Inteligencia artificial: Europa marca el camino
La Uni¨®n regula el uso de esta nueva tecnolog¨ªa protegiendo los derechos fundamentales, pero sin frenar su desarrollo
La Uni¨®n Europea va a ser la primera regi¨®n del mundo que regule la inteligencia artificial (IA) de una manera integral. No se trata de echar una carrera con nadie, pero la iniciativa es importante, porque Europa es ahora mismo el ¨²nico contrapeso cre¨ªble al tradicional laissez faire de Estados Unidos, la sede de las mayores empresas del sector, que tambi¨¦n son los gigantes de la econom¨ªa mundial. El Parlamento Europeo ha conseguido incluir restricciones importantes a esta tecnolog¨ªa poderosa y preocupante, aunque los Estados miembros tambi¨¦n han logrado preservar su derecho a usarla en asuntos de seguridad nacional y persecuci¨®n del crimen.
El aspecto que ha suscitado m¨¢s discusi¨®n, como atestiguan las 36 horas que duraron las negociaciones en Bruselas, es la restricci¨®n de la vigilancia biom¨¦trica. Esta alude a los sistemas que reconocen una cara midiendo la distancia entre los ojos, el tama?o de la nariz o su distancia a la boca en cualquier orientaci¨®n que capte una c¨¢mara. La t¨¦cnica comete algunos errores, sobre todo con minor¨ªas ¨¦tnicas, pero con el despliegue de c¨¢maras que anega cualquier ciudad actual, la vigilancia biom¨¦trica ofrece a los gobiernos una oportunidad tentadora de controlar a sus ciudadanos. Se pueden plantear argumentos similares sobre los sistemas de reconocimiento de emociones en las empresas y las escuelas. Finalmente, la ley prohibir¨¢ los sistemas que supongan ¡°riesgos inaceptables¡± para los derechos fundamentales de los ciudadanos, pero los Estados podr¨¢n utilizar sistemas de vigilancia biom¨¦trica en espacios p¨²blicos para identificar a v¨ªctimas de secuestros o tr¨¢fico sexual y en caso de amenaza terrorista ¡°genuina¡±.
Una cuesti¨®n distinta son los llamados ¡°modelos fundacionales¡±, los que subyacen a ChatGPT, el famoso conversador digital, y a muchos otros sistemas de generaci¨®n de lenguaje, c¨®digo computacional, im¨¢genes sint¨¦ticas e investigaciones biom¨¦dicas. Un modelo fundacional se entrena con masas de datos ¡ªpor ejemplo, todos los textos que aparecen en internet¡ª, pero despu¨¦s se puede ajustar finamente a muchas tareas concretas. Aqu¨ª el regulador no puede entrar como un burro en una cacharrer¨ªa y prohibirlo todo ¡ªaunque s¨ª exige que se cumpla la ley de derechos de autor de la UE¡ª, porque estos modelos son esenciales para la innovaci¨®n, y Europa no puede quedarse atr¨¢s en este sector. Es una de las mayores industrias de las pr¨®ximas d¨¦cadas.
La alarma social que ha generado la inteligencia artificial se basa casi enteramente en sus usos aberrantes, como la generaci¨®n autom¨¢tica de bulos virales o los falsos desnudos de las compa?eras de clase. La mayor parte de estos abusos no demandan una regulaci¨®n espec¨ªfica de la IA, sino la mera aplicaci¨®n eficaz de las regulaciones que ya existen contra la manipulaci¨®n, la propagaci¨®n del odio y la violaci¨®n de la intimidad. Una apuesta pedag¨®gica por la educaci¨®n ciudadana y el acceso a las redes har¨ªa m¨¢s por resolver esta cuesti¨®n que una ley restrictiva del avance tecnol¨®gico. Culpar de cualquier cosa a la inteligencia artificial es una actitud evasiva. Y la plaga de la desinformaci¨®n no va a desaparecer por muchas regulaciones cibern¨¦ticas que adopte Europa.
La nueva ley europea no estar¨¢ en pleno vigor antes de tres a?os. Ahora mismo, nadie tiene ni idea de c¨®mo ser¨¢ la inteligencia artificial para esa fecha. En materia de ciencia y tecnolog¨ªa, el regulador est¨¢ condenado a ir corriendo detr¨¢s de unos avances de velocidad creciente. Una buena ley de inteligencia artificial debe incluir un mecanismo que la permita evolucionar con rapidez. Europa marca el camino.
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