inmoral es un activista de Girona cuyo compromiso era sobradamente conocido y que, al iniciarse la relaci¨®n en junio de 2020, ya estaba encausado por des¨®rdenes p¨²blicos. Centenares m¨¢s como ¨¦l. Entre 2018 y 2019, tras una movilizaci¨®n sostenida a lo largo de casi una d¨¦cada y en todos los frentes, se vivieron diversos episodios de desbordamiento que las fuerzas de orden no pudieron controlar porque, como hab¨ªa ocurrido con las humillantes urnas del refer¨¦ndum, desconoc¨ªan la profundidad del enraizamiento popular del movimiento soberanista.
Algunos de estos episodios los describi¨® el propio activista en los medios de comunicaci¨®n. Para conmemorar el primer aniversario del 1 de octubre se ocuparon las v¨ªas del AVE en Girona, despu¨¦s se accedi¨® a la delegaci¨®n de la Generalitat para descolgar la bandera espa?ola y colgar la independentista, luego hubo una manifestaci¨®n que se dirigi¨® a la subdelegaci¨®n del Gobierno, pero los Mossos d¡¯Esquadra impidieron que pudiesen llegar. Mientras tanto, en Barcelona, esa noche se produjo un intento de ocupaci¨®n del Parlament. El momento clave de ese desaf¨ªo, que se hab¨ªa preparado desde diversas instancias como palanca para reactivar el proc¨¦s, fue la sentencia dictada por el Tribunal Supremo contra los l¨ªderes independentistas. Octubre de 2019. Hubo un peligroso intento de ocupaci¨®n del aeropuerto, cortes de carretera con el prop¨®sito de paralizar la econom¨ªa y altercados en diversas ciudades catalanas, con enfrentamientos violentos, ahora s¨ª, entre manifestantes y agentes de orden p¨²blico. Fueron jornadas ca¨®ticas para los Mossos, el material de antidisturbios se agotaba. Las im¨¢genes del centro de Barcelona tuvieron un impacto considerable en el resultado de las elecciones generales celebradas ese 10 de noviembre.
Lo hemos olvidado porque la distensi¨®n es una realidad, pero durante muchos meses en Catalu?a se vivi¨® en un clima de excepcionalidad. Para decirlo con las palabras del activista: exist¨ªa ¡°un contexto de movilizaciones casi permanentes y en clave rupturista, desafiantes y de desobediencia popular en la calle contra el Estado espa?ol¡±. No sorprendi¨® que tanto en el pacto de gobierno de Pedro S¨¢nchez con Podemos como en el de investidura con ERC apareciese la cuesti¨®n catalana como un asunto clave que el Ejecutivo se compromet¨ªa a resolver. Porque tras el estrepitoso fracaso del Ejecutivo de Rajoy a la hora de enfrentarse al proc¨¦s, con una ayudita de una polic¨ªa mafiosa y los altavoces habituales, la respuesta penal y la prisi¨®n preventiva no hab¨ªan desactivado una movilizaci¨®n que parec¨ªa estar entrando en una cierta fase de radicalizaci¨®n. Iba a ser el momento, por fin, de la pol¨ªtica. De seguridad y nacional. La concreci¨®n de este compromiso fue la concesi¨®n de los indultos. Todo cambi¨®.
La progresiva aceptaci¨®n de la derrota, el paso del tiempo, la nueva ¨¦poca y los indultos han restablecido en buena medida la normalidad en Catalu?a. Apenas hay protestas y, en paralelo, no hay encuesta que no certifique el aumento del rechazo al proyecto independentista. Hace diez d¨ªas, la encuesta del CIS catal¨¢n. Este cambio no se explica sin las medidas adoptadas por el Gobierno progresista, pero esta labor no est¨¢ siendo reivindicada por Pedro S¨¢nchez durante la campa?a. Al contrario. Se esconde como si fuera algo vergonzante. Es una demostraci¨®n de la potencia del marco del antisanchismo, del relato establecido que caracteriza al presidente del Gobierno como un traidor a la naci¨®n. Esto tambi¨¦n es falso. Y por patriotismo constructivo, frente a quienes patrimonializan Espa?a, ya ser¨ªa hora de reivindicar este legado.
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