?Qu¨¦ hacen fuerzas especiales rusas protegiendo a un presidente africano?
Rusia despliega cerca de 200 uniformados y env¨ªa armas ligeras a Rep¨²blica Centroafricana, uno de los rincones m¨¢s pobres de ?frica, sumido en una larga guerra por su tierra y recursos minerales
Primero Mosc¨² pidi¨® que se hiciera una excepci¨®n al embargo de armas que pesa contra Rep¨²blica Centroafricana desde 2013. Lo logr¨® y procedi¨® a la donaci¨®n de armamento ligero y munici¨®n. Luego, el Kremlin decidi¨® que hab¨ªa que enviar instructores para ense?ar a manejar las armas a los militares centroafricanos. All¨ª est¨¢n. Finalmente, fuerzas especiales del Ej¨¦rcito ruso se han sumado a la guardia pretoriana que protege al presidente Faustin-Archange Touad¨¦ra. Es el relato breve, de no m¨¢s de medio a?o, que da forma a la pica puesta por Rusia en uno de los polvorines de ?frica, un rinc¨®n desgarrado por violencia y miseria, en el que milicias cristianas guerrean con grupos musulmanes por el control de la tierra y minerales como oro y diamante. Un avispero en el que, por cierto, ya operaba una misi¨®n de pacificaci¨®n de la ONU con m¨¢s de 13.000 efectivos y otra de entrenamiento militar de la UE con 154 miembros.
La ONU renov¨® en enero el veto a la compra de armas impuesto a Rep¨²blica Centroafricana (4,5 millones de habitantes) en 2013. El enfrentamiento abierto entonces entre cristianos antibalaka y musulmanes Seleka dej¨® en pr¨¢cticamente un a?o m¨¢s de 5.000 muertos. Las sanciones de la ONU incluyen en esta ¨²ltima revisi¨®n una excepci¨®n: se podr¨ªa proveer de armamento siempre y cuando fuera a parar a la misi¨®n internacional (MINUSCA), a las fuerzas francesas o al entrenamiento efectuado por los soldados europeos. Un traje que se ajustaba a la petici¨®n cursada por Rusia, que a finales del pasado a?o comunic¨® su inter¨¦s por enviar armas ligeras al pa¨ªs (pistolas, fusiles, lanzagranadas). A Francia no le gust¨® por el peligro a perder el rastro de las armas en una posible escalada de la violencia. Pero hubo luz verde de la ONU.
Guerra fr¨ªa africana
Casualidad o no, Washington anunci¨® en enero una donaci¨®n de 12,7 millones de d¨®lares a la formaci¨®n del Ej¨¦rcito centroafricano. Las dos grandes potencias de nuevo en el tablero africano de la guerra fr¨ªa. Como anta?o hiciera la URSS, Putin mueve ficha en ?frica: en Libia, con un apoyo tajante y expl¨ªcito al poderoso general Jalifa Hafter; en T¨²nez, con el que ha colaborado en la lucha antiterrorista; en Marruecos, con lazos econ¨®micos reforzados; en Egipto, donde la estatal Rosatom construir¨¢ una planta nuclear con cuatro reactores... Un revival ruso en el continente africano justo cuando la buena reputaci¨®n alcanzada en la guerra siria hace de Rusia un buen aliado militar; cuando el gigante chino se muestra imparable, con lazos econ¨®micos y pol¨ªticos en medio continente, y, finalmente, cuando adem¨¢s, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha mostrado escaso inter¨¦s en ?frica ¡ªbasta recordar la expresi¨®n "pa¨ªses de mierda"¡ª.
Tres meses despu¨¦s de que Mosc¨² recibiera el pl¨¢cet de la ONU para enviar armas, la publicaci¨®n Jeune Afrique ha informado de que alrededor de 40 miembros de las fuerzas especiales rusas participan en la protecci¨®n del presidente. Se les vio por primera vez junto a?Touad¨¦ra en un acto en el estadio de Bangui, capital del pa¨ªs. Firmin Ngrebada, director de su gabinete, confirm¨® el despliegue argumentando que sirven para "reforzar la capacidad de las fuerzas armadas centroafricanas en la protecci¨®n del presidente". Los rusos ser¨ªan la punta de lanza en su defensa, por delante de los militares centroafricanos y un operativo ruand¨¦s de la MINUSCA.
Pero, ?qu¨¦ inter¨¦s tiene Mosc¨² en la antigua colonia francesa? El 22 de marzo, un portavoz de Exteriores ruso tuvo que responder a esta pregunta, ante cuestiones de la prensa local. El vocero habl¨® sobre todo del viaje, en octubre, del presidente Touad¨¦ra a Sochi, en donde se vio con el ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov. All¨ª se comprometieron a estrechar lazos pol¨ªticos y econ¨®micos. Entre lo acordado estar¨ªa la exploraci¨®n de los recursos minerales de Rep¨²blica Centroafricana. Adem¨¢s del env¨ªo de cinco militares y 170 instructores rusos. Por cierto, un mes despu¨¦s de que Touad¨¦ra visitara Sochi, fue para all¨¢ Omar al Bashir, presidente de Sud¨¢n, perseguido por la Corte Penal Internacional por cr¨ªmenes en Darfur. Al Bashir fue recibido por Vlad¨ªmir Putin, al que pidi¨® "protecci¨®n" frente a EE UU.
Rusia ha dado en el clavo; hacen falta fusiles en Rep¨²blica Centroafricana. En una conversaci¨®n mantenida por este diario en agosto con el general espa?ol Fernando Garc¨ªa Bl¨¢zquez, entonces al frente de la misi¨®n europea (EUTM RCA), este afirmaba que la falta de armas dificultaba la capacidad defensiva de los batallones del renovado Ej¨¦rcito centroafricano, frente al contrabando imparable desde Congo y Chad para nutrir a grupos rebeldes. Un portavoz de esta misi¨®n, en la que a¨²n participan ocho espa?oles, ha confirmado a este diario que, en efecto, las armas provistas por Rusia tienen como destino los dos batallones entrenados por los europeos (1.300 efectivos). Los instructores rusos est¨¢n, en coordinaci¨®n con las autoridades centroafricanas y bajo la supervisi¨®n de la ONU, ense?ando a los militares locales. "La [misi¨®n] EUTM RCA est¨¢ dispuesta a colaborar con terceros Estados", se?ala este portavoz, "insistiendo en la transparencia y consulta con todas las partes a todos los niveles".
La llegada de los rusos ha suscitado sin duda alg¨²n recelo entre militares y diplom¨¢ticos. El embajador franc¨¦s, el veterano Christian Bader, reclam¨® este jueves precisamente transparencia en la nueva cooperaci¨®n entre Rusia y Rep¨²blica Centroafricana, aludiendo al art¨ªculo 60 de la Constituci¨®n. El mensaje estaba claro. Ese art¨ªculo exige que cualquier acuerdo que afecte a los tan queridos recursos naturales del pa¨ªs tenga previamente el visto bueno del Parlamento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.