Jeffrey Epstein: la historia de abusos, verdades, mentiras y bulos que internet arrop¨®
La desclasificaci¨®n de centenares de documentos sobre la red de pederastia del magnate ha generado noticias falsas con listas de nombres como los de Oprah Winfrey o Tom Hanks, que no aparecen en los mismos
¡°Lista de vuelo a la Isla Epstein (Oficial)¡±. No hace falta navegar en la Internet profunda ni a trav¨¦s de complejos documentos para encontrar, estos d¨ªas, una ristra de nombres bajo ese t¨ªtulo. Basta con echar un vistazo a redes sociales (sobre todo X, la antigua Twitter) para encontrarse con una de esas listas encabezadas as¨ª, o de forma similar, que de oficial tienen poco y cuyos nombres son, en su mayor¨ªa, completamente inventados. No, ni Oprah Winfrey, ni el papa Juan Pablo II, ni tampoco Tom Hanks, Jimmy Kimmel, Matthew Perry o Mikel Arteta fueron clientes de la red de abusos sexuales a menores de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, ni volaron en sus aviones ni bebieron champ¨¢n en sus mansiones. Y no, no todos los que aparecen citados (ya sea en profundidad o de pasada) en sus cientos de documentos, como Bill Clinton, Donald Trump, Michael Jackson, David Copperfield o Stephen Hawking, hicieron nada ilegal o inmoral. Algunos ni siquiera le conocieron. Pero eso, en unos d¨ªas donde los bulos han corrido con plena libertad, no ha importado a los eternos mentirosos que pueblan la red.
La historia del millonario pederasta Epstein, que junto a su amante-amiga-novia-madame Maxwell (no est¨¢ claro qu¨¦ fueron, ni ella misma lo sabe, como ha confesado) dirigi¨® toda una organizaci¨®n de abusos sexuales a menores, es jugosa para la prensa, da para una serie, si no fuera por la historia de pesadilla que cuenta. ?l, un chaval de Brooklyn hecho a s¨ª mismo, brillante, que empez¨® dos carreras que abandon¨®, entr¨® en la banca de inversi¨®n y gestion¨® fortunas con valor de m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares y amas¨® m¨¢s de 500 hasta ahorcarse en la c¨¢rcel; ella, la ni?a bien hija de un magnate de la prensa brit¨¢nico (Robert Maxwell, considerado el ciudadano Kane de su ¨¦poca y fallecido en accidente de barco en Canarias en 1991) y condenada a 20 a?os de c¨¢rcel; los dos guapos, simp¨¢ticos, discretos y bien conectados. Islas privadas, viajes en helic¨®ptero o en un avi¨®n llamado Lolita, fiestas en mansiones... Un escenario que podr¨ªa parecer de pel¨ªcula de amor y lujo, si no fuera por la red de abusos que lleva casi dos d¨¦cadas siendo investigada, y que estos d¨ªas est¨¢ m¨¢s en boga que nunca gracias a la desclasificaci¨®n, el pasado 3 de enero, de 40 documentos legales, y el 4 y el 5, de otros 160 m¨¢s.
Miles de p¨¢ginas que pocos han le¨ªdo, pero que tantos se han lanzado a comentar y de las que han surgido unos nombres que no est¨¢n en ellas, o que si lo est¨¢n no siempre implican una sospecha contra el citado. Especialmente en Estados Unidos, cuna que mece a los difusores de bulos y a los muchos creyentes que quieren desatar su odio contra casi cualquier personaje p¨²blico, r¨¢pidamente empezaron a revolotear nombres e historias alrededor de los documentos. Pronto se vieron unas im¨¢genes del actor Tom Hanks bailando con una kip¨¢ en la cabeza y un talit sobre los hombros con un supuesto r¨®tulo de la CNN donde se afirmaba que se hab¨ªa convertido al juda¨ªsmo y hab¨ªa huido a Israel ¡°tras el lanzamiento de la lista de clientes de Epstein¡±. No hay ninguna lista, para empezar, pero en los documentos, Hanks ni siquiera aparece mencionado. El r¨®tulo es falso, como ha confirmado CNN. Las im¨¢genes son de la boda de un m¨¢nager de artistas, Scooter Braun, en 2014. Ahora en Facebook sigue encontr¨¢ndose el v¨ªdeo, pero con un letrero sobreimpreso: ¡°V¨ªdeo alterado. Verificadores de informaci¨®n independientes han indicado que esta informaci¨®n podr¨ªa resultar enga?osa para las personas¡±.
Ni Oprah Winfrey aparece en los documentos ni ha tomado medidas por aparecer en ellos, como dejan caer en titulares algunos medios dispuestos a lograr clics con esas mentiras. S¨ª es cierto que la presentadora y productora, en plena campa?a de promoci¨®n de su pel¨ªcula El color p¨²rpura (un remake de la dirigida por Spielberg ¡ªque tampoco aparece en los papeles¡ª en 1985), ha cerrado los comentarios de su cuenta de Instagram, con 23 millones de seguidores, parece que para mantenerse ajena a bulos y acusaciones. Tampoco hay ninguna conexi¨®n entre ella y Michael Jackson, al que una v¨ªctima de la red de Epstein simplemente recuerda en Palm Beach, en la mansi¨®n del pederasta, pero con quien no mantuvo relaciones. Tampoco el entrenador de f¨²tbol Mikel Arteta ni el recientemente fallecido actor Matthew Perry aparecen en ninguno de los documentos, ni como pasajeros en los vuelos. Son solo bulos y m¨¢s bulos.
De Epstein se sabe todo, o casi, desde hace a?os. Sus abusos, conexiones, fortuna, sus tejemanejes, su cercan¨ªa con el poder. Tambi¨¦n se conoc¨ªa su vieja amistad con Donald Trump, en los noventa, donde se les ve¨ªa juntos riendo en fiestas. El propio expresidente dijo hace a?os que era ¡°un tipo magn¨ªfico¡±. ¡°Te diviertes mucho con ¨¦l. Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a m¨ª, muchas de ellas j¨®venes¡±, dijo. Eran otros tiempos. Hace cinco a?os, cuando Trump ya era presidente y el magnate fue detenido y entr¨® en prisi¨®n (en la que se suicidar¨ªa poco despu¨¦s, en agosto de 2019), coment¨® que se conoc¨ªan de Palm Beach (Florida), donde ambos ten¨ªan residencias y frecuentaban los mismos c¨ªrculos, aunque estaban lejos de ser amigos: ¡°No soy fan¡±.
Pero que ahora Trump est¨¦ en los papeles (una v¨ªctima, Johanna Sjoberg, cuenta en el documento 12 c¨®mo una vez que no pod¨ªan aterrizar en Nueva York y se desviaron a la cercana Atlantic City, Epstein dijo: ¡°Genial, llamaremos a Trump e iremos al casino¡±) no significa que pertenezca al c¨ªrculo de Epstein ni a su red de abusos. Ocurre igual con Bill Clinton. El expresidente estadounidense aparece en la documentaci¨®n porque la misma Sjoberg es preguntada por ¨¦l: ?Sabe si Bill Clinton era amigo de Jeffrey Epstein?, le preguntan. ¡°S¨¦ que ten¨ªa trato con Bill Clinton. No sab¨ªa que eran amigos hasta que le¨ª un art¨ªculo de Vanity Fair sobre un viaje de ambos a ?frica¡±, argumenta ella, sin haber tenido relaci¨®n con el expresidente. ¡°Una vez dijo que a Clinton le gustaban j¨®venes, en referencia a las chicas¡±, es lo m¨¢s cerca que queda. En 2019, Clinton ya reconoci¨® haber volado entre 2002 y 2003 en el avi¨®n privado de Epstein. Ambos exmandatarios ya llevan a?os mostrando p¨²blica distancia de la figura del pederasta.
El difunto cient¨ªfico Stephen Hawking se ha visto expuesto por un correo en el que, entre otras cosas, se escribe mal su nombre. Es el 14? documento de los 40 originales, un mail de Epstein ¡ªescrito r¨¢pido y cargado de erratas¡ª a Ghislaine Maxwell con unas pocas l¨ªneas que dicen: ¡°Se puede ofrecer una recompensa a cualquiera de los amigos, conocidos y familiares de Virginia [Giuffre] para que den un paso adelante y la ayuden a probar que sus acusaciones son falsas. La m¨¢s fuerte es la cena con Clinton, y la nueva versi¨®n de las islas V¨ªrgenes de que stven hawking [sic, por Stephen Hawking] particip¨® en una org¨ªa de menores de edad¡±. Se han distribuido im¨¢genes por Internet con supuestos fragmentos de los documentos que hablan sobre Hawking, pero est¨¢n manipulados. No hay m¨¢s que esa frase, adem¨¢s de im¨¢genes antiguas ya conocidas de 2006 en las que se ve a Hawking en una conferencia en el Caribe, financiada por Epstein, junto a otros cient¨ªficos.
Johanna Sjoberg y Virginia Giuffre son dos de las principales v¨ªctimas de la red, quienes realizan declaraciones m¨¢s largas y potentes y aportan m¨¢s nombres. Es Giuffre quien acusa al pr¨ªncipe Andr¨¦s de Inglaterra, el tercer hijo de Isabel II, de abusar de ella cuando era menor; le llev¨® a juicio, pero llegaron a un acuerdo extrajudicial hace dos a?os. Su nombre s¨ª est¨¢ claramente en los documentos, con datos y hechos. Giuffre llega a hablar en su declaraci¨®n de que hay ¡°otro pr¨ªncipe¡±, y tambi¨¦n de un ¡°presidente espa?ol¡± cuyo nombre no recuerda, pero del que da datos: ¡°Es espa?ol, alto, pelo moreno, ten¨ªa acento extranjero. Hombre. Dir¨ªa que alrededor de 40 a?os¡±. El encuentro, cree recordar, tuvo lugar a principios de los 2000 en Nuevo M¨¦xico, en el sur de EE UU, donde Epstein ten¨ªa un rancho. Sin embargo, ella habla de Spanish, y ese t¨¦rmino en EE UU no significa siempre de Espa?a, sino que puede ser hispano o latino.
En las declaraciones hay nombres, direcciones y hasta n¨²meros de tel¨¦fono, a menudo p¨²blicos, aunque tambi¨¦n hay palabras, frases y hasta p¨¢ginas completas tachadas en negro, con datos y nombres de personas que permanecen ocultos. Los documentos desclasificados por la jueza Loretta A. Preska dar¨¢n respuestas, pero no un listado de nombres famosos en situaciones comprometedoras, de abusadores, de amigos de Epstein ni una red clientelar. En 2019 se conocieron 2.000 p¨¢ginas, y en estos a?os se han ido lanzando m¨¢s y m¨¢s documentos, peticiones judiciales, aburrida documentaci¨®n legal que, m¨¢s que filtrar nada jugoso, dan cuenta del largo, pesado y repetitivo proceso por el que han pasado las v¨ªctimas hasta tener voz en una lucha que, de momento y con un par de culpables, parece lejos de haber acabado.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.