Ense?ar las tetas no es feminismo
Reivindicar cuestiones que tenemos ya superadas haci¨¦ndolas pasar por derechos del siglo XXI solo esconde las necesidades reales y mucho m¨¢s urgentes que tenemos las mujeres
Vaya por delante que cada una puede lucir su cuerpo, partes del mismo, como mejor le venga en gana, sea Eva Amaral o sea quien sea. Vaya por delante que no se debe detener a nadie por ense?ar las tetas; afortunadamente, el polic¨ªa que hizo bajar del escenario a Roc¨ªo Saiz hace unas semanas ya fue expedientado. Vaya por delante que es pat¨¦tico que alguien se moleste porque alguna mujer ense?e las tetas en el escenario, y os aseguro que no he le¨ªdo en las redes ninguna reacci¨®n en contra escrita por alg¨²n personaje relevante desde la derecha; es m¨¢s os dir¨ªa que muchos ¡°machirulos¡± coinciden en su punto de vista con Irene Montero, celebrando que un acto reivindicativo de una mujer pase por ense?ar unas tetas que muestran la fragilidad de las mujeres sobre el escenario (qui¨¦n sabe si ah¨ª tenemos unos cuantos candidatos a sustituir a la ministra de Igualdad, dicho sea de paso). Vaya por delante todo esto, digo, antes de que alguien salga a decirme que si soy moralista, que si la derecha, que si el machismo, que si bla, bla, bla¡
Pero vayamos a lo concreto: ?a santo de qu¨¦ hago este pre¨¢mbulo?
Pues ver¨¦is, resulta que hace unos d¨ªas Eva Amaral ense?¨® el pecho en un concierto en Aranda de Duero al hilo de una conocida canci¨®n suya titulada Revoluci¨®n: ¡°Esto es por Roc¨ªo, por Rigoberta, por Zahara, por Miren, por Bebe, por todas nosotras, porque nadie nos puede arrebatar la dignidad de nuestra desnudez, la dignidad de nuestra fragilidad, de nuestra fortaleza. Porque somos demasiadas. Y no podr¨¢n pasar por encima de la vida que queremos heredar. Donde no tenga miedo a decir lo que pienso. Porque hoy es el d¨ªa de la revoluci¨®n¡±.
El acto en s¨ª ¡ªuna cantante quit¨¢ndose la camiseta, qued¨¢ndose con las tetas al aire¡¡ª, a buen seguro habr¨ªa pasado desapercibido de no ser porque ¡ªsin saber bien c¨®mo, quiz¨¢s agosto anda necesitado de noticias frescas, que siempre es mejor que seguir hablando de las casi 10 v¨ªctimas de violencia machista que ha habido en julio que ¡°no da buen rollo¡±¡ª han intentado hacerlo pasar por una ?¡±reivindicaci¨®n feminista¡±? (aplauso de ministras y aspirantes a presidentas incluido).
Dicho esto, vayamos por partes.
La revoluci¨®n feminista, como parece evidente, no pasa por sexualizar a la mujer y que el hecho se aplauda desde redes y medios ¡ª?no hab¨ªamos quedado que hab¨ªa que cambiar el vestuario de las azafatas de eventos deportivos por estar cosificadas?¡ª; ni tampoco tiene nada que ver con que una ense?e sus pechos en p¨²blico o no ¡ªeso ya lo hizo Susana Estrada a finales de los setenta con Tierno Galv¨¢n¡ª. En definitiva, lo verdaderamente feminista pasa porque la reivindicaci¨®n no resida en fijarse en el cuerpo de la mujer: ni tapadas hasta los tobillos, para no provocar a los hombres, ni ense?ando las tetas para provocarlos, dos caras del mismo control sobre las mujeres. Por si no hab¨ªa quedado claro, parece evidente que en una sociedad hipersexualizada como la que vivimos ense?ar el pecho no tiene nada de reivindicativo. No solo eso, sino que justamente hacerlo refuerza el estereotipo de mujer objeto. Quiz¨¢s en los sesenta hacer algo as¨ª era un acto revolucionario; ahora no es, creedme, ni siquiera una novedad.
Reivindicar temas que tenemos ya superados haci¨¦ndolos pasar por derechos del siglo XXI no hace m¨¢s que esconder las necesidades reales y mucho m¨¢s urgentes que tenemos las mujeres. Si pedir que escondan los pechos es retroceder cien a?os, presentar como un logro ense?arlos supone acompa?arles aplaudiendo ese retroceso. Con el peque?o detalle de que, insisto, no he visto a ning¨²n personaje representativo de la derecha polemizar sobre el asunto Amaral. Es m¨¢s, viendo las redes, tengo la impresi¨®n de que es una pol¨¦mica en bucle de parte de la izquierda l¨ªquida. La derecha ni se ha inmutado.
Lo verdaderamente revolucionario, pol¨ªticamente hablando, no es ni ense?ar las tetas ni pintarse los labios de rojo. Lo verdaderamente revolucionario, desde un discurso articulado y con cierto componente de clase, es seguir defendiendo la agenda feminista abolici¨®n de la prostituci¨®n, ilegalizaci¨®n de los vientres de alquiler, violencia machista, ley trans, igualdad de derechos laborales, mejorar la presencia de mujeres en el deporte, la pol¨ªtica o las ciencias¡¡ª que, dicho sea de paso, parece que las mismas que reivindican lucir un pecho han olvidado.
A ver si las tetas no os han dejado escuchar la canci¨®n, y deber¨ªamos reivindicar el talento, la autonom¨ªa personal, la igualdad de derechos, temas todos que a buen seguro que s¨ª molestan a la derecha, incluso, como en la canci¨®n de Amaral, para que creamos de verdad en ¡°todas las canciones que empiezan a nacer para no ser escuchadas y al fin lo van a ser. Cantadas con rabia por los que siempre callaron¡±. Porque solo si nos dejan hablar, pensar, crear y trabajar sin preocuparnos de las tetas podremos conseguir una sociedad verdaderamente feminista.
Carmen Domingo es escritora. Su ¨²ltimo libro es #cancelados. El nuevo macartismo (C¨ªrculo de Tiza).
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