La ¡®generaci¨®n Leonor¡¯ inquieta al independentismo
Una nueva relaci¨®n con los s¨ªmbolos de Espa?a puede abrirse paso en Catalu?a, en un contexto en el que la independencia ya no moviliza como hace 10 a?os, especialmente a los j¨®venes
La princesa Leonor es una inc¨®gnita para el independentismo. Junts, ERC, Bildu, e incluso los nacionalistas BNG y PNV, no acudir¨¢n hoy a la jura de la heredera al trono ante las Cortes, aun sin saber nada de su eventual reinado. Sin embargo, nada m¨¢s desconcertante para los independentistas que el que la futura reina sea capaz de hablarles en catal¨¢n como si fuera nativa. Otra relaci¨®n con los s¨ªmbolos de Espa?a puede abrirse paso, en un contexto en el que la independencia ya no moviliza en Catalu?a como hace 10 a?os.
Lo ilustr¨® uno de los ¨²ltimos estudios del CEO, el CIS catal¨¢n: las generaciones m¨¢s j¨®venes de catalanes muestran menos inter¨¦s en la ruptura. Los mileniales y la generaci¨®n Z ¡ªque comprenden, respectivamente, entre los 27 y los 42 a?os, y entre los 16 y los 26¡ª son el grupo que en menor medida apoya la idea del Estado propio. La diferencia es de unos 10 puntos con respecto a la generaci¨®n m¨¢s movilizada a favor de la independencia, que son los baby boomers. En definitiva, uno de los movimientos m¨¢s antimon¨¢rquicos de nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos tiempos, como ha sido el proc¨¦s en Catalu?a, empieza a dejar de fabricar adeptos o entusiastas. Ello no quiere decir que esos mismos ciudadanos sean necesariamente ya favorables a la Monarqu¨ªa como forma de Estado. Ahora bien, las instituciones no solo se legitiman socialmente o logran amplios consensos a trav¨¦s de sumar defensores ac¨¦rrimos, sino tambi¨¦n cuando aquellas no levantan grandes pulsiones a la contra o de rechazo, sino que se perciben de manera m¨¢s templada.
As¨ª que la generaci¨®n Leonor muestra dos sentidos: por un lado, el potencial de la princesa heredera, pero, en paralelo, el nihilismo o el pinchazo independentista en los j¨®venes catalanes que le son generacionalmente cercanos. A menudo se olvida que los factores que llevaron el proc¨¦s a su m¨¢ximo apogeo en 2017 fueron, en parte, contextuales y generacionales. Los procesos de socializaci¨®n tienen consecuencias pol¨ªticas, y en este caso, pueden tenerlas en la relaci¨®n con nuestra forma de Estado, la monarqu¨ªa parlamentaria.
Primero, porque el independentismo catal¨¢n us¨® el contexto del rey Felipe VI para movilizar en su contra. El discurso del Monarca del 3 de octubre de 2017 en defensa de la legalidad vigente contin¨²a siendo objeto de cr¨ªtica desde ERC hasta Junts y Podemos en su impugnaci¨®n de la Constituci¨®n de 1978. Por su parte, la derecha tampoco ha ayudado en estos a?os, tratando de adue?arse de la imagen simb¨®lica de la instituci¨®n. Si partidos como el BNG o el PNV no acudir¨¢n a la ceremonia de este martes es porque creen que ello apuntala sus luchas identitarias en Galicia o Euskadi.
Sin embargo, la idea de una Leonor que pronuncia largos discursos en un catal¨¢n perfecto no es una mera an¨¦cdota hoy ¡ªm¨¢s all¨¢ de que Felipe VI tambi¨¦n lo hable¡ª. Si Junts ha puesto tanto ¨¦nfasis en el reconocimiento del idioma, es porque sabe que construye identidades. Muchos independentistas se lamentan de que sus j¨®venes cada vez lo hablan menos, fruto del auge de las redes sociales o de los streamers en castellano. Una futura reina capaz tambi¨¦n de relacionarse con la sociedad civil catalana en algo que tanto aprecian no es una reina que pueda percibirse con hostilidad, cuando menos.
Segundo, Leonor asistir¨¢ a un pa¨ªs distinto al que vive su padre. Si la tendencia de distensi¨®n se mantiene, las nuevas generaciones de catalanes no tendr¨¢n pronto recuerdo ni de la consulta del 9-N de 2014, ni del refer¨¦ndum ilegal, la aplicaci¨®n del 155 o la estancia de sus l¨ªderes en prisi¨®n. Perder su componente a la contra y victimizante respecto a los s¨ªmbolos del Estado es lo peor que le podr¨ªa pasar al independentismo a la hora de generar ansiedad contra Espa?a. Sus j¨®venes est¨¢n tan frustrados con el fracaso de 2017 que ya se movilizan poco por la Diada y son residuales sus expresiones p¨²blicas contra la Monarqu¨ªa.
A la saz¨®n, es un s¨ªmbolo que Leonor vaya a jurar en el Congreso m¨¢s acogedor con la diversidad ling¨¹¨ªstica de la democracia, siendo ella pol¨ªglota, a pesar de que haya partidos nacionalistas e independentistas ausentes. As¨ª como Felipe VI ha logrado cosechar una vinculaci¨®n emocional frente a muchos ciudadanos que le han visto crecer, ahora le toca el turno a la heredera, mujer discreta y aplicada, que jura la Constituci¨®n a los 18 a?os y que tiene el futuro por delante para construir su legado.
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