M¨¦rito, confianza y futuro

Leonor de Borb¨®n y Ortiz cumpli¨® ayer 18 a?os y jur¨® la Constituci¨®n para formalizar lo previsto en la Ley Fundamental. Con su juramento ante diputados y senadores, la princesa de Asturias dio un paso m¨¢s en una trayectoria personal y profesional llamada a dar continuidad a una instituci¨®n, la Corona, que configura la forma pol¨ªtica de nuestro Estado como monarqu¨ªa parlamentaria. La sesi¨®n, ordenada bajo la liturgia de las grandes ocasiones, cont¨® con un discurso de la presidenta del Congreso de los Diputados, que apel¨® a la Espa?a plural al incorporar citas en catal¨¢n, euskera y gallego de los poetas Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s, Felipe Juaristi y Xohana Torres. Francina Armengol tuvo adem¨¢s un recuerdo para Gregorio Peces-Barba que, en su condici¨®n de presidente del Congreso, fue el encargado de tomar juramento a Felipe VI en 1986. Dos hombres hace 37 a?os, dos mujeres ayer. Tambi¨¦n eso forma parte de la evoluci¨®n de un pa¨ªs regido por una Constituci¨®n que a¨²n recoge, parad¨®jicamente, la preeminencia del var¨®n en la sucesi¨®n al trono.

La sesi¨®n conjunta de las Cortes Generales cont¨® con ausencias tan significativas como la de don Juan Carlos. El da?o que el comportamiento del rey em¨¦rito ha hecho a la Corona justificaba que ayer no ocupara un puesto de honor. Felipe VI dijo en su proclamaci¨®n en ese mismo lugar que inauguraba una Monarqu¨ªa renovada para un tiempo nuevo. Y es esa m¨¢xima la que exige mantener todas las prevenciones frente a una presencia institucional, la de su padre, que resultar¨ªa improcedente y de dif¨ªcil explicaci¨®n ante la ciudadan¨ªa. No fue esa, sin embargo, la ¨²nica ausencia. Los representantes de los partidos nacionalistas (PNV, Bildu, Junts, ERC y BNG) decidieron no acudir. Tampoco estuvieron presentes varios diputados de Sumar ni los ministros Ione Belarra, Alberto Garz¨®n e Irene Montero, ausencias m¨¢s dif¨ªciles de entender en su condici¨®n de miembros del Gobierno de todos los espa?oles, tambi¨¦n de los mon¨¢rquicos. La representaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas cont¨® con todos sus presidentes salvo la titular c¨¢ntabra, la popular Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢enz de Buruaga ¡ªque ten¨ªa Consejo de Gobierno para aprobar los presupuestos de la regi¨®n para 2024¡ª, el lehendakari, I?igo Urkullu, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s. A la jura del pr¨ªncipe Felipe s¨ª asistieron Jos¨¦ Antonio Ardanza y Jordi Pujol, otro signo evidente del diferente contexto entre uno y otro acontecimiento, y una prueba de la responsabilidad de trabajar por la cohesi¨®n de los espa?oles que tienen hoy todos los actores pol¨ªticos.

Los actos institucionales de ayer tuvieron su continuidad en el Palacio Real, donde el Rey impuso a su hija el collar de la Orden de Carlos III, que acu?a como lema las palabras virtud y m¨¦rito. Fue ah¨ª donde la Princesa ley¨® una alocuci¨®n en la que confirm¨® tanto su compromiso con los principios democr¨¢ticos como su intenci¨®n de observar ¡°un comportamiento que merezca el reconocimiento y el aprecio de los ciudadanos¡±.

No son palabras vac¨ªas las que recoge el discurso m¨¢s importante que ha pronunciado hasta ahora la heredera de la Corona. Con ellas demuestra entender el nivel de honorabilidad que se le exige como futura jefa del Estado. En ese contexto, y bajo esa promesa, adquiere sentido la petici¨®n que formul¨® a la ciudadan¨ªa: ¡°Conf¨ªen en m¨ª¡±. En pleno siglo XXI, y como demuestran las presencias, ausencias y matices de la jornada de ayer, la confianza que la Princesa pidi¨® a los espa?oles no ser¨¢ una concesi¨®n graciosa, sino el resultado, por su parte, de un ejercicio de ejemplaridad, transparencia democr¨¢tica y comprensi¨®n de un mundo complejo y en continua evoluci¨®n.