Decidir ignorar es ser c¨®mplice
El expresidente de Ecuador Rafael Correa repasa los ¨²ltimos a?os de su pa¨ªs y los episodios turbulentos en pol¨ªtica y justicia que desembocaron en la llegada de Daniel Noboa a la presidencia
Nunca he visto una destrucci¨®n tan r¨¢pida de un pa¨ªs en ¨¦poca de paz y sin bloqueo o sanciones. Cuando dej¨¦ el Gobierno en mayo de 2017 ¨¦ramos el segundo pa¨ªs m¨¢s seguro de Am¨¦rica Latina con una tasa de homicidios intencionales de 5.8 por cada 100.000 habitantes, pero hoy somos de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo con una tasa proyectada de 39 para fines de 2023. Export¨¢bamos energ¨ªa el¨¦ctrica, pero hoy importamos energ¨ªa y volvieron los racionamientos el¨¦ctricos superados hace m¨¢s de una d¨¦cada. ?ramos el pa¨ªs que m¨¢s reduc¨ªa pobreza y desigualdad en la regi¨®n y revertimos el flujo migratorio, con decenas de miles de compatriotas volviendo a su tierra, pero hoy el PIB per c¨¢pita se encuentra en niveles del a?o 2011, la pobreza ha vuelto a aumentar y la tragedia migratoria comenz¨® nuevamente. Mientras tanto, la banca rompe r¨¦cords hist¨®ricos en beneficios. Lo inaudito se ha naturalizado.
Esto es fruto de la ineptitud, corrupci¨®n pero, sobre todo, del odio pol¨ªtico. En 2017 ganamos las elecciones presidenciales y legislativas, pero mi sucesor Lenin Moreno traicion¨® a sus electores, comenz¨® a desmantelar todo lo construido en la ¨²ltima d¨¦cada y a perseguir a los llamados ¡°corre¨ªstas¡±. En 2018 se realiz¨® una inconstitucional consulta popular que constituy¨® un verdadero golpe de Estado. De ella surgieron los miembros transitorios del Consejo de Participaci¨®n Ciudadana y Control Social, ¨®rgano encargado de la selecci¨®n de las autoridades de control, todos nombrados por el Ejecutivo y que destituyeron ilegalmente hasta a la Corte Constitucional, declarando una ¡°vacancia judicial¡± por seis meses. Asimismo depusieron y reemplazaron ilegalmente al 70% de la Corte Nacional. Esto ha merecido cuatro informes de la Relator¨ªa de Naciones Unidas para la Independencia Judicial. Con la consulta tambi¨¦n limitaron la reelecci¨®n presidencial a una sola vez pero, para impedirme ser candidato presidencial, aplicaron retroactivamente la norma desde el a?o 2008.
El estorbo para sus planes era el reelecto vicepresidente Jorge Glas. Por ello lo involucraron en el caso Odebrecht, inconstitucionalmente le arrebataron la Vicepresidencia y lo metieron cinco a?os y cuatro meses en prisi¨®n, la mayor parte del tiempo en una c¨¢rcel com¨²n cuando los motines carcelarios cobraban cientos de vidas. Hoy el caso Odebrecht ha sido declarado nulo en Brasil por su utilizaci¨®n para persecuci¨®n pol¨ªtica.
En el a?o 2020, en plena pandemia y con todos los juicios penales detenidos, excepto aquellos de flagrancia, se realiz¨® todo un montaje para acusarnos de haber recibido sobornos durante nuestra gesti¨®n. Las irregularidades de este proceso son tantas que los especialistas lo consideran el paradigma del lawfare o guerra jur¨ªdica. Basta decir que de los nueve jueces de los tres tribunales que conocieron el caso, siete eran ad hoc y sus puestos depend¨ªan de nuestra condena, lo cual tambi¨¦n fue denunciado por la Relator¨ªa. Atropellando el debido proceso, impidi¨¦ndonos el derecho a la defensa y en tiempo r¨¦cord, la casaci¨®n tom¨® apenas 17 d¨ªas laborales y lograron definitivamente condenarme con un grupo de 20 personas y quitarme los derechos pol¨ªticos horas antes de mi inscripci¨®n como candidato en septiembre de 2020. As¨ª me impidieron participar en las elecciones del a?o 2021 e hicieron presidente a Guillermo Lasso. Aunque sea dif¨ªcil de creer, por la falta clamorosa de pruebas, mi condena es por ¡°instigaci¨®n a trav¨¦s de influjo ps¨ªquico¡±. La persecuci¨®n es tan descarada que B¨¦lgica, pa¨ªs en el que por motivos familiares resido desde que dej¨¦ la Presidencia, me otorg¨® asilo pol¨ªtico en el a?o 2022, al igual que pa¨ªses como M¨¦xico lo han hecho con otros perseguidos en este caso, e Interpol ha negado hasta de forma grosera todos los pedidos de alerta roja, dejando en claro, pese a ser polic¨ªa y no juez, que se trata de persecuci¨®n pol¨ªtica. Ilegalmente tambi¨¦n nos quitaron nuestro partido pol¨ªtico y, en lo personal, la seguridad como expresidente, la pensi¨®n vitalicia y hasta el seguro de vida que ten¨ªa en una empresa p¨²blica.
Frente a su estrepitoso fracaso como Gobierno, Guillermo Lasso tuvo que anticipar elecciones, figura permitida en la Constituci¨®n ecuatoriana. Las encuestas nos pon¨ªan como vencedores en una sola vuelta. Once d¨ªas antes de las elecciones asesinan a Fernando Villavicencio, uno de nuestros m¨¢s feroces opositores y candidato presidencial que se encontraba en quinto lugar, por lo que les era m¨¢s ¨²til muerto que vivo. Jam¨¢s en la historia ecuatoriana hab¨ªa ocurrido algo as¨ª. Sufrimos una brutal campa?a culp¨¢ndonos de ese asesinato y, aunque quedamos en primer lugar, tuvimos que ir a balotaje. En la segunda vuelta electoral, ocho d¨ªas antes de las elecciones, asesinan a siete de los ocho sicarios que participaron en el homicidio de Villavicencio y que se encontraban en prisi¨®n bajo custodia y responsabilidad del Estado ecuatoriano. Nos culpan nuevamente de estos cr¨ªmenes, incluso desde instancias del propio Estado, y as¨ª vuelven a afectar los resultados electorales, impidiendo nuestra victoria.
El lawfare en Ecuador ha destruido reputaciones, el Estado de derecho y la misma democracia, todo con el estruendoso silencio de embajadores extranjeros y prensa internacional que no han querido entender que tambi¨¦n se es responsable de lo que se decide ignorar.
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