El evangelio seg¨²n Donald
Si llega, esta vez no habr¨¢ sorpresas. Si acaso, la sorpresa ser¨¢ que caiga en las primarias o pierda de nuevo ante Joe Biden
Si llega, esta vez no habr¨¢ sorpresas. Si acaso, la sorpresa ser¨¢ que caiga en las primarias o pierda de nuevo ante Joe Biden. La victoria de Iowa es solo un recordatorio. No hay quien lo pare. Vence sin bajarse del autob¨²s de campa?a. Nadie puede darse por inadvertido.
El mensaje es claro. ...
Si llega, esta vez no habr¨¢ sorpresas. Si acaso, la sorpresa ser¨¢ que caiga en las primarias o pierda de nuevo ante Joe Biden. La victoria de Iowa es solo un recordatorio. No hay quien lo pare. Vence sin bajarse del autob¨²s de campa?a. Nadie puede darse por inadvertido.
El mensaje es claro. La Casa Blanca est¨¢ a su alcance. M¨¢s claros son sus prop¨®sitos vengativos y los puntos program¨¢ticos de la dictadura que anuncia para su primer d¨ªa. De entrada, expulsi¨®n masiva de inmigrantes y cerrojazo en las fronteras, tambi¨¦n para el comercio, sometido a una tarifa universal. Luego, luz verde a la explotaci¨®n sin l¨ªmites de la energ¨ªa f¨®sil, es decir, adi¨®s a las pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico. Y las consecuencias, todav¨ªa sin asumir plenamente desde Europa, de un segundo mandato trumpista para las dos guerras en curso en Ucrania y Oriente Pr¨®ximo y para el potencial conflicto entre China y Taiw¨¢n.
A partir de ahora, todos los jugadores en la timba global del poder deber¨¢n actuar como si Trump fuera a ganar. Seg¨²n Graham Allison, el patriarca de los polit¨®logos, quienes puedan mejorar sus posiciones con su victoria, v¨¦ase Putin, dilatar¨¢n decisiones y alargar¨¢n conflictos, mientras que quienes saben que solo pueden empeorar, v¨¦ase Zelenski y los europeos, intentar¨¢n resolver los problemas antes de noviembre pr¨®ximo. (Trump ya est¨¢ reorganizando la geopol¨ªtica. C¨®mo los aliados y los adversarios de Estados Unidos responden a la posibilidad de su regreso, en Foreign Affairs, 16 de enero).
La sorpresa ser¨ªa que los jueces lo descabalgasen. Dif¨ªcilmente lo har¨¢n los nueve magistrados vitalicios del Tribunal Supremo, donde son mayor¨ªa los seis conservadores, tres de ellos nombrados por Trump. Hasta ahora las peripecias y vistas judiciales le han servido de tribuna electoral y las resoluciones de fiscales y jueces, de plataforma de recaudaci¨®n de fondos. De ah¨ª su ausencia de los debates y su escaso activismo. Con los 91 delitos de los que se le acusa en los cuatro procesos en marcha, junto a los dos procesos de destituci¨®n parlamentaria fallidos, arma la fantas¨ªa de una persecuci¨®n a cargo del Gobierno, los dem¨®cratas, Biden y el Estado profundo. Est¨¢ haciendo una campa?a como la que hacen los presidentes en ejercicio, como si fuera el aut¨¦ntico presidente y Joe Biden el impostor que ocupa la Casa Blanca gracias a un robo electoral inventado.
Los votantes republicanos le creen a pies juntillas. Creen tambi¨¦n que ni siquiera una condena judicial debiera inhabilitarle. Y quienes m¨¢s, los evang¨¦licos, que son legi¨®n en Iowa, hasta creer incluso que el propio Trump es uno de ellos. Queda un largo trecho hasta la elecci¨®n, pero el arranque de las primarias demuestra que el Partido Republicano est¨¢ entero en sus manos. Nikki Haley quiere confiar todav¨ªa en las primarias de Nuevo Hampshire del 23 de enero y Ron De Santis, en las de Carolina del Sur del 24 de febrero, pero la deferente actitud de ambos hacia Trump revela que mantienen la puerta abierta a su incorporaci¨®n al equipo trumpista como candidatos a vicepresidentes.
Esos tres a?os de oposici¨®n no han pasado en balde. Los ha aprovechado para arrinconar o comprar a los republicanos de toda la vida, hacerse con el partido y seducir al n¨²cleo de votantes m¨¢s conspicuos del ultraconservadurismo religioso. Al llegar a las tierras nevadas de Iowa, en los p¨²lpitos evangelistas y en las asambleas electorales se han escuchado inauditos sermones que le consideran el candidato designado por la Providencia, salvador de Estados Unidos ante los peligros izquierdistas y defensor de la fe, perseguido y martirizado por el Gobierno de Biden como los cristianos en Roma. Como en el Evangelio de Judas ¡ªel texto gn¨®stico del siglo II descubierto al p¨²blico en 2006, en el que el ap¨®stol traidor que vendi¨® a Jesucristo por 30 monedas es ensalzado como meritorio facilitador de la Redenci¨®n¡ª, el expresidente mentiroso e inmoral, mis¨®gino y corrupto, que se considera por encima de la Constituci¨®n y promovi¨® el asalto al Capitolio, aparece a ojos de los cristianos renacidos estadounidenses como el salvador del pa¨ªs ante el peligro de un declive definitivo.