La lucha contra el crimen organizado es clave para proteger la Amazonia
Existen numerosas medidas que los Estados podr¨ªan, y deber¨ªan, adoptar mejorando la cooperaci¨®n e involucrando a las comunidades locales y a la sociedad civil
Los di¨¢logos amaz¨®nicos de Bel¨¦m, la primera cumbre atendida por representantes de alto nivel de los gobiernos de los ocho pa¨ªses que comparten la Amazonia en 14 a?os, culmin¨® con una amplia declaraci¨®n con mucho ¨¦nfasis en los pueblos ind¨ªgenas, la ciencia ...
Los di¨¢logos amaz¨®nicos de Bel¨¦m, la primera cumbre atendida por representantes de alto nivel de los gobiernos de los ocho pa¨ªses que comparten la Amazonia en 14 a?os, culmin¨® con una amplia declaraci¨®n con mucho ¨¦nfasis en los pueblos ind¨ªgenas, la ciencia y cooperaci¨®n regional.
La mera realizaci¨®n de un evento de tal envergadura es positivo, pero no ser¨¢ m¨¢s que tinta sobre papel si no se desarrolla un plan con metas claras, una hoja de ruta y recursos para implementarlas.
Salvar a la Amazonia es una carrera contrarreloj. La peligrosa mezcla de cambio clim¨¢tico, econom¨ªas extractivas y crimen organizado hacen que la mayor selva tropical del planeta enfrente una amenaza existencial. Los pa¨ªses son conscientes que con el liderazgo de Luiz In¨¢cio Lula da Silva y Gustavo Petro hay dos presidentes progresivos con una fuerte agenda ambiental, pero sobre todo saben que el clima geopol¨ªtico en Am¨¦rica Latina puede cambiar r¨¢pidamente y que las oportunidades de supervivencia de la Amazonia se acercan a un punto de no retorno.
A pesar de las diferencias y tensiones entre algunos de los distintos pa¨ªses amaz¨®nicos, existe un aparente consenso sobre un tema compartido por muchos de los participantes ind¨ªgenas y de la sociedad civil durante mi visita a la Cumbre en Bel¨¦m: en la Amazonia hay una crisis de seguridad y se debe formular una respuesta contundente para contrarrestar el crimen ambiental y la violencia.
Gustavo Petro, quien apenas cumple un a?o de mando, sugiri¨® un ¡°tribunal internacional de justicia ambiental¡± y se atrevi¨® a hablar de una OTAN amaz¨®nica de cooperaci¨®n militar. Lula, por su parte, prometi¨® desplegar m¨¢s fuerzas de la Polic¨ªa Federal por las fronteras en la Amazonia. ¡°Estableceremos acuerdos con todos los pa¨ªses lim¨ªtrofes¡±, afirm¨® Lula. ¡°Nos comprometeremos firmemente a expulsar de nuestros bosques a los narcotraficantes, traficantes de armas y al crimen organizado en este pa¨ªs. Es una tarea que hemos asumido aqu¨ª¡±.
Los pronunciamientos son dram¨¢ticos y las estrategias de cooperaci¨®n en seguridad implican muchos riesgos, sobre todo cuando involucran fuerzas armadas ya manchadas por abusos de poder y violaciones de derechos humanos. Es por esto que las estrategias de seguridad deben ser consultadas y consensuadas con poblaciones en la Amazonia y tienen que involucrar a agencias estatales no militares.
La amenaza que representa la presencia y acciones de organizaciones criminales es real, de hecho, junto con un grupo de periodistas hemos estado document¨¢ndola. Durante m¨¢s que un a?o, lider¨¦ un proyecto ¡ªllamado Amazon Underworld¡ª que involucra a casi 40 profesionales de medios de 11 pa¨ªses que viajaron a cada rinc¨®n de la Amazonia para documentar la presencia de grupos armados a cargo de econom¨ªas il¨ªcitas como la miner¨ªa ilegal, el tr¨¢fico de armas y de drogas.
Lo que el equipo de Amazon Underworld encontr¨® es escalofriante. Organizaciones criminales controlan la vida de poblaciones enteras, ignorando a la autoridad local o actuando en colisi¨®n con ella. Debido a la ausencia estatal, la presi¨®n violenta y la falta de econom¨ªas formales: hombres, mujeres y ni?os a menudo no tienen m¨¢s opci¨®n que trabajar como mano de obra de estas organizaciones y actividades il¨ªcitas que est¨¢n haciendo estragos en el medio ambiente. De hecho, encontramos grupos criminales en el 70 por ciento de los municipios que investigamos en las zonas fronterizas de los seis principales pa¨ªses amaz¨®nicos.
En las profundidades de la selva, y especialmente en las zonas fronterizas con m¨ªnima presencia estatal, la convergencia de actividades il¨ªcitas con empresas leg¨ªtimas y elementos corruptos presenta enormes obst¨¢culos para el bienestar de la Amazonia, exacerbando el impacto perjudicial de la criminalidad sobre el medio ambiente y el bienestar de las comunidades locales.
La Amazonia se ha convertido en un lugar violento. En medio de la oportunidad de crecimiento de las carteras criminales, han llegado cada vez m¨¢s grupos delictivos ajenos a la Amazonia. El atractivo de la ganancias il¨ªcitas tiene un efecto cautivador en las bandas originalmente urbanas, como PCC y Comando Vermelho, provenientes de San Pablo y R¨ªo de Janeiro y grupos armados como las organizaciones guerrilleras colombianas.
Mayormente, los grupos armados inicialmente llegaron a la Amazonia para controlar el narcotr¨¢fico y por la coca, el ingrediente principal de la coca¨ªna, pero se quedaron por el oro, la ganader¨ªa y los minerales ¡ªy tambi¨¦n para lavar las ganancias del narcotr¨¢fico¡ª.
Las fuerzas policiales no pueden ser excluidas de las redes del crimen organizado, lo que aprendimos por las malas cuando un equipo de la Polic¨ªa Militar nos intimid¨® y oblig¨® a entregar las tarjetas de memoria de nuestras c¨¢maras fotogr¨¢ficas cuando viajamos por la Amazonia brasile?a. Entramos en su dominio, donde tanto los criminales como los polic¨ªas exigen a mineros ilegales pagos en oro para tolerar y proteger a esta econom¨ªa il¨ªcita que destruye la selva tropical.
Hasta ahora, las autoridades han fracasado estrepitosamente a la hora de hacer frente a redes delictivas cada vez m¨¢s complejas que extienden su influencia por toda la regi¨®n. Estas organizaciones transnacionales ejercen ahora una forma de diplomacia criminal que sin duda impresionar¨ªa incluso a pol¨ªticos avezados, ya que forjan alianzas a trav¨¦s de las fronteras a pesar de sus diferencias culturales e ideol¨®gicas.
La escalada de violencia y la presencia criminal podr¨ªan poner en peligro la mera presencia de los Estados en la selva y el apoyo internacional a los proyectos de desarrollo econ¨®mico, inclusi¨®n social y conservaci¨®n en la Amazonia.
Pero no todo est¨¢ perdido. La cumbre presidencial de Bel¨¦m constituye una plataforma fundamental para iniciar el cambio. Existen numerosas medidas que los Estados podr¨ªan, y deber¨ªan, adoptar mejorando la cooperaci¨®n e involucrando a las comunidades locales y a la sociedad civil.
Aumentar la presencia estatal en zonas remotas para promover la asistencia sanitaria, educaci¨®n y desarrollo econ¨®mico; desarrollar estrategias de cooperaci¨®n efectiva entre las fuerzas de seguridad, as¨ª como abordar los flujos financieros detr¨¢s de los delitos ambientales y la corrupci¨®n son algunas de las medidas esenciales para garantizar un futuro m¨¢s seguro y sostenible para la selva tropical.
Para mitigar el ataque a la Amazonia, la cooperaci¨®n es clave y el tiempo se acaba.