Barbarie buena, barbarie mala
La ¨²nica forma de ponernos de parte de las v¨ªctimas inocentes es tratar de detener el horror y crear las condiciones para una convivencia justa entre israel¨ªes y palestinos

Las discrepancias sobre lo que constituye el bien son hasta cierto punto l¨®gicas; el problema surge cuando no podemos ponernos de acuerdo sobre lo que es el mal. Esto es lo que est¨¢ ocurriendo en el actual conflicto de Gaza, que ha dado lugar a algo que podr¨ªamos calificar como partidismo moral, el relativizar las crueldades de los unos frente a las de los otros. Que as¨ª se haga por cada una de las dos partes implicadas va de suyo, ambas se sienten amenazadas por igual. Lo que es m¨¢s extra?o es que desde otros lugares se opte por justificar las acciones de uno de los contendientes y se ignoren o no merezcan la misma atenci¨®n las de los otros. Aqu¨ª no opera una claridad similar a la de la guerra de Ucrania, donde hay una parte agresora y otra agredida. Quien se defiende tiene la raz¨®n moral de su lado. Dejando ahora de lado la contradicci¨®n en la que han incurrido algunos que nunca condenaron la agresi¨®n rusa y ahora se ponen vehementemente de parte de la causa palestina, la actitud moral correcta solo puede ser la de atender el dolor de todos. Pero incluso esto no nos evita entrar en dilemas morales casi irresolubles.
Empecemos. Israel tiene todo el derecho a defenderse frente a Ham¨¢s, cuyos ataques muestran un grado de aberraci¨®n e inhumanidad inenarrable. Hasta en eso hay grados. No es lo mismo activar una bomba a distancia que asesinar a ni?os en presencia de sus padres y mir¨¢ndolos a los ojos. El resultado final y el horror de la muerte es el mismo, pero no as¨ª el grado de barbarie que los subyace. Es el mal absoluto. ?Acaso puede mitigarse recurriendo a las injusticias hist¨®ricas sufridas por el pueblo palestino? Evidentemente, no. Con el agravante, adem¨¢s, de que quienes emprend¨ªan estas acciones sab¨ªan las consecuencias que iban a tener para sus conciudadanos; lo hicieron con un fin, no como mera expresi¨®n de un odio ciego. A pesar de lo dicho, ?tiene Israel la obligaci¨®n de autocontenerse en su reacci¨®n? ?O queda eximido en parte por el pasado de sufrimiento de su pueblo, la obligaci¨®n de sus dirigentes de impedir su repetici¨®n o las propias condiciones del asedio a una ciudad trampa? ?Acaso no debemos exigir m¨¢s responsabilidad en el uso de la violencia a un pa¨ªs democr¨¢tico? Si as¨ª lo hacemos, como muchos sugerimos, ?caemos irremediablemente en la categor¨ªa de antisemitismo?
Ya ven, no es nada f¨¢cil, porque, entre otras cosas, cada una de las partes recurre a su condici¨®n de v¨ªctima y se apoya en ella para sostener su justificaci¨®n. El resultado es que prevalecen las afinidades o simpat¨ªas por unos o por otros, consideraciones geopol¨ªticas o prejuicios antisemitas o antisl¨¢micos, que, al final, acaban banalizando el mal; este desaparece detr¨¢s de los partidismos. La ¨²nica forma de resolver estas disputas y ponernos de parte de todas las v¨ªctimas inocentes ¡ªninguna barbarie es buena¡ª es tratar de detener el horror y crear las condiciones para una futura convivencia justa entre los dos pueblos. Dificil¨ªsimo, pero no queda otra.
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