Agilidad con el coche el¨¦ctrico

El Parlamento Europeo aprob¨® en febrero pasado un importante hito en el camino que tiene que llevar a la Uni¨®n hacia la descarbonizaci¨®n de su econom¨ªa cuando marc¨® 2035 como fecha l¨ªmite para la venta de turismos y furgonetas de combusti¨®n dentro de sus fronteras. La relevancia de ese horizonte meridiano, uno m¨¢s en la estrategia de transici¨®n energ¨¦tica global Fit for 55, se basa en que no solo marca el fin de una ¨¦poca sino que va a servir para fijar objetivos intermedios e inexcusables de adaptaci¨®n para la industria y la sociedad.

Dos a?os antes de la aprobaci¨®n de la norma, el Gobierno se?al¨® su intenci¨®n de contar en 2023 con un parque de 250.000 veh¨ªculos el¨¦ctricos. Hoy, esa cifra no solo est¨¢ superada y debe actualizarse, sino que no aguanta comparaciones con los registros de otros pa¨ªses europeos. Solo en 2022, Alemania matricul¨® un mill¨®n de coches el¨¦ctricos puros, la designaci¨®n que utiliza la industria para referirse a los que ¨²nicamente se impulsan gracias a sus bater¨ªas y no necesitan de combustibles f¨®siles. En Espa?a fueron aquel mismo a?o tan solo 36.452.

Espa?a es diferente: sufre la inferior capacidad adquisitiva que limita el poder de compra de coches el¨¦ctricos, le lastran la falta de infraestructuras de recarga y una mayor querencia por los veh¨ªculos h¨ªbridos, pese a que tambi¨¦n tendr¨¢n que ser barridos de las matriculaciones a partir de 2035. Son solo tres ejemplos, pero Espa?a, con todo, no ha conseguido todav¨ªa el despertar del coche el¨¦ctrico en el que est¨¢n inmersos ya otros pa¨ªses de la UE, aunque reclama a los fabricantes que apuesten por sus f¨¢bricas en el pa¨ªs para producirlos, consciente de que no hay m¨¢s futuro.

El Gobierno est¨¢ destinando muchos recursos como incentivo. Lo dicen las ayudas para la reconversi¨®n de la industria del motor (casi 3.000 millones de euros) y los 1.200 millones de euros de fondos europeos que est¨¢ dispuesto a incluir en el programa Moves III, que financia tanto la adquisici¨®n de veh¨ªculos electrificados (el¨¦ctricos e h¨ªbridos enchufables) como de puntos de recarga. Pero tambi¨¦n ese sistema de subvenciones se halla en entredicho por su lentitud en el proceso de asignaci¨®n, cuando dos terceras partes de las ayudas preparadas todav¨ªa no han llegado a los compradores de veh¨ªculos el¨¦ctricos. Ese proceso de concesi¨®n no hace m¨¢s que alimentar el discurso de que el veh¨ªculo el¨¦ctrico es solo para un segmento de la poblaci¨®n por encima de la media, con posibilidades de esperar el cobro de una ayuda que puede alcanzar los 7.000 euros. Para quienes no pueden esperar ese descuento, no hay m¨¢s alternativa que seguir apostando por el veh¨ªculo de gasolina. El proceso acaba discriminando igual que el mercado, para el que, de momento, un coche el¨¦ctrico cuesta hasta un 30% m¨¢s que uno de combusti¨®n.