Periodistas en campa?a
Unas veces el periodismo incisivo es un peligro para la democracia y otras es la garant¨ªa de la democracia. La ¨¦tica, seg¨²n Savater, es lo que les falta a los otros: tambi¨¦n la period¨ªstica
La campa?a, como la d¨¦cada de los a?os treinta seg¨²n W. H. Auden, est¨¢ siendo baja y deshonesta. La del PSOE parece una enmienda a las teor¨ªas de George Lakoff, con un presidente m¨¢s interesado en hablar de s¨ª mismo que de los problemas de los ciudadanos. Transmite una impresi¨®n de orgullo herido e introduce marcos que favorecen al adversario: el sanchismo, el Falcon, ¡°que te vote Txapote¡± o las mentiras. El PP da sensaci¨®n de tacticismo: contiene la respiraci¨®n para no perder su ventaja, aunque transmit¨ªa euforia tras el debate a dos; mantiene una relaci¨®n bamboleante con Vox; lo necesita d¨¦bil pero no demasiado.
Los instrumentos son la doble vara de medir, la equivalencia moral, las marruller¨ªas y las exageraciones. La mentira nos preocupa tras a?os de indiferencia. Feij¨®o tuvo que corregir una falsedad que hab¨ªa dicho en Televisi¨®n Espa?ola, Patxi L¨®pez ha especulado con que la derecha imite los asaltos de los partidarios de Trump y Bolsonaro si tiene un resultado negativo (aunque quienes rodearon el Congreso porque consideraban que la investidura de Rajoy en 2016 era ileg¨ªtima recibieron el apoyo de miembros de Podemos). Con la hip¨¦rbole y los ataques personales se busca la movilizaci¨®n. Pero tambi¨¦n se detecta un componente autorreferencial. Hay m¨¢s reproches, tergiversaciones y malentendidos deliberados que propuestas. Se observa una b¨²squeda de la diferencia en medio de un consenso mayor de lo que parece, y la deriva personalista es tan espectacular como falseadora.
Otro elemento desagradable es el papel de la prensa. A veces act¨²a como hinchada: unos medios increpan a los dem¨¢s y algunos periodistas persiguen a otros como los cabezudos a los ni?os. En un ejemplo casi lis¨¦rgico de sectarismo, muchos de quienes criticaban a Carlos Alsina o Ana Rosa Quintana por hacer preguntas inc¨®modas al presidente del Gobierno elogiaban que Silvia Intxaurrondo corrigiera al l¨ªder de la oposici¨®n, y viceversa. Unas veces el periodismo incisivo es un peligro para la democracia y otras es la garant¨ªa de la democracia. La ¨¦tica, seg¨²n Savater, es lo que les falta a los otros: tambi¨¦n la period¨ªstica. La coreograf¨ªa esquizoide de sumisi¨®n y ferocidad no solo es mal periodismo: traslada la sensaci¨®n de que los medios y los partidos viven en un bucle autorreferencial, ansiosos por enfrentar a los ciudadanos y a menudo lejos de ellos.
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