Ejecuci¨®n rusa en Alicante

El exilio es una de las pocas v¨ªas que ofrece el r¨¦gimen de Putin a los disidentes rusos. Fuera del pa¨ªs, estos disponen de una cierta protecci¨®n. Para los que Mosc¨² considera traidores a la patria no hay, sin embargo, refugio posible, ni siquiera fuera de Rusia. Lo demostr¨® con los esp¨ªas Alexander Litvinenko y Sergu¨¦i Skripal en el Reino Unido y acaba de hacerlo ahora en Espa?a con el desertor Maxim Kuzm¨ªnov.

En agosto pasado, Kuzm¨ªnov aterriz¨® en Ucrania y entreg¨® el helic¨®ptero que pilotaba (un Mi-8 de combate) a cambio de 500.000 d¨®lares y protecci¨®n de Kiev para ¨¦l y para su familia. Los dos tenientes rusos que le acompa?aban en la aeronave murieron en circunstancias por aclarar nada m¨¢s tomar tierra. Mosc¨² condecor¨® a ambos fallecidos y prometi¨® liquidar al piloto desertor. Apenas ocho meses despu¨¦s, Kuzm¨ªnov ha sido asesinado a tiros en Villajoyosa (Alicante).

Las primeras pesquisas espa?olas apuntan a una ejecuci¨®n extrajudicial ordenada por Mosc¨², algo que corrobora la actitud del Kremlin, que ya en octubre pasado advirti¨®, a trav¨¦s de supuestos miembros del GRU (servicio militar de inteligencia), que el desertor no vivir¨ªa lo suficiente para ser juzgado. Mosc¨², de hecho, ha recibido la noticia con indisimulada satisfacci¨®n. Su jefe del Servicio de Inteligencia Exterior, Sergu¨¦i Narishkin, ha tratado al piloto asesinado de ¡°traidor criminal¡± y ¡°cad¨¢ver moral¡±.

La publicidad de estas acciones criminales representa para Putin una baza que juega como arma disuasoria y ejemplarizante. Pero esta es la primera vez, que se sepa, que sus sangrientos m¨¦todos se ejecutan en suelo espa?ol. El Gobierno ha asegurado que nunca tuvo conocimiento de que el militar ruso se hubiera refugiado en Alicante. En consecuencia, tampoco dispon¨ªa de la protecci¨®n que s¨ª tienen los soldados o heridos ucranios que se entrenan o tratan en Espa?a. Todo indica, por tanto, que ni el piloto asesinado ni Ucrania informaron convenientemente a Madrid de la situaci¨®n. Espa?a, como ha avisado el Ministerio de Exteriores, debe dar una respuesta contundente a Mosc¨². Para ello, se necesita una investigaci¨®n en profundidad sobre el asesinato.

De confirmarse la autor¨ªa intelectual del Kremlin, el caso, adem¨¢s de atentar gravemente contra los derechos humanos, es una evidente vulneraci¨®n de las normas internacionales. El Reino Unido respondi¨® al envenenamiento de Litvinenko en 2006 con una investigaci¨®n que termin¨® con la congelaci¨®n de los activos de los dos sospechosos de haber cometido el crimen.

Esta nueva ejecuci¨®n rusa en suelo europeo llega en un momento especialmente delicado, en medio de la invasi¨®n de Ucrania y con un Putin envalentonado por sus victorias militares y su previsible triunfo electoral tras laminar a la oposici¨®n. La Uni¨®n Europea debe, por su parte, cerrar filas con Espa?a. Las meras protestas oficiales ser¨¢n insuficientes cuando los Veintisiete constituyen un apoyo fundamental para Kiev en la guerra frente al invasor ruso. La guerra es de por s¨ª la principal amenaza para la seguridad continental, pero estas operaciones encubiertas, contrarias a los valores europeos, agravan a¨²n m¨¢s esa inseguridad. A ellas, efectivamente, solo se puede reaccionar con contundencia. Es demasiado alto el riesgo de permitir que el presidente ruso considere Europa como un terreno m¨¢s para sus sangrientas maniobras.