Gente que complica las cosas
Mientras la simpleza es una poderosa herramienta de intoxicaci¨®n, la simplicidad es el verdadero motor del conocimiento
Como seres pensantes, los humanos nos dividimos en dos grandes grupos: los que disfrutan complicando las cosas y los que sufren por simplificarlas. Ya s¨¦ que buena parte de la manipulaci¨®n psicol¨®gica de masas en que se ha convertido la pol¨ªtica conservadora, y la peor parte de la otra, se basa en cocinar mensajes simples sobre problemas complejos, pero aqu¨ª no estoy hablando de la simpleza, sino de la simplicidad. Mientras la simpleza es una poderosa herramienta de intoxicaci¨®n, la simplicidad es...
Como seres pensantes, los humanos nos dividimos en dos grandes grupos: los que disfrutan complicando las cosas y los que sufren por simplificarlas. Ya s¨¦ que buena parte de la manipulaci¨®n psicol¨®gica de masas en que se ha convertido la pol¨ªtica conservadora, y la peor parte de la otra, se basa en cocinar mensajes simples sobre problemas complejos, pero aqu¨ª no estoy hablando de la simpleza, sino de la simplicidad. Mientras la simpleza es una poderosa herramienta de intoxicaci¨®n, la simplicidad es el verdadero motor del conocimiento. Los grandes avances en la comprensi¨®n del mundo se deben en el fondo a una religi¨®n: la creencia en que el mundo es comprensible. La b¨²squeda de pautas simples bajo la abrumadora confusi¨®n que nos presentan nuestros sentidos. El Dios de Spinoza y Einstein, el que se revela en la armon¨ªa de todo lo que existe. La ¨²nica fe de los cient¨ªficos.
Basta echar un somero vistazo a las noticias de este mi¨¦rcoles para encontrar buenos ejemplos de gente que disfruta complicando las cosas. Feij¨®o le pide a S¨¢nchez que le deje gobernar dos a?os, en un intento candoroso de confundir a sus propios correligionarios. Exteriores acaba de descubrir que los buques brit¨¢nicos se entrometen en las muy espa?olas aguas de Gibraltar. Rusia entierra a escondidas a Prigozhin, no vaya a ser que se manifiesten las hordas en un funeral p¨²blico. Rubiales se resiste a dimitir por alguna raz¨®n que no entienden ni en Manhattan, todo ello maridado con un v¨ªdeo del autocar donde la selecci¨®n femenina se re¨ªa de ¨¦l, lo que por lo visto le parece un esc¨¢ndalo a la ultraderecha. El PP y Vox censuran en C¨¢ceres una obra de teatro sobre la violencia de g¨¦nero. Gente que complica las cosas.
Las interpretaciones correctas son bien simples, en cambio. Espa?a controla la frontera sur del Estrecho desde Ceuta, y el Reino Unido controla la frontera norte desde Gibraltar. Putin ha asesinado a Prigozhin. Rubiales evita dimitir para no perder la pasta gansa de la indemnizaci¨®n. La derechona no cree en la democracia. Y Feij¨®o no va a gobernar. Simplicidad.
No quiero ser injusto. Tanto los simplificadores como los enredas son necesarios. Desde el redescubrimiento de las leyes de Mendel en 1900 ¨Del pobre monje las hab¨ªa descubierto 35 a?os antes sin que nadie le hiciera ni caso¡ª, la investigaci¨®n en gen¨¦tica produjo tal flujo de datos que ni siquiera un experto pod¨ªa mantenerse al d¨ªa con ellos, no hablemos ya de penetrarlos. Aquellos genetistas disfrutaban complicando las cosas, y hay que reconocer su m¨¦rito, puesto que la vida es genuinamente complicada. Pero bast¨® un destello de genio en 1953, la ahora famosa doble h¨¦lice del ADN, para reducir todos aquellos estratos de informaci¨®n a una simple pieza de conocimiento que se puede explicar a un ni?o. La historia de la ciencia ha repetido este esquema muchas veces. La simplicidad es la f¨®rmula del progreso.
La fe del cient¨ªfico es que el mundo es comprensible. Entre los soci¨®logos, polit¨®logos e historiadores hay mucha gente que disfruta complicando las cosas, pero los mejores de ellos hacen bien en sufrir por simplificarlas. Como dijo Samuel Johnson, lo que se escribe sin esfuerzo se lee sin placer.