El pecado de Mendel
Mendel es uno de los nombres cl¨¢sicos que aparecen en los libros de ciencias de bachillerato o incluso de primaria. A ¨¦l le debemos las bases de la gen¨¦tica y sus tres leyes, que la mayor¨ªa de nosotros hemos tenido que estudiar en alg¨²n momento. Simplificando mucho y poniendo un s¨ªmil humano, la primera ley viene a decir que si cruzas a una persona rubia con una morena, en la primera generaci¨®n salen todos los hijos casta?os. La segunda ley dice que si luego cruzas a dos casta?os, el 25% de los hijos de esta generaci¨®n saldr¨¢n rubios, el 50% casta?os y el 25% morenos. La tercera es la ley de independencia de caracteres. Aqu¨ª necesitamos fijarnos en el tono de pelo y en otro rasgo como el color de ojos. La tercera ley establece que si pap¨¢ es rubio con ojos azules y mam¨¢ es morena con ojos verdes, nada impide que el hijo sea rubio con ojos verdes, o moreno con ojos azules, o igual que pap¨¢ o mam¨¢. Es decir, cada car¨¢cter gen¨¦tico se hereda por su cuenta y no van los caracteres de pap¨¢ por un lado y los de mam¨¢ por otro. ?C¨®mo lleg¨® Mendel a establecer estas leyes? Obviamente no lo hizo cruzando ni?os rubios y morenos (eso ya lo hizo Mengele a?os despu¨¦s), sino con paciencia y legumbres. En el jard¨ªn de la abad¨ªa de Brno, en la actual Rep¨²blica Checa, ten¨ªa un peque?o invernadero y all¨ª se dedicaba a hacer experimentos y cruces con diferentes variedades de guisantes o de jud¨ªas. Utiliz¨® distintos caracteres gen¨¦ticos como el color de la flor, la forma de la vaina o la semilla y el pigmento de los cotiledones. Su obra fue dada a conocer en dos conferencias impartidas en la primavera de 1865 en la Sociedad de Historia Natural de Brno y en un art¨ªculo que recopila estas charlas, Versuche ¨¹ber Pflanzen-Hybriden (experimentos sobre h¨ªbridos de las plantas), que ha sido fundamental para entender el funcionamiento de la herencia en los seres vivos. Su pensamiento fue adelantado a su tiempo y, quiz¨¢s, a sus limitaciones experimentales. Este art¨ªculo pas¨® bastante inadvertido en su momento, hasta que fue redescubierto a principios del siglo XX cuando otros cient¨ªficos llegaron a conclusiones similares. No obstante, aunque nadie duda de la realidad de lo que descubri¨®, la metodolog¨ªa que utiliz¨® s¨ª que ha sido cuestionada.
En la abad¨ªa de Brno se conservan los cimientos del invernadero donde cultivaba sus plantas. Lo primero que llama la atenci¨®n es que es muy peque?o. All¨ª no caben muchos guisantes y jud¨ªas. Curiosamente, en sus anotaciones salen unos n¨²meros muy bonitos y que se ajustan muy bien a los porcentajes, demasiado bien para tan pocas plantas. Estad¨ªsticos como Weldon en 1902 y Fisher en 1938 alertaron de que sus n¨²meros son demasiado perfectos para ser reales y levantan la sombra de la duda sobre si modific¨® o maquill¨® los resultados para que se ajustaran a su modelo. Otra suspicacia se centra en que ahora conocemos que hay caracteres que no se heredan como predijo Mendel, sino que van ligados. En su ¨¦poca no se sab¨ªa que los genes f¨ªsicamente residen en un cromosoma. Dos genes situados cerca en el mismo cromosoma no cumplir¨¢n la tercera ley y el porcentaje de veces que aparecer¨¢n juntos o separados depender¨¢ de lo cerca que se encuentren. Hoy dir¨ªamos que esos dos genes est¨¢n ligados. ?Hizo trampa al escoger caracteres que no estaban ligados? Es cierto que si hubiera cogido dos caracteres ligados nada hubiera cuadrado, pero aqu¨ª no hay tanta controversia. Dado el tama?o del genoma y el gran n¨²mero de caracteres que existen, era improbable que hubiera seleccionado dos genes suficientemente cercanos que hubieran destrozado su modelo. Por lo tanto, queda la duda de si Mendel era el t¨ªpico ejemplo de cient¨ªfico que era mejor dise?ando experimentos que haci¨¦ndolos, y quiz¨¢s un poco tramposillo.
Darwin, Mendel y sus teor¨ªas
Mendel logr¨® cambiar la forma que tenemos de entender la biolog¨ªa y clarificar las leyes de la herencia gen¨¦tica. No obstante, en su momento los experimentos pasaron inadvertidos. De hecho, Darwin no tuvo noticia de estas leyes, que hubieran supuesto un apoyo a su teor¨ªa. Mendel s¨ª que conoc¨ªa el trabajo de Darwin y anot¨® meticulosamente la segunda edici¨®n en alem¨¢n.
Cabe la posibilidad de que Mendel le enviara a Darwin alguna de las 40 copias de su trabajo, pero no tenemos constancia de que la recibiera o la leyera. Las leyes de Mendel fueron redescubiertas 35 a?os despu¨¦s, fallecidos ya ambos investigadores, por los bot¨¢nicos De Vries, Von Tschermak y Correns. Y surgi¨® alguna duda sobre el rigor experimental de Mendel.
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