Violencia machista sin l¨ªmites

Siete menores han sido asesinados por sus padres en los primeros cuatro meses de este a?o, lo que eleva a 57 el n¨²mero de ni?os y ni?as que han perdido la vida desde que en 2013 se inici¨® el recuento por entender que era una forma de violencia machista. Se acu?¨® entonces el t¨¦rmino de violencia vicaria para definir el da?o que un hombre violento ejerce sobre una mujer a trav¨¦s de otras personas, sobre todo los hijos, para causarle el mayor dolor posible. Eso incluye, muchas veces, dejar viva a la mujer para que el sufrimiento le dure toda la vida. En otros casos, despu¨¦s de asesinar a los hijos, la mata tambi¨¦n a ella.

Tambi¨¦n los episodios en los que el asesinato de la madre y los ni?os forma parte de un plan del hombre para acabar con todo lo que forma parte de su vida, incluido ¨¦l mismo, son cr¨ªmenes machistas, pues implican un grado de posesi¨®n que no concibe que puedan o deban sobrevivir sin ¨¦l.

Estamos ante la mayor concentraci¨®n de casos desde que se hace el recuento y el hecho de que cinco de los siete infanticidios se hayan producido en Catalu?a podr¨ªa sugerir alg¨²n tipo de efecto de imitaci¨®n. Habr¨¢ que analizar con mayor detalle esta posibilidad, pero es frecuente en fen¨®menos que tienen un fuerte componente emocional. Las noticias sobre un asesinato machista no son interpretadas igual por un maltratador que por el resto de la poblaci¨®n.

Habr¨¢ que analizar tambi¨¦n si se est¨¢ produciendo alg¨²n tipo de cambio en el comportamiento de los maltratadores que los lleve a tener reacciones m¨¢s destructivas destinadas a amplificar la violencia; de qu¨¦ forma el discurso neomachista est¨¢ haciendo mella en personas j¨®venes que no han sido educadas en la aceptaci¨®n de l¨ªmites y que no toleran la frustraci¨®n.

La violencia vicaria est¨¢ recogida desde 2015 en la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero y en el pacto de Estado de 2017. Adem¨¢s, la ley de protecci¨®n a la infancia faculta a los jueces para suspender la patria potestad o el r¨¦gimen de visitas si detectan riesgo para los menores. Pero como en tantos otros asuntos, tener un marco jur¨ªdico no es suficiente para evitar el da?o. Lo que hay que determinar ahora es si todos los mecanismos previstos funcionan y cu¨¢les son las carencias que hay que subsanar.

En cinco de los siete asesinatos no hab¨ªa denuncia previa. Desde hace dos a?os, los protocolos de las comisar¨ªas incluyen indagar sobre el riesgo que corren los ni?os. Pero si la bolsa oculta de la violencia machista se estima en un 80%, la protecci¨®n de los menores es mucho m¨¢s dif¨ªcil. Por eso hay que reforzar las campa?as y protocolos de vigilancia en el sistema educativo y sanitario, y acelerar el despliegue de las unidades especializadas en investigaci¨®n y prevenci¨®n previstas en la ley.

Un punto de vulnerabilidad son los convenios de mutuo acuerdo que los padres firman sobre el r¨¦gimen de visitas de los hijos. Ser¨ªa deseable una mayor coordinaci¨®n y una unificaci¨®n de criterios entre los juzgados de familia y los de lo penal si media una situaci¨®n de maltrato. La concentraci¨®n de casos de los ¨²ltimos meses obliga a actuar con celeridad.