La tractorada: ?progre o facha?
Hay un agravio de fondo, l¨®gico. La desigualdad de ingresos entre poblaci¨®n europea rural (75% de la renta media) y urbana (125%)
Dos miradas al campo que ahora revitamina la tractorada: ambas, simplonas. La nostalgia arc¨¢dica preindustrial relanzada por el hipismo y el neorruralismo. Y el desd¨¦n cosmopolita ¡ªa veces compasivo¡ª, hacia el mundo campesino anclado a un pasado de hambruna y reacci¨®n. Abandonemos toda esperanza en l¨ªnea.
No hay esas fracturas n¨ªtidas. El mapa de la protesta amalgama enfoques reaccionarios y sensatos. Unos, violentos, antieuropeos y corporativistas: los de consejeros auton¨®micos ultras. Otros, la respetuosa movilizaci¨®n en Catalu?a (dirigida por Uni¨® de Pagesos, de izquierdas) o la prudencia de sindicatos gallegos, aplazando todo al 18-F.
Abismo entre organizaciones; abismo en motivos. Hay un agravio de fondo, l¨®gico. La desigualdad de ingresos entre poblaci¨®n europea rural (75% de la renta media) y urbana (125%). Y dentro del campo, el que separa al 20% de los de arriba (habitan palacios: los Alba), que perciben el 80% de las ayudas de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC), del resto.
Esa pol¨ªtica busca con torpeza conjugar tres fines de dif¨ªcil encaje: apoyo a la producci¨®n (favorece a los grandes tenedores, con propiedades m¨¢s rentables); sostenimiento a la renta de los peque?os (para fijarlos al suelo y evitar las Espa?as vaciadas); y equilibrio ecol¨®gico contra el cambio clim¨¢tico (fertilizantes no contaminantes, pesticidas inocuos, semillas nuevas y resistentes). Y al ser generosa, exige formularios burocr¨¢ticos que soslayen la corrupci¨®n: ocupan quiz¨¢ un 20% del tiempo ¨²til del agricultor.
?Generosa? ?Demasiado! La UE dedica con la PAC 387.000 millones cada septenio, el 35% de su presupuesto, al 4,5% de su poblaci¨®n, la agraria, que genera poco m¨¢s del 1,6% del PIB. Una locura, compatible con su car¨¢cter antirredistributivo interno que beneficia a los terratenientes por encima de la peque?a burgues¨ªa rural y los jornaleros.
El otro gran argumento, la defensa frente a la competencia desleal (por ejemplo, marroqu¨ª), aunque tenga alguna peque?a percha (pesticidas, salario/hora), apesta a xen¨®fobo. Competitivos, nosotros. En 2000, import¨¢bamos m¨¢s productos agr¨ªcolas y pesqueros de los que export¨¢bamos. Ahora, el saldo comercial neto nos es favorable en 14.900 millones anuales. ?Marruecos? Tambi¨¦n progresa. Nos vende en 15 a?os m¨¢s kilos de tomates de los que vend¨ªa; nosotros, menos a la UE de los que sol¨ªamos (629 millones de kilos en vez de 957)¡ pero hemos duplicado su precio. Ganamos m¨¢s con muchas menos unidades. No sean cutres.
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