Otra crisis mal gestionada
La disputa partidista no puede entorpecer la limpieza de toneladas de ¡®pellets¡¯ en las playas del noroeste
Tres semanas ha tardado la Xunta de Galicia en activar el nivel 2 de alerta por contaminaci¨®n marina despu¨¦s de que una marea de pellets pl¨¢sticos alcanzara sus costas. Lo ha hecho tras negar la crisis y horas despu¨¦s de que el Gobierno de Asturias decretara ese nivel de alerta y pusiera en evidencia la deficiente gesti¨®n del incidente por parte del Gobierno gallego. El sistema na...
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Tres semanas ha tardado la Xunta de Galicia en activar el nivel 2 de alerta por contaminaci¨®n marina despu¨¦s de que una marea de pellets pl¨¢sticos alcanzara sus costas. Lo ha hecho tras negar la crisis y horas despu¨¦s de que el Gobierno de Asturias decretara ese nivel de alerta y pusiera en evidencia la deficiente gesti¨®n del incidente por parte del Gobierno gallego. El sistema nacional de respuesta ante episodios de contaminaci¨®n marina, aprobado en 2012, establece que son las comunidades aut¨®nomas las que han de determinar la extensi¨®n del da?o y decidir la fase de alerta que debe aplicarse. Es preciso activar la fase 2 para que el Gobierno central pueda aportar recursos a las tareas de limpieza. Sorprende la resistencia de la Xunta a sumar a los suyos los recursos que el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica ofreci¨® en cuanto tuvo conocimiento de la envergadura del accidente, sobre todo porque los medios aportados por el Estado quedan bajo la coordinaci¨®n de las autoridades auton¨®micas.
Mientras Asturias activ¨® la fase 2 al d¨ªa siguiente de comprobar la llegada de las mareas a sus costas y Cantabria lo hizo apenas horas despu¨¦s de detectarlas, Galicia ha tardado semanas pese a la insistencia de los grupos ecologistas. Cabe preguntarse si la actuaci¨®n del Gobierno gallego ha estado condicionada por la situaci¨®n preelectoral en la que se encuentra y a que el aspirante popular haya manifestado que se centrar¨¢ en la confrontaci¨®n con el Ejecutivo de S¨¢nchez. Si esa hubiera sido la raz¨®n, significar¨ªa que ha predominado el c¨¢lculo pol¨ªtico por encima del inter¨¦s p¨²blico, que no es otro que evitar que los micropl¨¢sticos lleguen a la cadena tr¨®fica. Adem¨¢s de no elevar el nivel de alerta cuando correspond¨ªa, la Xunta ha tratado de esquivar las cr¨ªticas culpando al ministerio de no comunicarle el incidente hasta el jueves 4 de enero, cuando seg¨²n una carta enviada ese mismo d¨ªa por la Conselleria do Mar a los ayuntamientos afectados, el 21 de diciembre ya ten¨ªa conocimiento de la llegada de los pellets a las playas y desde el 13 ya se hab¨ªan producido llamadas del servicio de emergencia 112, que depende de la Xunta, a Salvamento Mar¨ªtimo.
A esta torpe gesti¨®n de la crisis se suma la confusi¨®n en torno a la responsabilidad concreta sobre el vertido de los pellets, unos gr¨¢nulos de pl¨¢stico ante cuyo vertido se recomienda no inhalar y evitar el contacto con la piel, los ojos y la ropa, de ah¨ª la importancia de informar pronto a quienes acuden voluntariamente a retirarlos. La contaminaci¨®n por micropl¨¢sticos es adem¨¢s uno de los mayores problemas ambientales. Su presencia en el mar ha ido en aumento, hasta encontrarse en el organismo de muchos peces. Los pellets del actual episodio proceden del mercante Tocanao, de la naviera Maersk, que perdi¨® parte de su carga en una tormenta frente a la costa portuguesa el 8 de diciembre. El barco transportaba material de la empresa Bedko Europe, con sede en Polonia, dedicada a la producci¨®n y distribuci¨®n de aditivos y pol¨ªmeros.
Habr¨¢ que determinar las circunstancias del vertido que, seg¨²n las primeras informaciones, es de unas 25 toneladas. Ahora lo m¨¢s urgente es retirar la contaminaci¨®n de las playas, pero este episodio deber¨ªa servir para que la UE revise la normativa sobre la manipulaci¨®n y transporte de estos micropl¨¢sticos. Ecologistas en Acci¨®n ha denunciado a la naviera. Los t¨¦cnicos deben hacer su trabajo, la sociedad civil ¡ªla primera en responder¡ª debe sentirse arropada y los partidos pol¨ªticos, todos, deben evitar la tentaci¨®n de convertir este episodio en una trifulca electoral que impida la mejor resoluci¨®n del accidente.