A las Irenes que vendr¨¢n
Querer desmantelar los servicios, los proyectos y las instituciones que protegen los derechos de la mitad de la poblaci¨®n es un atentado contra la democracia
Hace m¨¢s de 50 a?os que Simone de Beauvoir lanz¨® una advertencia que no ha caducado: ¡°No olvid¨¦is jam¨¢s que bastar¨¢ una crisis pol¨ªtica, econ¨®mica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, deb¨¦is permanecer vigilantes toda vuestra vida¡±. Los pasos que damos no siempre son hacia delante.
El miedo surgido en las ¨²ltimas elecciones municipales ¡ªa pesar del respiro en las estatales¡ª nos recuerda que la pol¨ªtica tiene consecuencias m¨¢s que palpables en la vida de las personas y que algunos ejecutar¨ªan nuestros derechos de un plumazo.
El Ministerio de Igualdad naci¨® en 2008 con Bibiana A¨ªdo al frente, siendo absorbido dos a?os despu¨¦s por el Ministerio de Sanidad y Pol¨ªtica social. A¨ªdo pag¨® el precio y despu¨¦s de ser secretaria de Igualdad hasta 2011 se acab¨® para ella la pol¨ªtica en el Estado. Hace poco, el expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero record¨® c¨®mo se la violent¨® por hacer su trabajo como ministra y de las consecuencias que tuvo para ella, de forma muy parecida a las sufridas por Irene Montero. Hicieron falta 10 a?os para tener otra vez un Ministerio de Igualdad, y lleg¨® en un momento de poca paz en la lectura social de las violencias.
Por la derecha absoluta, el Ministerio de Igualdad ha tenido que lidiar con el populismo punitivo, con el jolgorio, el regocijo de todos aquellos que defienden el derecho a violentar los cuerpos de las mujeres, los que quieren derogar las leyes de protecci¨®n integral de violencia de g¨¦nero, las que protegen a las v¨ªctimas de violencias sexuales... Querer desmantelar los servicios, los proyectos y las instituciones que protegen los derechos de la mitad de la poblaci¨®n es un atentado contra la democracia.
Por la izquierda pero a la derecha, el populismo antipunitivo que le hace el juego a todos los agresores que, en alg¨²n momento, han cruzado las l¨ªneas penales y que piden ser tratados como eternos ni?os que se han equivocado y que prometen que no volver¨¢ a ocurrir. Esos violadores estr¨¢bicos que no quieren mirarse al espejo y reconocerse y que prefieren desviar la mirada, con la complicidad cobarde de algunas que necesitan cuotas de poder para poder ser alguien. La violencia no es un error, es una decisi¨®n. La criminolog¨ªa nos puede ofrecer decenas de teor¨ªas explicativas de la violencia, pero ni una la justifica.
Muy a menudo se nos dice que los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI tienen que resolverse despu¨¦s. Todav¨ªa no sabemos despu¨¦s de qu¨¦, pero lo que s¨ª s¨¦ es que esta violencia aleccionadora es un mensaje para todas las Irenes que vendr¨¢n; las que ser¨¢n suficientemente valientes para ocupar nuevamente ese puesto, para las que levantar¨¢n en sus espacios bastiones contra las violencias sin excusas, para las que luchar¨¢n para que sus trabajos est¨¦n libres de violencias, para las que ocupamos los estrados denunciando violencias y a violadores, nunca se nos acabar¨¢ la labor.
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