La pen¨²ltima de Sabina

El que dicen ser¨¢ el ¨²ltimo concierto de Joaqu¨ªn Sabina a¨²n no ha llegado. Y del pen¨²ltimo no ha habido apenas cr¨®nicas, porque a los periodistas nos gustan los finales rotundos, las letras doradas del tiempo. Sin embargo, hab¨ªa unas 13.000 almas m¨®vil en mano la ante¨²ltima noche, compartiendo impresiones con sus grupos de WhatsApp y en sus redes. Valga como ejemplo la cr¨®nica de @david_redoli para la red social X. ¡°Qu¨¦ bonito, qu¨¦ emotivo, qu¨¦ m¨¢gico el pen¨²ltimo concierto de Joaqu¨ªn Sabina en Madrid, concluyendo su gira Contra todo pron¨®stico. Tan joven y tan viejo, Like a Rolling Stone, el maestro puso en pie (l¨¢grima en mano) a todo el Wizink Center, neg¨¢ndolo todo, incluso la verdad¡±. Aunque, puestos a negar, yo niego que el ¨²ltimo concierto de esta gira sea el ¨²ltimo de Joaqu¨ªn Sabina.

En primer lugar, porque no podemos fiarnos de alguien que dice ¡°la ¨²ltima¡± y deja sonando La canci¨®n de los buenos borrachos como tel¨®n de fondo. Es tan dif¨ªcil que pida la ¨²ltima copa quien cerr¨® todos los bares como que se cante la ¨²ltima el que vivi¨® para cantarlo. Sin embargo, Contra todo pron¨®stico, s¨ª es un antes y un despu¨¦s en la obra (y en la vida) de Joaqu¨ªn Sabina. O m¨¢s bien un despu¨¦s. Porque cumplir 74 a?os obliga a subir al escenario a un nuevo protagonista, el viejo poeta despu¨¦s de su obra. Y esa nueva presencia (invisible aunque a la vista de todos) hace que ninguna canci¨®n suene igual: ¡°Ahora es demasiado tarde, princesa¡± se convierte directamente en otro tema. Y cuando se ruega ¡°que el calendario no venga con prisas¡± entra en escena la noche m¨¢s larga, que no es precisamente la de bodas.

¡°Aunque le queda poca voz, es un artista que se mete al p¨²blico en el bolsillo. ?Fue estupendo!¡±, comentaba @de_membrillo. Aunque les aseguro (no se crean todo lo que lean en X) que de voz va sobrado. Y es importante lo de la voz. No por la m¨²sica, sino por la vida. En todas las culturas y en todas las mitolog¨ªas el alma y la vida vienen por un soplo. Y en un cantautor la voz no es solo ese soplo sino la medida de la vida. Es verdad que est¨¢ mayor, que canta sentado¡­ Pero dar¨ªa igual que lo hiciera tumbado. Porque quien canta no solamente tiene vida, sino que da vida. Un hombre (o una mujer) tan joven (y tan viejo) tiene menos vida para s¨ª, pero un soplo nuevo que ofrecer a quien tenga el valor de escuchar con un pie en el abismo. Por eso son tan especiales los ¨²ltimos conciertos.

Terminar una canci¨®n, una carrera, una obra, una amistad, un amor, una vida¡­ Es un momento ¨¢lgido. Y en ese momento deseas que todos lloren contigo, que todos canten contigo, que todos est¨¦n ah¨ª de alguna forma para estar contigo solamente. No es por lo bien que lo haces. No es porque sea la ¨²ltima o la pen¨²ltima. Est¨¢n ah¨ª porque lo que quieren es estar contigo. Es un p¨²blico especial el de los ¨²ltimos conciertos, porque no espera ya nada del artista. Al contrario, el p¨²blico vive su propia revelaci¨®n, la conclusi¨®n de que hay momentos que valen simplemente por cuanto suceden. La certeza de que se necesita una vida entera para cantar que ¡°todo es ahora¡± y que ¡°nada es eterno¡± y que sea verdad. Pues eso. Que esta noche Sabina va a cantar ¡°como si fuera el ¨²ltimo¡±.