Tiro en r¨¢faga, el fiasco del PP
La t¨¢ctica de guerra sin cuartel, de no hacer prisioneros, de ataque ansioso, sin descanso, no conduce a nada¡ m¨¢s que a consolidar al rival en sus peores momentos
La metralleta paraliza un rato, incluso largo, al enemigo. Era el fuego granizado de los b¨²nkeres nazis en Normand¨ªa contra los aliados que desembarcaban a pecho descubierto. Es un modo aterrador, causa bajas, sirve incluso para madurar un ataque m¨¢s focalizado contra el cogollo m¨¢s d¨¦bil del rival. Pero ?qui¨¦n recuerda una guerra ganada con este disparo t¨¢ctico? Le sucede lo que al bombardeo a¨¦reo: ablanda el terreno, no lo conquista. As¨ª lo aprendi¨® West Point en Vietnam.
Quiz¨¢ convenga al PP repensar su t¨¢ctica de guerra sin cuartel, de no hacer prisioneros, de ataque en r¨¢faga, ansioso, sin descanso: lleva tiempo en eso y no le conduce a nada¡ m¨¢s que a consolidar al rival en sus peores momentos. Miren a Wellington en Waterloo: destruy¨® a la invencible Guardia de l?Empereur con la munici¨®n justa, racionando fusiler¨ªa, prevali¨¦ndose de su posici¨®n m¨¢s alta, esperando el error del fatuo Ney y la llegada del refuerzo austro-prusiano.
Los dos ¨²ltimos a?os de la ¨²ltima legislatura se emplearon en un dilapidador dispendio de cartuchos vac¨ªos contra la pol¨ªtica econ¨®mica. Hoy era in¨²til. Ma?ana iba contra el pueblo. El finde, las cifras eran optimistas y vacuas. Pasado ma?ana, faltaba rigor fiscal. O sobraba la excepci¨®n ib¨¦rica. Y al otro, ¨¦ramos el farolillo rojo del convoy europeo. Qu¨¦ lastimoso gasto salivar. Qued¨® en nada: salvo el mejor resultado entre los grandes de la eurozona en crecimiento del PIB, en inflaci¨®n y en crecimiento mete¨®rico del empleo.
Luego, la frustraci¨®n pueril del s¨ªsifo que sigue sin llegar a la cima conduc¨ªa, como a Donald Trump, a deslegitimar al oponente, a criminalizar a sus aliados. A fabricar un fantasma que al cabo no parec¨ªa molestar tanto a sus votantes, el sanchismo. Y el ¨¦xtasis lleg¨® con la amnist¨ªa. Cu¨¢nta suela de mocasines Icone o Guillaume abrasada en las fr¨ªas plazas de la patria. In¨²til tambi¨¦n, y da?ino, porque a sus aguirres y ayusos se les pon¨ªa cara de abascales, el terror de los ni?os bien¡ educados.
As¨ª que rizaron el rizo y malmetieron en el Senado, convirti¨¦ndolo en pudridero de insultos. Fueron a Europa ¡ªas¨ª lo dicen, cuando Europa est¨¢ aqu¨ª¡ª a lanzar imprecaciones desde Estrasburgo contra su propio pa¨ªs, ins¨®lito denuedo antipatriota. Y a pedir una reprimenda al Gobierno desde la Comisi¨®n de Venecia. Naranjas de la China. La entidad vinculada al Consejo de Europa apoy¨® la amnist¨ªa (criticando alguno de sus modos, faltar¨ªa) y el texto sale inmaculado. Hasta tal punto que cualquier tribunal que lo ataque (habr¨¢ uno) pinchar¨¢ hueso y se trocar¨¢ en irrelevante.
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