Guerras privadas en ?frica
La competencia entre una empresa estadounidense y el grupo ruso Wagner abre la posibilidad de una privatizaci¨®n de los conflictos b¨¦licos al margen de las leyes internacionales
Rep¨²blica Centroafricana se ha convertido en el laboratorio de un preocupante experimento pol¨ªtico-militar que no solo afecta a ese pa¨ªs, sino que amenaza con convertirse en un modelo que traer¨¢ mayor inestabilidad a la regi¨®n dado que sus responsables se mueven impunemente fuera de las convenciones internacionales de la guerra. A la presencia permanente ¡ªcon la aprobaci¨®n del Gobierno local¡ª del grupo ruso Wagner se suma ahora la entrada en escena de la empresa estadounidense Bancroft Global Development, que cuenta con una importante experiencia de entrenamiento a ej¨¦rcitos de otros pa¨ªses, entre los que destaca Somalia, sacudido por m¨¢s de 30 a?os de conflicto armado. Se trata de facto de una privatizaci¨®n de la pol¨ªtica de defensa que nos traslada a ¨¦pocas anteriores a la creaci¨®n de los Estados modernos.
Milicias cristianas e islamistas protagonizan enfrentamientos desde hace a?os en Rep¨²blica Centroafricana, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del continente pese a su importante reserva de recursos naturales. Bancroft mantiene conversaciones con el Gobierno presidido por Faustin-Archange Touad¨¦ra con el objetivo de desarrollar ¡°posibles actividades futuras¡±. El Ejecutivo, por su parte, ha reconocido que est¨¢ ¡°diversificando¡± sus relaciones en materia de seguridad.
Bajo la apariencia eufem¨ªstica de este lenguaje de negocios se est¨¢ hablando en realidad de una guerra ejecutada por ej¨¦rcitos privados. Ciertamente, la creaci¨®n de ej¨¦rcitos ciudadanos no hizo desaparecer a los mercenarios. Lo que ha cambiado es que detr¨¢s de estos est¨¢n ahora abiertamente los Estados y en este caso dos superpotencias. Es de sobra conocida la vinculaci¨®n de Wagner con el r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin, que lo ha empleado como fuerza de choque en Ucrania y desplegado en diversos pa¨ªses del ?frica subsahariana como parte de una estrategia de intervenci¨®n en un ¨¢rea tradicional de influencia europea, en concreto de Francia. Por su parte, Bancroft ¡ªnacida hace 24 a?os con otro nombre y como empresa supuestamente dedicada a la limpieza de minas antipersona¡ª tiene hoy como su principal contribuyente al Departamento de Estado de EE UU.
Wagner est¨¢ acusado por la ONU de ser el responsable de numerosas violaciones de los derechos humanos. En paralelo a su actividad militar, este ej¨¦rcito irregular no descuida el frente de la imagen y es el principal promotor de las manifestaciones callejeras celebradas en Bangui, la capital centroafricana, contra las conversaciones del Gobierno con Bancroft.
La pugna entre ambos grupos trasciende evidentemente el negocio mercenario en s¨ª. De diferentes maneras, Mosc¨² y Washington est¨¢n tomando posiciones en un posible escenario de enfrentamiento indirecto entre ambas potencias. La gran perjudicada ser¨¢ sin duda una poblaci¨®n civil convertida en el mero pe¨®n de una partida que se juega a una escala mucho mayor.
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