La virtud de Urkullu
Muchas de las medidas de la propuesta del lehendakari son concretas y susceptibles de consenso amplio
La virtud de ??igo Urkullu (EL PA?S, 31 de agosto) es que replantea la cuesti¨®n territorial desde el nacionalismo perif¨¦rico como un pacto para repensar su inclusi¨®n, y no para la escisi¨®n. Y sin ninguna condici¨®n f¨¦rrea inmediata o cortoplacista, desde ya (refer¨¦ndum, amnist¨ªa). Entiende as¨ª lo que otros olvidan: facilitar una legislatura progresista que evapore el fantasma ultraderechista ¡ªpresencial, o por delegaci¨®n o contagio¡ª no es solo tarea de la izquierda, sino inter¨¦s existencial de los nacionalismos democr¨¢ticos.
La propuesta se plantea formalmente como un plan para Espa?a, no solo para Euskadi. Algo tambi¨¦n oportuno: ahora se discute, sobre todo, c¨®mo deba ser el futuro del conjunto.
El lehendakari apuesta por una ¡°reinterpretaci¨®n¡± de la Constituci¨®n ¡°sin necesidad de [su] modificaci¨®n previa¡±. Enfoque adecuado, pues el partido de la derecha, cuyo concurso ser¨¢ insoslayable en una reforma integral, necesita tiempo de digesti¨®n en los grandes cambios: ocurri¨® con el divorcio y el aborto.
Nada impide una convenci¨®n, convenio, o di¨¢logo que explore el cambio, si desemboca en el Congreso. Puede concebirse una Ley Org¨¢nica de Profundizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico. Nada obstaculiz¨® aprobar en ¨¦l su inversa, la LOAPA armonizadora de 1983. Pero como su contenido restring¨ªa la autonom¨ªa, el Tribunal Constitucional la invalid¨®. Por su materialidad. No por su proceso. Ni por pretender una reforma.
Muchas de las medidas del texto de Urkullu son concretas y susceptibles de consenso amplio: ¡°el cumplimiento ¨ªntegro¡± de los Estatutos, sin ¡°invasi¨®n de competencias¡±; el Senado federal; el acceso auton¨®mico al poder judicial y al Constitucional; la ¡°plurinacionalidad¡± (aunque cohabitan distintas acepciones de ella); la ¡°bilateralidad¡± (ya existente, pero sin eliminar la multilateralidad que se le superpone); la necesidad de un ¡°sistema de garant¨ªas¡± (que debe ser mutuo: se llama lealtad federal)...
Para cotejar, rastreen algunos documentos a?ejos de empaque: Criteris per a un desenvolupament institucional, una propuesta a la Generalitat de ¡°relectura¡± constitucional (Institut d¡¯Estudis Auton¨°mics, 1999); Un nuevo pacto territorial, la Espa?a de todos (Declaraci¨®n de Granada del PSOE, 2013); e incluso Administraci¨®n ¨²nica, de Manuel Fraga (Planeta, 1993).
Otra cosa es que esas ideas se envuelvan en un caparaz¨®n confederal de ¡°derechos hist¨®ricos¡±, ¡°concierto econ¨®mico¡±, ¡°bilateralidad efectiva¡± a secas, y que reduzcan su foco a las ¡°nacionalidades hist¨®ricas¡±. Enso?aci¨®n, al cabo, pues todas las confederaciones iniciales, de EE UU a Suiza, abocan al federalismo.
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