Consultas regias
Es la hora de la responsabilidad de los partidos para buscar una investidura exitosa evitando cualquier presi¨®n al Rey
La constituci¨®n de las Cortes abre una etapa en la que sus protagonistas, los partidos pol¨ªticos, deber¨¢n llevar a cabo las negociaciones y los acuerdos necesarios para formar la mayor¨ªa parlamentaria que respalde al candidato a la investidura. La formaci¨®n de la Mesa puede ser un indicio que se?ala el camino, como ha manifestado la presidenta del Congreso, Francina Armengol, pero el procedimiento de investidura forma parte de una negociaci¨®n distinta, que previsiblemente ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil que la anterior sin que est¨¦ asegurado su ¨¦xito. El pacto de la Mesa prefigura, pero no configura la investidura. Al contrario que el l¨ªder popular Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ha sido Pedro S¨¢nchez quien hasta ahora ha demostrado mayor capacidad para forjar acuerdos no solo dentro del bloque progresista sino fuera de ¨¦l. Acuerdos de calado, aunque muchos de ellos lo son de procedimiento. Hay algunos que podr¨¢n resultar m¨¢s complejos, como el alivio judicial para los acusados del proc¨¦s. Otros, como el reconocimiento de un r¨¦gimen de cooficialidad de todas las lenguas del Estado, tendr¨¢n que sustanciarse con el correspondiente desarrollo legal.
Con el fin de proteger las negociaciones, es previsible que las conversaciones que S¨¢nchez mantenga para asegurar su investidura sean discretas. Existe, sin embargo, una relaci¨®n entre transparencia y rendici¨®n de cuentas que el presidente en funciones deber¨¢ tener en cuenta al final de la traves¨ªa: una mayor transparencia al t¨¦rmino de las negociaciones har¨¢ menos necesario el esfuerzo de rendici¨®n de cuentas posterior. El objetivo ser¨ªa lograr una investidura fruct¨ªfera, esto es, con capacidad para traducirse en un pacto de legislatura que no solo confiera estabilidad al pa¨ªs desde el punto de vista de las pol¨ªticas p¨²blicas ¡ªcomo ha ocurrido en la anterior etapa¡ª sino tambi¨¦n desde el punto de vista emocional ¡ªy este no ha sido el caso de la anterior¡ª. Espa?a necesita afrontar sus problemas lejos del alarmismo interesado de la derecha, pero necesita hacerlo con claridad y haciendo part¨ªcipes a los ciudadanos del trayecto y del objetivo ¨²ltimo de reforzar la convivencia.
La primera tarea, despu¨¦s de que la presidenta del Congreso haya entregado al jefe del Estado la relaci¨®n de los portavoces designados por todas las fuerzas pol¨ªticas con representaci¨®n parlamentaria, es la de acudir a las llamadas consultas regias. Es la hora de la responsabilidad de todos los partidos para afrontar una investidura exitosa, por lo que no es una buena noticia que algunos de ellos hayan manifestado su negativa a reunirse con el Rey. Aunque existen otros cauces, este es el fundamental que tiene el Monarca para centralizar por v¨ªa oficial la informaci¨®n que lleve a proponer, desde la m¨¢s absoluta neutralidad, al candidato que cuente con m¨¢s posibilidades de ser elegido o a quien en el momento de las consultas disponga de un mayor apoyo garantizado aunque m¨¢s tarde pueda obtener otros. En definitiva, el encargo del Rey habr¨¢ de sustanciarse en una votaci¨®n en el Congreso y es ah¨ª donde se cuentan los votos para ser investido presidente. Hay que exigirles a los partidos que eviten cualquier tipo de presi¨®n sobre el Monarca para acudir a la investidura, y tambi¨¦n a los nacionalistas e independentistas que reconozcan y respeten los procedimientos constitucionales. Recuperar el sentido de la centralidad del Parlamento significa huir de maximalismos, dialogar y respetar las reglas constitucionales. Los encastillamientos en democracia no tienen mucho sentido, mucho menos ante una previsible legislatura que exigir¨¢ grandes acuerdos de Estado ¡ªtambi¨¦n entre el Gobierno y la oposici¨®n¡ª no solo referidos al modelo territorial y la financiaci¨®n auton¨®mica. Es tiempo de reforzar el prestigio de las instituciones y afrontar desde la l¨®gica de los consensos los grandes desaf¨ªos que presenta el cambio clim¨¢tico y un contexto internacional marcado por la guerra y la incertidumbre.
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