El gran pueblo ruso de Putin
El malestar de las mujeres que esperan a los familiares que est¨¢n en la guerra y los hombres que luchan puede tener un impacto social muy superior al de los opositores
M¨¢s de dos millones de preguntas llegaron a la administraci¨®n del Kremlin para que el presidente Vlad¨ªmir Putin las contestara en su renovada cita anual con los medios de comunicaci¨®n y con la ciudadan¨ªa, seg¨²n c¨¢lculos de los receptores. Aquellos dos maratonianos y multitudinarios eventos, que se escenificaban en escenarios diferentes, se han fundido este a?o en un espect¨¢culo ¨²nico.
Entre las preguntas que llegaron al secretario de prensa del presidente, Dmitri Peskov, estaban las de varios periodistas de medios de comunicaci¨®n de Mosc¨², que inquir¨ªan sobre las razones por las que los ciudadanos movilizados para la guerra en oto?o de 2022 (Operaci¨®n Militar Especial, en terminolog¨ªa oficial) no est¨¢n sometidos a rotaci¨®n y no tienen fecha para retornar a sus hogares. En diferentes lugares de Rusia, los familiares de esos ciudadanos reclaman el regreso (no previsto por las autoridades) de esos hombres, a los que desde su marcha han visto a lo sumo de modo intermitente en cortas vacaciones dominadas por la angustia de la vuelta al frente. Por ahora, las autoridades locales torean a estas esposas y madres y tratan de disuadirlas de salir a la calle o de convencerlas para que vuelvan a sus casas.
En v¨ªsperas de la comparecencia del presidente, los periodistas rusos se hac¨ªan c¨¢balas. ?Tendr¨ªa Putin el valor de responder a los familiares de los movilizados? La interrogaci¨®n pudo leerse incluso el mi¨¦rcoles por la noche en una pantalla electr¨®nica que serv¨ªa de fondo para un comentario en el primer canal de la televisi¨®n rusa. Despu¨¦s, el texto desapareci¨®.
En el largo temario abordado, que inclu¨ªa la escasez de huevos en Rusia y la situaci¨®n en Argentina, el presidente evit¨® hablar del retorno y no solo eso. Su aseveraci¨®n, seg¨²n la cual ¡°a d¨ªa de hoy no hay ninguna necesidad¡± de movilizaci¨®n, no da garant¨ªas para ma?ana.
La movilizaci¨®n impuesta en oto?o de 2022 afect¨® a 300.000 personas. En la actualidad, el contingente ruso en Ucrania, seg¨²n dijo Putin, es de 617.000 personas, de las cuales 486.000 son voluntarias. Esta ¨²ltima cifra, puntualiz¨®, se incrementa a raz¨®n de 1.500 por d¨ªa. ¡°Directamente en la zona de combate¡± los movilizados son 244.000, afirm¨® el jefe del Estado.
Algunas de las cuitas de los combatientes se abordaron en la conferencia de prensa de Putin. Tambi¨¦n lo fueron los problemas de los veteranos de las organizaciones militares privadas (como lo fue el grupo Wagner del malogrado Yevgueni Prigozhin). Un ciudadano, de apellido S¨®bolev, vestido en traje de camuflaje, cont¨® que, habiendo sido miembro de una de esas compa?¨ªas, le hab¨ªa sido negada reiteradamente la acreditaci¨®n como veterano de acciones militares. Putin subray¨® que este tipo de organizaciones no existen formalmente. Y es verdad desde el punto de vista de la legislaci¨®n rusa, lo que no implica que no existan en la realidad.
Putin acus¨® al Ministerio de Defensa de haber creado un problema, pues las ¡°relaciones diversas¡± de esas compa?¨ªas militares con el Estado ruso eran canalizadas por sus ¡°comandantes¡±. ¡°Desgraciadamente, los pagos se hac¨ªan en efectivo¡± y ¡°hoy es muy dif¨ªcil establecer incluso la lista¡± de los integrantes de aquellas unidades militares, explic¨® el presidente. De ese modo, Putin admiti¨® la existencia de un sistema de contrataci¨®n que evoca el de brigadas de construcci¨®n o de recogida de cosechas en las que los capataces son pagados por el conjunto del trabajo a realizar y reparten la suma entre los integrantes de su grupo. Putin afirm¨® que los derechos de estos contingentes ¡°deben ser reconocidos¡± y equiparados a los de otros combatientes y prometi¨® esforzarse por solucionar el problema, ¡°tal vez modificar la ley¡±. El poderoso jefe del Estado, al que se subordina toda la estructura pol¨ªtica, dijo que iba a esforzarse para solucionar el problema. No explic¨® por qu¨¦ no lo hizo antes.
Insatisfacci¨®n
La guerra, incluidos el fin de la movilizaci¨®n y la fecha de la victoria, es el tema sobre el cual una mayor¨ªa de los ciudadanos (el 21%) hubieran querido preguntar a Putin, seg¨²n un sondeo del centro Levada. Lo chocante de esta encuesta no est¨¢ en esta prioridad, sino en el siguiente porcentaje entre los encuestados (10%) que manifestaron no desear preguntarle nada a Putin y que no iban a conectar el televisor para verlo. Despu¨¦s, con porcentajes del 8% o menos, segu¨ªan los que se interesaban por problemas sociales y econ¨®micos.
Las preguntas que Putin no se atrevi¨® a contestar o que contest¨® con evasivas permiten esbozar dos focos de insatisfacci¨®n entre sus seguidores m¨¢s fieles e implicados, esos que han hecho posible y han apoyado la invasi¨®n de Ucrania. Se trata de una insatisfacci¨®n que no est¨¢ estructurada en un movimiento y mucho menos en un partido, pero que existe. Su naturaleza es muy diferente a la naturaleza de las reivindicaciones de la oposici¨®n (en gran parte en el exilio) que se manifiesta en defensa de una democratizaci¨®n en Rusia. Estos sectores que exigen un cambio pol¨ªtico centran hoy gran parte de sus energ¨ªas en apasionados debates sobre c¨®mo afrontar las elecciones presidenciales del pr¨®ximo marzo.
Los luchadores por la libertad y la democracia, en parte en la c¨¢rcel, en la clandestinidad o en el exilio, son castigados de forma implacable por el r¨¦gimen y tienen un apoyo minoritario en Rusia. En cambio, las mujeres que esperan y los hombres que luchan son parte de esa mayor¨ªa que apoya al r¨¦gimen. Es una mayor¨ªa que no cuestiona la guerra de Ucrania, sino la forma en que son tratados los fieles y concretos servidores del Estado representado por Putin. Por eso, el malestar de estos ¨²ltimos puede tener un impacto social muy superior al de los primeros.
Por otra parte, la vuelta de los movilizados a su domicilio supondr¨ªa la reintegraci¨®n en la sociedad de centenares de miles de hombres curtidos en la guerra que reivindican una posici¨®n digna y un respeto (desde el punto de vista econ¨®mico y tambi¨¦n moral) en el sistema que han defendido. Su sustituci¨®n por otros civiles sin experiencia de la guerra podr¨ªa causar una nueva oleada de protestas como la que ya se dio durante la primera movilizaci¨®n.
Las mujeres que esperan y los hombres que luchan en Ucrania forman ese ¡°gran pueblo ruso¡± en el que Putin dice confiar tras su ¡°exceso de ingenuidad y credulidad¡± ante sus ¡°supuestos socios¡± en 2000. La historia nos ense?a cu¨¢les fueron las consecuencias de la insatisfacci¨®n y la ira del pueblo ruso a principios del siglo pasado.
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