¡®Scholzeando¡¯ otra vez
El canciller alem¨¢n convierte sus reticencias respecto a Ucrania en su principal tema de campa?a para la reelecci¨®n
Olaf Scholz no va a ganar la reelecci¨®n en 2025 apoy¨¢ndose en su historial econ¨®mico. Su plan es ganarla sobre la base de una gran apuesta geopol¨ªtica: el compromiso de no enviar tropas alemanas a Ucrania pase lo que pase.
La promesa lleg¨® inmediatamente despu¨¦s de las ...
Olaf Scholz no va a ganar la reelecci¨®n en 2025 apoy¨¢ndose en su historial econ¨®mico. Su plan es ganarla sobre la base de una gran apuesta geopol¨ªtica: el compromiso de no enviar tropas alemanas a Ucrania pase lo que pase.
La promesa lleg¨® inmediatamente despu¨¦s de las reflexiones p¨²blicas de Emmanuel Macron hace dos semanas sobre el env¨ªo de tropas de tierra a Ucrania. Los comentarios asustaron a los alemanes. El por lo general circunspecto Scholz se present¨® acto seguido en un pleno del Ayuntamiento y rechaz¨® la idea para que constara en acta. A este rechazo se une su antigua negativa a enviar misiles de crucero Taurus a Ucrania. Scholz afirma que los misiles requerir¨ªan personal alem¨¢n sobre el terreno. Aunque esto es t¨¦cnicamente cierto, no deja de ser una afirmaci¨®n enga?osa. Requerir¨ªan asesores y expertos militares, no tropas terrestres alemanas luchando contra los rusos.
El env¨ªo de tropas es la m¨¢s roja de todas las l¨ªneas rojas de Scholz. Hablando desde su despacho en el segundo aniversario del inicio de la guerra de Ucrania, el canciller prometi¨® que ¡°Alemania no se implicar¨¢ en la guerra, un hecho en el que nuestros soldados pueden confiar. Y en el que ustedes pueden confiar¡±. La afirmaci¨®n es tan categ¨®rica que me cuesta verle replegarse desde esa posici¨®n, incluso si las circunstancias cambiaran.
Se ha convertido en algo t¨ªpico del relato pol¨ªtico alem¨¢n moderno que los pol¨ªticos encuadren sus posiciones en funci¨®n de l¨ªneas rojas en lugar de objetivos estrat¨¦gicos. Lo hacen en pol¨ªtica econ¨®mica. Y el debate pol¨ªtico se transforma en una competici¨®n entre l¨ªneas rojas enfrentadas. Por eso Alemania es un socio tan dif¨ªcil para los dem¨¢s. Scholz se ha encasillado a s¨ª mismo y a su pa¨ªs.
Para Ucrania, esto es un desastre. Alemania es su segundo mayor apoyo militar y financiero. Estados Unidos es el mayor, pero el apoyo estadounidense a Ucrania est¨¢ bloqueado en el Congreso. Si Donald Trump gana las elecciones presidenciales, los aliados europeos tendr¨ªan que ayudar a Ucrania solos. Alemania ser¨ªa el apoyo m¨¢s importante. La principal esperanza de Ucrania reside ahora en un cambio en la pol¨ªtica estadounidense y alemana. Tendr¨ªa que ocurrir al menos una de estas dos cosas: que Donald Trump fuera derrotado en noviembre de este a?o; o que Scholz fuera derrotado 10 meses despu¨¦s. O las dos cosas. El l¨ªder de la oposici¨®n alemana y presidente de la CDU, Friedrich Merz, es menos ambiguo que Scholz en su apoyo a Ucrania. En concreto, est¨¢ a favor de enviar misiles de crucero Taurus.
Los periodistas alemanes han se?alado paralelismos con 2003, cuando Gerhard Schr?der se opuso a la guerra de Estados Unidos contra Irak. La decisi¨®n cont¨® con un amplio apoyo p¨²blico. En aquel entonces, Schr?der ten¨ªa a Jacques Chirac de su lado. Esta vez Alemania est¨¢ sola.
Scholz no pretende alinearse con Vlad¨ªmir Putin. Esa fase de la pol¨ªtica alemana ha terminado definitivamente. A diferencia de Schr?der, Scholz nunca form¨® parte del bando pro Putin en la pol¨ªtica alemana. Pero con Scholz, Alemania intentar¨¢ al menos volver a su antiguo papel de indeciso geopol¨ªtico.
Yo supongo que Scholz seguir¨ªa apoyando a Ucrania y enviando munici¨®n, sistemas antia¨¦reos y dinero. Pero difiere de sus aliados occidentales en un aspecto importante. Estar¨ªa m¨¢s que satisfecho con un acuerdo que pusiera fin a la guerra basado en las l¨ªneas de combate actuales.
Hasta un objetivo b¨¦lico tan modesto exigir¨ªa la entrega de al menos algunas armas ofensivas. Occidente tendr¨ªa que intensificar su apoyo a Ucrania incluso para llegar a ese punto.
Al convertir la negativa a enviar tropas en la cuesti¨®n definitoria de su existencia pol¨ªtica, Scholz est¨¢ haciendo una enorme apuesta geopol¨ªtica. No creo que le funcione tan bien como a Schr?der en 2003, porque no es, ni de lejos, tan popular. La gente no conf¨ªa en ¨¦l, ni siquiera personas que podr¨ªan estar de acuerdo con su postura respecto al env¨ªo de armas a Ucrania.
Al mismo tiempo, trata de sacar partido a la inquietud subyacente del pa¨ªs respecto a la guerra. Esto es algo que los aliados de Alemania y los detractores de Scholz en el extranjero har¨ªan bien en tener en cuenta. Los sondeos muestran que solo una peque?a mayor¨ªa del electorado alem¨¢n est¨¢ a favor de la entrega de armas. Scholz est¨¢ adoptando una postura despiadadamente populista al explotar un profundo miedo oculto a Rusia.
Me viene a la memoria un comentario de Frank-Walter Steinmeier, el presidente alem¨¢n. Cuando era ministro de Asuntos Exteriores, afirm¨® que los alemanes no volver¨ªan a luchar contra los rusos bajo ning¨²n concepto. Esa fue la l¨ªnea roja de la d¨¦cada pasada.
El argumento de Scholz es que las tropas de tierra conducir¨ªan a una escalada inevitable. El fantasma de Donald Trump acecha. Sin el paraguas nuclear estadounidense, Alemania tiene un problema estrat¨¦gico. Esto ha llevado a Scholz a la conclusi¨®n de que Alemania no puede permitirse una guerra con Rusia.
A Macron, por el contrario, le gustar¨ªa mantener sus opciones abiertas. La ambig¨¹edad estrat¨¦gica forma parte de la guerra. A diferencia de Scholz, Macron al menos ha reflexionado seriamente sobre las opciones estrat¨¦gicas. Yo no descartar¨ªa que Macron supiera lo que estaba haciendo y que se arriesgara a romper con Berl¨ªn a prop¨®sito. Alemania y Francia se han convertido en aliados poco fiables el uno para el otro.
Lo que espero ver como consecuencia del giro de Scholz es un reajuste de la seguridad europea en el que el Reino Unido y Francia cooperar¨¢n m¨¢s estrechamente. La t¨¢ctica de Scholz perjudicar¨¢ a la UE y a la OTAN, y al papel de Alemania en ambas. Sin duda ha deteriorado las relaciones francoalemanas. Los dos pa¨ªses divergen estrat¨¦gicamente desde hace tiempo, por ejemplo, en materia de pol¨ªtica energ¨¦tica.
En marzo de 2022, Scholz pronunci¨® su ¨²nico discurso memorable al declarar un cambio de ¨¦poca, Zeitenwende. Fue la revoluci¨®n de color de Alemania, una Primavera de Berl¨ªn durante la cual Scholz intent¨® anclar m¨¢s firmemente a Alemania en la alianza occidental. Eso se termin¨®.