Vuelven los ¡®brigit¨®logos¡¯
El absurdo bulo sobre la supuesta transexualidad de la primera dama francesa, un embuste difundido por la extrema derecha mundial, ha regresado con fuerza en las redes y los medios galos
La escena que voy a relatar a continuaci¨®n parece sacada de una pel¨ªcula barata y, sin embargo, ha dado lugar a uno de los bulos m¨¢s arraigados en la mente de muchos franceses. Una historia delirante originada en diciembre de 2021 y que ha vuelto con fuerza en las ¨²ltimas semanas en las redes y los medios despu¨¦s de que un periodista, con motivo del 8M, le preguntara a Macron si le dol¨ªan los rumores sobre la supuesta transexualidad de su mujer, Brigitte. Un embuste difundido hoy por la extrema derecha mundial, como lo demuestra un reciente tuit de la trumpista Candace Owen, y al que Emmanuelle Anizon, reportera del Nouvel Obs, acaba de dedicar una fascinante investigaci¨®n en L?affaire Madame, un libro sobre c¨®mo nace y se consolida una conspiraci¨®n, hasta convertirse en un hecho pol¨ªtico.
This episode is blowing up so I just want to say¡ªAfter looking into this, I would stake my entire professional reputation on the fact that Brigitte Macron is in fact a man. Any journalist or publication that is trying to dismiss this plausibility is immediately identifiable as¡
— Candace Owens (@RealCandaceO) March 12, 2024
Todo empieza en M¨¦diumnisation, un canal de YouTube dedicado a la videncia donde Amandine Roy, una pretendida m¨¦dium seguida por cuatro iluminados, vomita su ¡°odio hacia las ¨¦lites¡± y despotrica contra las pol¨ªticas del Gobierno consultando a or¨¢culos con nombres de flores. Un viernes cualquiera, la vidente entrevista por tel¨¦fono a una misteriosa mujer que se hace llamar Natasha Rey y se presenta, escondida detr¨¢s de unas gafas de sol y un imponente sombrero negro, como periodista autodidacta. Afirma que lleva tres a?os investigando la identidad sexual de Brigitte Macron y que tiene pruebas irrefutables de que la primera dama era un hombre antes de cambiar de sexo.
La exposici¨®n que hace durante m¨¢s de dos horas esta mujer de 51 a?os, culta y muy le¨ªda, con veleidades art¨ªsticas, vegana, es digna del guion de una telenovela rocambolescamente mala y requiere de un cierto dominio del g¨¦nero: Brigitte no es Brigitte, sino su hermano Jean-Michel Trogneux; la verdadera Brigitte muri¨® muy joven; Brigitte/Jean-Michel se habr¨ªa cambiado de sexo en los a?os 80, asumiendo la identidad de su hermana fallecida, y para que nadie sospechara de ello, invent¨® la existencia de su primer marido Andr¨¦ Auzi¨¨re; por consiguiente, los tres hijos de la pareja provendr¨ªan de la uni¨®n de Brigitte, cuando era a¨²n Jean-Michel, con una tal Catherine Auzi¨¨re. Algo que, seg¨²n Rey, podr¨ªa haber comprobado f¨¢cilmente cualquier ¡°periodista mainstream¡± m¨ªnimamente serio.
Rey hab¨ªa dedicado grandes esfuerzos a una investigaci¨®n que inici¨® en 2018, en plena revuelta de los chalecos amarillos, con la que se identificaba. El ¡°extra?o¡± f¨ªsico de Brigitte Macron, la naturaleza de su relaci¨®n ¨Del presidente franc¨¦s ten¨ªa 15 a?os cuando se enamor¨® de su profesora de teatro, de 40¨D y los silencios que pueblan el relato oficial de su pasado, se?alados por sus bi¨®grafas, empujaron a esta mujer en paro, obsesionada con el caso Epstein y asqueada por un mundo pol¨ªtico ¡°dominado por la mentira¡± a convertirse en una especie de detective. Pidi¨®, sin ¨¦xito, las actas de nacimiento de Brigitte Macron en la alcald¨ªa de Amiens; verific¨® tumba por tumba los nombres de los familiares enterrados en el cementerio de la ciudad, en un vano intento por reconstituir su ¨¢rbol geneal¨®gico; consult¨® a dermat¨®logos, cirujanos pl¨¢sticos y dentistas para analizar su mand¨ªbula. Su obsesi¨®n enfermiza no tuvo l¨ªmites y la dej¨® muy aislada, incluso arruinada, como cuenta Anizon, la autora del libro, que pudo seguir a Rey durante m¨¢s de un a?o.
El ¨¦xito de la entrevista fue brutal, inesperado. A las pocas horas el v¨ªdeo ya ten¨ªa 500.000 visualizaciones y se hab¨ªa convertido en trending topic en X. El resto corri¨® a cargo de los medios y las cuentas en redes de la extrema derecha conspiranoide, obsesionada con la teor¨ªa de la elite gender inversion ¨Dcomo lo demuestran los casos de Michelle Obama y Bego?a G¨®mez¨D, que se deleit¨® y se sigue deleitando con las revelaciones de Rey. Lo curioso de esta historia es que al d¨ªa siguiente Rey empez¨® a recibir centenares de correos de ciudadanos que quer¨ªan ayudarla en su indagaci¨®n, ya sea ofreci¨¦ndole su tiempo o dinero. Ciudadanos aparentemente normales, sin afiliaci¨®n a la extrema derecha y de orientaci¨®n sexual diversa, dispuestos a pedir d¨ªas libres en el trabajo para poder dedicarse a investigar esta supuesta mentira de Estado, y que se autodenominan brigit¨®logos. Pseudoexpertos en Brigitte Macron, muy activos en la Red, hoy enfrentados y divididos en varias corrientes, como explica Anizon, cuyo libro recopila las teor¨ªas m¨¢s absurdas, de las que es imposible no re¨ªrse.
Es tentador ver a estos brigit¨®logos solo como a una banda de locos obsesivos o imaginar que existe una predisposici¨®n psicol¨®gica a la conspiraci¨®n. Durante la pandemia, casi todos hemos tenido a alg¨²n amigo, colega de trabajo, familiar que se convirti¨® en covid¨®logo, aunque fuese unos meses. La desconfianza que sienten muchos ciudadanos hacia la palabra oficial, nos dice la autora del libro, se origina en la falta de transparencia de un mundo pol¨ªtico en el que los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, sexuales, son desgraciadamente legi¨®n. Quiz¨¢ haya llegado el momento de aparcar el desprecio para hacer autocr¨ªtica. Y a¨²n m¨¢s a unos meses de la m¨¢s que probable vuelta al poder de Donald Trump, el hombre que mejor sabe convertir las grietas del sistema en votos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.