?Tener ra¨ªces ind¨ªgenas o ser ind¨ªgena? ??ts
La falta de contundencia en las respuestas de X¨®chitl G¨¢lvez sobre si es ind¨ªgena o no est¨¢ relacionada con la historia de este pa¨ªs y el tratamiento que el Estado Mexicano dio a lo que llam¨® por mucho tiempo ¡°el problema ind¨ªgena¡±
Cuando a X¨®chitl G¨¢lvez se le pregunta si es ind¨ªgena, la respuesta pocas veces es directa. No la he escuchado decir, as¨ª sin m¨¢s y de manera contundente: ¡°s¨ª, soy ind¨ªgena h?ah?u¡± o alguna respuesta parecida en nivel de certeza. Desde que apareci¨® en la vida pol¨ªtica a principios de este siglo, G¨¢lvez ha fraseado sus respuestas sobre el tema de diferentes maneras, a veces ha dicho que se enamor¨® del idioma otom¨ª que hablaban sus abuelos y por eso decidi¨® adoptar una ¡°identidad ind¨ªgena¡±, a veces ha dicho que su padre era ind¨ªgena, su madre mestiza y que, ante esas dos opciones, eligi¨® identificarse con la primera como si de elegir entre las ofertas de un men¨² se tratara, unas veces m¨¢s ha dicho que tiene ra¨ªces ind¨ªgenas. Lo cierto es que, por contraste, ha enfatizado siempre c¨®mo cambi¨® de vivir en su pueblo Tepatepec en Hidalgo a habitar a?os despu¨¦s en una casa en Las Lomas de la Ciudad de M¨¦xico, como claro ejemplo de que, para ella, ingresar a un segmento privilegiado de la poblaci¨®n es la medida del ¨¦xito y no destruir precisamente el sistema que sostiene los privilegios para unos cu¨¢ntos. El nivel de consumo asociado con la clase social que vive en barrios ricos como Las Lomas est¨¢ profundamente relacionado con la actual crisis clim¨¢tica, as¨ª no s¨¦ si, en este contexto, lo m¨¢s sensato sea desear este nivel de consumo para todas las personas.
La falta de contundencia en las respuestas de X¨®chitl G¨¢lvez sobre si es ind¨ªgena o no est¨¢ relacionada con la historia de este pa¨ªs y el tratamiento que el Estado Mexicano dio a lo que llam¨® por mucho tiempo ¡°el problema ind¨ªgena¡±. Ingenuamente, a veces asumimos que nuestros rasgos identitarios tienen que ver con una elecci¨®n personal, pero, en muchos casos, el men¨² del que supuestamente elegimos est¨¢ dise?ado y servido por los sistemas de opresi¨®n, sea ¨¦ste el patriarcado (para las identidades de g¨¦nero), sea el capitalismo, el racismo o todos al mismo tiempo. Como activistas del movimiento Black Lives Matter en Estados Unidos han planteado, no basta que, ante la violencia policiaca que suele sufrir constantemente la poblaci¨®n afrodescendiente, una persona grite: ¡°?no dispare por favor!, yo me auto-identifico como blanco¡± para que deje ser perfilada racialmente y el oficial que le apunta baje el arma. Detr¨¢s de nuestras supuestas libres elecciones identitarias muchas veces yacen estructuras que acotan las posibilidades a elegir (cuando es posible hacerlo), estructuras que jerarquizan y oprimen unas categor¨ªas sobre otras de maneras tan complejas y contundentes como normalizadas; as¨ª que dudar sobre si auto-adscribirse ind¨ªgena o no, como sucede con una gran parte de la poblaci¨®n de este pa¨ªs que prefiere decir que tiene ¡°ra¨ªces ind¨ªgenas¡± en lugar de decir que es ind¨ªgena, tiene que ver con la historia de las pol¨ªticas estatales mexicanas m¨¢s que con una elecci¨®n personal identitaria.
Tan es as¨ª que si la situaci¨®n se hubiera dado en Estados Unidos o Canad¨¢, la duda nunca habr¨ªa existido pues las pol¨ªticas para determinar si una persona es ind¨ªgena o no dejar¨ªan en claro que X¨®chitl G¨¢lvez lo es porque sus abuelos lo eran. En Noruega, G¨¢lvez tambi¨¦n ser¨ªa ind¨ªgena, si alguno de tus abuelos tuvo por lengua materna un idioma ind¨ªgena (sami en ese contexto) el Estado Noruego te reconoce como ind¨ªgena. En otros pa¨ªses como Chile, que alguno de los abuelos tenga un apellido en lengua ind¨ªgena es prueba suficiente para demostrar que una persona tambi¨¦n lo es; en este caso X¨®chitl G¨¢lvez no pasar¨ªa esta prueba pues sus abuelos no usaron apellidos en h?ah?u como tampoco lo pasar¨ªamos las personas mixes a las que se nos impuso un apellido en castellano hace tiempo. Estas situaciones muestran por qu¨¦ he insistido tanto en que ser o no ind¨ªgena se determina frente al estado y por eso cambia seg¨²n el estado-naci¨®n en cuesti¨®n; ser ind¨ªgena se determina con mecanismos distintos a los que se utilizan para determinar pertenencia al pueblo mixe, mapuche, h?ah?u o sami.
En M¨¦xico, hay dudas sobre si X¨®chitl G¨¢lvez es ind¨ªgena, hay dudas en sus propias palabras y tambi¨¦n en el racista indigen¨®metro que tan intensamente le han aplicado. Aunque en la actualidad, la auto-adscripci¨®n es el criterio oficial para determinar si alguien es ind¨ªgena o no, lo cierto es que en el imaginario social y en los usos y costumbres cotidianos de la administraci¨®n estatal, sigue operando un rasgo fundamental del indigen¨®metro: hablar una lengua ind¨ªgena. Este rasgo fue el instrumento preferido del estado para determinar si alguien era ind¨ªgena o no durante la mayor parte del Siglo XX y sigue vigente a pesar de no ser ya m¨¢s el criterio legal; en el imaginario social, este requisito interact¨²a con el criterio que trata la categor¨ªa ind¨ªgena como raza. Ni la actriz Yalitza Aparicio ni X¨®chitl G¨¢lvez hablan una lengua originaria y ambas crecieron en sus comunidades de origen, ?por qu¨¦ no hay dudas de que Aparicio sea ind¨ªgena? ?Late el perfilamiento racial en este caso?. ?Qu¨¦ tipo de violencia ha provocado que ni X¨®chitl ni Yalitza hablen la lengua que hablaron sus abuelos?
Lo perverso del criterio ling¨¹¨ªstico es que, por un lado, el Estado Mexicano utiliz¨® este rasgo para determinar que una persona es ind¨ªgena al mismo tiempo que implement¨® una agresiva campa?a para desaparecer las lenguas ind¨ªgenas del pa¨ªs y minimizar la poblaci¨®n que las habla; los esfuerzos para desparecer las lenguas originarias fueron financiados con recursos p¨²blicos y dise?ados como pol¨ªtica institucional. Seg¨²n ling¨¹istas e historiadores, se calcula que para 1820, cerca del nacimiento del Estado Mexicano, el 70% de la poblaci¨®n de estos territorios hablaba una lengua ind¨ªgena, 200 a?os despu¨¦s, en 2020, quienes hablamos lenguas ind¨ªgenas representamos ya el 6.1% de la poblaci¨®n mexicana. Es claro el efecto de las pol¨ªticas ling¨¹icidas; para des-indigenizar a la poblaci¨®n (amestizarla), fue fundamental el borrado de las lenguas ind¨ªgenas mediante mucha violencia racista, por lo tanto, ?c¨®mo exigirle a alguien que debe hablar una lengua ind¨ªgena para probar que es ind¨ªgena?. Por otro lado, dado que gen¨¦ticamente todas las personas del mundo estamos mezcladas, ser una persona mestiza en M¨¦xico significa m¨¢s bien haber sido desi-ndigenizados por el proyecto estatal, dejar de hablar la lengua y dejar el mayor n¨²mero de pr¨¢cticas culturales que le asocie a un pueblo originario en particular.
Siguiendo el ejemplo del comunicador y poeta nahua Mardonio Carballo, en algunas charlas pido que levanten la mano quienes en el auditorio hablan una lengua ind¨ªgena, suelen ser pocas las manos levantadas; pido entonces que se sumen quienes tienen padre o madre que hable una lengua ind¨ªgena, se unen m¨¢s personas; as¨ª que contin¨²o y pido que levanten tambi¨¦n la mano quienes tengan abuelos, bisabuelos o tatarabuelos hablantes de alguna lengua ind¨ªgena, de pronto las manos se multiplican. ¡°?Se consideran ind¨ªgenas?¡± Les pregunto a quienes no hablan un idioma originario pero tienen padres, madres o ancestros que s¨ª lo hablaban; ¡°tenemos ra¨ªces ind¨ªgenas¡±, suelen responderme.
Cuando alguien dice que tiene ¡°ra¨ªces ind¨ªgenas¡± lo que est¨¢ nombrando, a¨²n sin saberlo, es que la violencia del estado les arrebat¨® elementos fundamentales de sus pueblos, lenguas y culturas para re-adscribirlos a una nueva categor¨ªa como poblaci¨®n mexicana mestiza. Ese 70% de la poblaci¨®n que hablaba una lengua ind¨ªgena a principios del siglo XIX sufri¨® violencia cotidiana y estructural para que dejaran de cumplir el requisito del indigen¨®metro que exige el criterio ling¨¹¨ªstico; no nos extra?e pues que aproximadamente el 60% de la poblaci¨®n mexicana diga frecuentemente que tiene ¡°ra¨ªces ind¨ªgenas¡±, esa frase nombra en realidad un proceso violento, una herida, un robo, una presi¨®n estructural racista. ?Qu¨¦ suceder¨ªa si la poblaci¨®n que asume tener ¡°ra¨ªces ind¨ªgenas¡± pidiera cuentas al Estado cuya violencia le impidi¨® ser reconocida como ind¨ªgena? ?Qu¨¦ suceder¨ªa si la poblaci¨®n que asume tener ¡°ra¨ªces ind¨ªgenas¡± pidiera reconocimiento y resarcimiento del da?o para re-aprender las lenguas que les arrebataron y los elementos culturales que les negaron? ?Qu¨¦ lengua ind¨ªgena hablar¨ªas t¨², lectora, lector, si la violencia del Estado no hubiera impedido que la lengua de tus ancestras llegara a tus labios? ?Qu¨¦ suceder¨ªa si la poblaci¨®n que asume tener ¡°ra¨ªces ind¨ªgenas¡± pidiera justicia por todo lo que se le arrebat¨® con violencia racista en lugar de luchar por mudarse a una casa en Las Lomas justo como ese sistema nos ha ense?ado a so?ar?
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