Los objetivos inalcanzados de Putin en Ucrania
El presidente ruso no ha alterado los principios que invoc¨® para agredir a Kiev, los cuales pasan por que Estados Unidos y la OTAN se sometan a su voluntad
Vlad¨ªmir Putin no ha alterado los objetivos invocados para invadir Ucrania pero estos, tal como los expuso, est¨¢n plagados de ambig¨¹edades y no son una lista apta para su ejecuci¨®n. Ucrania, Estados Unidos y los pa¨ªses de la OTAN solo podr¨ªan cumplir las exigencias del presidente ruso someti¨¦ndose plenamente a su voluntad, y la voluntad de Putin es que Occidente deje a Ucrania a su merced. Aceptarla equivaldr¨ªa a un reparto de esferas de influencia en el continente, evocador de los acuerdos alcanzados por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial en Yalta en 1945.
En su reciente entrevista con el periodista norteamericano Tucker Carlson, Putin preguntaba ret¨®ricamente por qu¨¦ EE UU se empe?aba en ayudar a un pa¨ªs tan lejano como Ucrania, teniendo tantos problemas graves en sus fronteras. ¡°Acaso no ser¨ªa mejor ponerse de acuerdo con Rusia¡ (¡) entendiendo la situaci¨®n que se ha formado en el d¨ªa de hoy, entendiendo que Rusia luchar¨¢ hasta el final por sus intereses¡±, se?alaba Putin. La idea de que Rusia puede ser derrotada militarmente es una ¡°ilusi¨®n¡± motivada por ¡°la arrogancia o la ingenuidad¡±, pero no ¡°por la inteligencia¡±, subrayaba el l¨ªder ruso, y recomendaba a los pa¨ªses que aconsejan a Ucrania luchar hasta el final que hicieran ¡°ajustes¡± en sus pol¨ªticas, ante la imposibilidad de una ¡°derrota estrat¨¦gica¡± de Rusia.
¡°No, de momento no hemos logrado nuestros fines, porque uno de los fines es la desnazificaci¨®n¡±, reconoci¨® Putin a Carlson. Los dirigentes rusos tratan como ¡°neonazis¡± y c¨®mplices de tales a los l¨ªderes ucranios elegidos democr¨¢ticamente y de ello se infiere que la ¡°desnazificaci¨®n¡± implicar¨ªa formar un Gobierno t¨ªtere de Mosc¨² en Kiev.
El 24 de febrero de 2022, cuando los tanques rusos avanzaban ya por Ucrania, Putin mencion¨® los fines de su ofensiva. Adem¨¢s de la ¡°desnazificaci¨®n¡±, se refiri¨® a la defensa de los habitantes de Donb¨¢s del ¡°genocidio¡± del que culpa a Kiev. Tambi¨¦n hizo referencia a la ¡°desmilitarizaci¨®n¡± del pa¨ªs y al ¡°procesamiento de quienes cometieron numerosos delitos sangrientos contra los ciudadanos pac¨ªficos¡±. ¡°En nuestros planes no est¨¢ la ocupaci¨®n de los territorios ucranios. No vamos a imponer nada a nadie por la fuerza¡±, asegur¨® entonces Putin. Hoy Rusia ocupa casi un 20% de la superficie de Ucrania y se ha blindado ante eventuales retrocesos, mencionando en su constituci¨®n (como territorio ruso) regiones de Ucrania que ni siquiera controla.
En un proyecto de acuerdo sobre garant¨ªas de seguridad presentado a EE UU y a la OTAN a fines de 2021, Mosc¨² exig¨ªa que la Alianza se comprometiera a reducir su infraestructura y su potencial militar en Europa al nivel de 1997, es decir a la ¨¦poca anterior a las incorporaciones de nuevos miembros, en el pasado aliados de la URSS o parte de aquel Estado. La exigencia indicaba que Putin quer¨ªa revisar las ampliaciones ya efectuadas adem¨¢s de evitar las futuras. Dos a?os despu¨¦s, Rusia tiene cerca de 1.500 kil¨®metros m¨¢s de frontera con la OTAN (la longitud de la frontera terrestre y mar¨ªtima fino-rusa).
La pol¨ªtica del Kremlin es respaldada por un aparato de represi¨®n de creciente dureza. En marzo de 2022, Rusia introdujo dos nuevos delitos en su c¨®digo penal, a saber los ¡°bulos¡± sobre el ej¨¦rcito (cualquier afirmaci¨®n discrepante de la postura oficial puede ser valorada como tal) y el ¡°descr¨¦dito¡± de las instituciones del Estado (cualquier cr¨ªtica no aceptada por las autoridades). Por los bulos considerados graves se contemplan hasta 15 a?os de prisi¨®n.
En la sociedad rusa hay focos y temas de insatisfacci¨®n, que se manifiestan de forma puntual sin articularse en una fuerza alternativa. Reciente ejemplo han sido la multitud de personas que en diversas ciudades rusas esperaron en la calle para apoyar con su firma la candidatura a la presidencia del Estado de Bor¨ªs Nadezhdin, el ¨²nico pol¨ªtico dispuesto a hacer campa?a contra la guerra en las elecciones del pr¨®ximo marzo. Nadezhdin ha sido rechazado como candidato por la comisi¨®n electoral central, pero las colas de ciudadanos dispuestos a avalarlo fueron en s¨ª mismas una valiente manifestaci¨®n contra el militarismo oficial. El mot¨ªn de Yevgueni Prigozhin y la marcha de sus mercenarios Wagner hacia Mosc¨² indicaron tambi¨¦n insatisfacci¨®n aunque, en este caso, a favor de una pol¨ªtica imperial m¨¢s eficaz. Al depositar flores sobre la nieve en memoria de Alex¨¦i Navalni los rusos rechazan la brutalidad del sistema concretada en un personaje simb¨®lico e indefenso.
Con todo, el grueso de la sociedad respalda a su presidente, quien seg¨²n sondeos del centro Levada goza de un 80% de aprobaci¨®n entre sus conciudadanos. Los rusos (m¨¢s de un 70%) quieren la paz en Ucrania, pero entendida a su manera. Solo una minor¨ªa cree que la devoluci¨®n de las tierras ocupadas es condici¨®n ¡°preferible¡± o ¡°aceptable¡± para un acuerdo (un 22% est¨¢n dispuestos a devolver a Ucrania el territorio en Zaporiyia y Jers¨®n y un 16% a restituirle las autodenominadas rep¨²blicas populares de Donetsk y Lugansk). ¡°La sociedad rusa no est¨¢ preparada para un verdadero compromiso con la parte ucrania¡±, afirman Denis V¨®lkov y Andr¨¦i Kol¨¦snikov en un an¨¢lisis de las encuestas (¡°Una casa en la ci¨¦naga: c¨®mo la sociedad rusa se escondi¨® del conflicto en Ucrania¡±, en la web de Carnegie International Endowment for Peace).
Tras un largo estancamiento en el frente, el avance de las tropas rusas repunta ante unos combatientes ucranios aguerridos, pero dependientes del menguante suministro b¨¦lico occidental. Los gobernantes dispuestos a mantener el apoyo militar a Ucrania (por creer que Rusia no se detendr¨¢ en ese pa¨ªs) predominan en Occidente, donde suenan tambi¨¦n voces a favor de alguna f¨®rmula de alto el fuego en la que Mosc¨² retendr¨ªa el control de hecho de sus conquistas o parte de ellas, mientras Ucrania ganar¨ªa un respiro y garant¨ªas de seguridad.
Los dirigentes ucranios se niegan en redondo a ceder territorio, pese a quienes temen y advierten que esta opci¨®n podr¨ªa plante¨¢rseles de nuevo en peores condiciones dentro de un tiempo. Pero, ?acaso puede ofrecerles garant¨ªas Vlad¨ªmir Putin, quien viol¨® todos los acuerdos firmados sobre el respeto a las fronteras y a la integridad territorial de Ucrania?
Mientras se cotejan deseos y las posibilidades, la eventual vuelta al poder de Donald Trump en EE UU planea sobre el futuro de Ucrania y de los aliados europeos a los que el expresidente amenaza con dejar a su suerte. Putin desea exactamente eso y por ello su manifestada preferencia por Joe Biden es poco veros¨ªmil y, en opini¨®n de veteranas fuentes diplom¨¢ticas norteamericanas, podr¨ªa ser una cortina de humo para mejor da?ar la campa?a del pol¨ªtico dem¨®crata.
Si se llegara a un alto el fuego con una f¨®rmula parecida a la partici¨®n de Corea o a la coexistencia entre los dos Estados alemanes durante la Guerra Fr¨ªa, ?c¨®mo volver¨ªan a ser las relaciones con Rusia? ?Se levantar¨ªan las sanciones? ?Se reanudar¨ªan aquellas cumbres anuales pol¨ªtico-tur¨ªsticas entre Putin y los dirigentes de la UE? ?Se ir¨ªan de rositas los criminales de guerra? ?Acaso ser ¡°realista¡± hoy en Europa significa aceptar una irremediable debilidad frente a Rusia?
El car¨¢cter de Rusia, como potencia nuclear y por la visi¨®n geoestrat¨¦gica de Putin, condiciona las salidas a la sangrienta contienda en Ucrania. Las percepciones de peligro ante las amenazas rusas de usar el arma nuclear oscilan en Occidente. Un avance de Ucrania m¨¢s all¨¢ de lo que Rusia considera sus ¡°l¨ªneas rojas¡± incrementa la percepci¨®n de peligro. Y al rev¨¦s, los ¨¦xitos convencionales rusos hacen disminuir esa percepci¨®n. Recientemente, Putin ha manifestado comprensi¨®n por Hitler y su invasi¨®n de Polonia en 1939. Al no querer entregarle el corredor de Gdansk, los polacos ¡°se excedieron en el juego y obligaron a Hitler a iniciar la Segunda Guerra Mundial por ellos¡±, explic¨® en su entrevista con Carlson. Polonia ¡°result¨® intratable¡± y ¡°Hitler no tuvo otra opci¨®n a la hora de poner en pr¨¢ctica sus planes que comenzar precisamente con Polonia¡±, sentenci¨® el l¨ªder ruso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.