Entre Pedro S¨¢nchez y Peter Sellers
La pel¨ªcula que ha estrenado el presidente pertenece a ese irritante g¨¦nero en que los errores propios se suman a los ajenos. Todo puede fallar a la vez en todas partes
Si hubiera que poner nombre a la pel¨ªcula que S¨¢nchez acaba de estrenar, podr¨ªamos tirar del ¨²ltimo fen¨®meno que conquist¨® siete Oscar: Todo a la vez en todas partes, t¨ªtulo espl¨¦ndido (el t¨ªtulo) al que a¨²n podemos (?podemos?) dar un giro: Todo (puede fallar) a la vez en todas partes. El presidente parece protagonizar uno de esos filmes de barullo y l¨ªos en los que hay tantos factores en juego y tanta gente en danza que caben todas las posibilidades: O todo puede salir mal y estallar en varios frentes a la vez. O todo puede estallar, s¨ª, pero acabar saliendo bien. Pienso en Peter Sellers en El guateque, o en los hermanos Marx en Una noche en la ¨®pera.
Ese humor es arriesgado, no siempre gusta, a muchos irrita.
En esas pel¨ªculas siempre hay circunstancias objetivas que hacen la vida m¨¢s dif¨ªcil al protagonista: aqu¨ª ser¨ªa el poder repentino de Junts, el suicidio en diferido de Podemos y la dispersi¨®n de votos. A lo que tambi¨¦n se a?aden los errores del propio sujeto: aceptar reuniones en Suiza con el quinto partido de Catalu?a como si fu¨¦ramos Rusia y Ucrania, nombrar a un obsecuente periodista al frente de Efe, como antes poner a ministros en la Fiscal¨ªa General del Estado o el Tribunal Constitucional. Estoy viendo a Peter Sellers lavar en la fuente el zapato mientras el p¨²blico rabia y grita: ¡°?As¨ª noooo, lo vas a perder!¡± Y lo pierde.
Pero el guionista no nos oye. Porque lo que busca es exactamente irritar.
Hoy, y sin necesidad de la derecha, los factores de implosi¨®n que aporta el propio Gobierno y sus aliados son tantos que solo cabe sentarse a mirar. Hemos entrado en el cine, se siente, no hay marcha atr¨¢s. Peter Sellers sigue metiendo la pata y no digamos los Hermanos Marx. En las ¨²ltimas escenas, los cinco diputados de Podemos se han largado al Grupo Mixto, para ayudar. Y Puigdemont nos da lecciones de democracia desde ¡°un pa¨ªs neutral¡±. El potencial de riesgos escala por el lado de los errores propios, y no los ajenos.
S¨¢nchez ha demostrado tantas veces su capacidad de resistencia que se ha acostumbrado a ignorar sus propios l¨ªmites. Pero esta vez es la segunda fuerza m¨¢s votada, no la primera, depende de m¨¢s partidos y la capacidad de cometer errores se multiplica. Har¨ªa bien en contener los suyos.
Porque la suerte no es eterna. Y porque lo malo de esas pel¨ªculas es que, aunque acaben bien y el zapato de Peter Sellers acabe volviendo a ¨¦l en bandeja, a muchos no les hacen gracia.
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