Duro pacto migratorio
La Uni¨®n Europea acuerda una pol¨ªtica com¨²n con condiciones m¨¢s severas a la acogida y el asilo
Una d¨¦cada de gestaci¨®n y tres a?os de tensas negociaciones ha costado alumbrar el nuevo Pacto de Migraciones y Asilo de la Uni¨®n Europea. El Consejo de la UE y el Parlamento Europeo firmaron ayer por fin uno de los acuerdos m¨¢s dif¨ªciles. El pacto ha de poner fin a la injusta gobernanza de los procesos migratorios y de asilo despu¨¦s de que la crisis de 2015 hiciera saltar por los aires el convenio de Dubl¨ªn. Se ha logrado, sin embargo, a costa de endurecer los requisitos de acogida, hasta el punto de que varias organizaciones humanitarias consideran que el nuevo procedimiento socava el derecho de asilo.
El sistema actual hac¨ªa recaer en los pa¨ªses de entrada todo el peso de la gesti¨®n migratoria sin que recibieran la ayuda del resto, lo que ha llevado al colapso de sus sistemas de acogida, aunque gran parte de los migrantes tuvieran como destino otros pa¨ªses. La negativa de una parte de los Estados miembros a asumir cuotas de solicitantes de asilo ha sido el principal escollo en las negociaciones. No era f¨¢cil casar los diferentes intereses en los cinco reglamentos que componen el pacto, teniendo en cuenta la dificultad de distinguir entre las personas con derecho a protecci¨®n internacional porque huyen de guerras de quienes migran por razones econ¨®micas.
Finalmente, se aplicar¨¢ un sistema de ¡°solidaridad obligatoria¡± con los pa¨ªses reconocidos como de presi¨®n migratoria, como Espa?a, Grecia e Italia, pero ¡°flexible¡±, de manera que en situaciones de crisis, los diferentes Estados deber¨¢n asumir en su territorio una cuota de solicitantes o pagar 20.000 euros por cada uno de los que les corresponda. El pacto supone un endurecimiento general de las condiciones para los demandantes de asilo, con un procedimiento com¨²n a toda Europa: siete d¨ªas para identificar y tramitar las solicitudes y seis meses para estudiarlas y tomar una decisi¨®n. Mucho m¨¢s r¨¢pida ser¨¢ la tramitaci¨®n y repatriaci¨®n de quienes de entrada no puedan acreditar motivos de asilo.
Lo acordado es el mal menor, no la soluci¨®n ¨®ptima, pero es un paso para aplicar una pol¨ªtica com¨²n. La alternativa era continuar en la situaci¨®n de tensi¨®n actual, que los partidos de extrema derecha capitalizan de forma preocupante. De hecho, algunos gobiernos hab¨ªan endurecido ya sus normas internas. Siempre es mejor un acuerdo imperfecto que la falta de acuerdo. Por eso puede ser considerado un pacto hist¨®rico, especialmente tras el fracaso del Mecanismo de Solidaridad Voluntaria, cuyos resultados han sido claramente decepcionantes. El nuevo mecanismo ha de entrar en vigor antes de las elecciones europeas. Las autoridades comunitarias se han de conjurar para evaluar los resultados del pacto con el fin de corregir sus carencias y evitar que implique, como advierte Amnist¨ªa Internacional, un aumento del sufrimiento de los solicitantes de asilo, refugiados y migrantes.
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