Siete ni?os asesinados por sus padres en los peores cuatro meses de violencia machista sobre menores
Tres de los agresores se suicidaron despu¨¦s, uno mat¨® tambi¨¦n a la madre y otro lo intent¨®. En cinco de los casos no hab¨ªa denuncia previa
Xavi ten¨ªa 10 a?os. Noa, siete. El lunes 8 de enero, su padre, Francisco B., precint¨® los conductos de entrada y salida de aire y abri¨® la llave del gas. Los Mossos encontraron los tres cad¨¢veres en ese piso del barrio de Horta, en la zona alta de Barcelona. El domingo 17 marzo, Cristian Iona envenen¨® con un pesticida a Larisa y Elisa, sus hijas, en un cortijo en mitad de la nada, en la pedan¨ªa de Las Alcubillas, muy cerca del desierto de Tabernas, en Almer¨ªa. Larisa ten¨ªa cuatro, Elisa hab¨ªa cumplido dos. Iona se suicid¨® despu¨¦s. El mi¨¦rcoles, 3 de abril, ?lex B.G. apu?al¨® a su hijo de cinco a?os, cuatro cuchilladas en la zona del coraz¨®n, e hizo lo mismo con Astrid, su pareja, hasta 20 veces, en la casa en la que conviv¨ªan hasta hac¨ªa unos d¨ªas en Bellcaire d¡¯Empord¨¤, en Girona. Huy¨® de all¨ª convencido de que la hab¨ªa asesinado, pero Astrid sobrevivi¨®, y ¨¦l est¨¢ en prisi¨®n provisional desde ese mismo d¨ªa. La noche anterior, Roberto D. asesin¨® a Vanesa, su pareja, a su hijo y a su hija, dos mellizos de ocho a?os, y despu¨¦s se suicid¨® en la estaci¨®n de tren de El Prat de Llobregat.
Cuatro padres han asesinado a sus hijas e hijos desde que comenz¨® enero y esos cr¨ªmenes convierten al inicio de 2024 en el periodo m¨¢s corto con m¨¢s asesinatos de menores por violencia machista desde que hay registro, en 2013. Desde entonces, son ya 57. Y son nueve las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas este a?o, 1.249 en el c¨®mputo total, que se inici¨® en 2003.
A por qu¨¦ ocurre esto, ninguna experta puede ¨Dni quiere¨D responder. Porque no hay una respuesta ¨²nica y porque falta diagn¨®stico, en eso s¨ª coinciden juristas, abogadas, psic¨®logas y otras especialistas. Tambi¨¦n el Ministerio de Igualdad, que convoc¨® la tarde del mi¨¦rcoles una reuni¨®n de urgencia ante este pico de casos. ¡°Estamos trabajando en distintas direcciones: por supuesto en un diagn¨®stico, porque es posible que se est¨¦ produciendo una variaci¨®n en cuanto a la reacci¨®n de los machistas y es atacar donde m¨¢s le puede doler a una mujer, que es violentando a los ni?os, es decir, generando esa violencia hacia los menores¡±, dijo Ana Redondo, la ministra, en declaraciones a los medios en el Congreso. Y adelant¨® que van a ¡°reforzar¡± las medidas que pueden tomarse desde su ¨¢rea, y la coordinaci¨®n tanto con otros ministerios como con autonom¨ªas y entidades locales.
Ese an¨¢lisis de lo que sucede es algo a lo que todas las instituciones se remiten. Cada caso, con las cuestiones estructurales comunes propias de la violencia machista, es, sin embargo, distinto: difieren edades, situaciones econ¨®micas, sociales, culturales e incluso policiales o penales.
Entre los siete asesinatos que ya registra este a?o, en el caso de Bellcaire no exist¨ªan denuncias previas por violencia de g¨¦nero, como tampoco en el de El Prat de Llobregat ni en el de enero, en Barcelona; s¨ª hab¨ªa denuncia de Alina Florentina contra Cristian Iona, el juicio por violencia machista iba a ser justamente el mi¨¦rcoles, pero, incluso con esa denuncia y un proceso pendiente, Iona ten¨ªa autorizado un r¨¦gimen de visitas. Hab¨ªa parejas que conviv¨ªan, parejas que se estaban separando, que se acababan de separar o que estaban pensando en hacerlo. Hab¨ªa una red familiar alrededor y pod¨ªa no haberla. Hab¨ªa situaciones de adicci¨®n a drogas, alcohol, cuestiones de salud mental o problemas econ¨®micos.
Ninguna de ellas son determinantes ni causales directas de la violencia: son factores de riesgo y pueden convertirse en disparadores de la violencia, pero, sobre todo, importan a la hora de establecer un diagn¨®stico y algo en lo que todas las especialistas insisten: la prevenci¨®n.
¡°Necesitamos estudios multidisciplinares en el que entren antrop¨®logos, juristas, soci¨®logos, psic¨®logos¡ Necesitamos un diagn¨®stico claro para saber qu¨¦ razones llevan a estos individuos a asesinar a sus hijos, a la madre y a suicidarse¡±, dice Teresa Peramato, la fiscal de sala de violencia sobre la mujer. No solo para entenderlo, sino porque de esa comprensi¨®n vendr¨¢n ¡°pol¨ªticas p¨²blicas en el ¨¢mbito de la prevenci¨®n, la educaci¨®n, pol¨ªticas que se ajusten a la realidad¡±, porque la Justicia, a?ade, ¡°interviene cuando ya ha sucedido, y si el agresor no se suicida, la ley caer¨¢ sobre ¨¦l, pero lo que ya ha ocurrido, el asesinato de esos ni?os y ni?as, ya no puede cambiarse, no hay vuelta atr¨¢s¡±.
Entre esas modificaciones, Peramato cree que hay que abrir el debate sobre los mutuos acuerdos que siguen d¨¢ndose entre madres y padres en contextos de violencia machista, como ocurri¨® en el caso del asesinato de Larisa y Elisa en Almer¨ªa. ¡°La fiscal¨ªa pidi¨® que no se acordaran visitas, orden de alejamiento y la disposici¨®n de pulsera, pero en el acuerdo civil, se mantuvo ese r¨¦gimen de visitas hasta el final¡±, recuerda la fiscal.
Esa situaci¨®n, que dos juzgados intervengan, el civil para las cuestiones de familia y el de la mujer para las cuestiones penales, tiene que ver en las grietas que se crean en el sistema y por las que acaba filtr¨¢ndose la violencia. Violeta Assiego, abogada y exdirectora general de Derechos y de la Infancia y la Adolescencia, alude a esa grieta como ¡°fundamental¡± y tambi¨¦n a la ¡°carencia en perspectiva de infancia que todav¨ªa existe en muchos de esos juzgados¡±, es decir, la visi¨®n de ni?os y ni?as como una especie de entes dependientes de madres y padres y no como ¡°sujetos de derechos¡±.
Recuerda, adem¨¢s, que en la Ley de Protecci¨®n Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, en vigor desde 2021, ¡°uno de los compromisos es esa coordinaci¨®n entre los distintos ¨®rganos, establecer mecanismos para la comprobaci¨®n de los procedimientos entre juzgados¡±. Con ese contexto judicial de alguna forma duplicado, Peramato explica que el mutuo acuerdo da pocas posibilidades a la fiscal¨ªa para oponerse, porque ¡°esa oposici¨®n ha de hacerse con argumentos, y si tienes una ley que dice que hay casos en los que se puede acordar, los progenitores acuerdan y t¨² no tienes pruebas para articular tu oposici¨®n, es muy complicado poder hacerlo¡±.
Por eso se decanta por abrir la posibilidad de repensar si el mutuo acuerdo ¡°es un recurso procesal adecuado, si cabe la mediaci¨®n cuando existe un desequilibrio absoluto, como sucede en las relaciones en las que se da la violencia de g¨¦nero, en las que las mujeres est¨¢n en una absoluta desventaja. Hablar sobre si es posible reformar la ley o si hay que establecer un espacio probatorio¡±, es decir, que la fiscal¨ªa recabe pruebas para que, dado el caso, pueda oponerse con ellas a ese mutuo acuerdo. ¡°Escuchando siempre a las mujeres y teniendo siempre en cuenta el inter¨¦s superior del menor¡±, matiza.
Pero todo eso es para antes. Antes de que haya padres que deciden asesinar a sus hijas, a sus hijos. ?Y despu¨¦s? ¡°M¨¢s bien ¡®todav¨ªa¡¯, porque hay cosas que a¨²n no pasan, que no se han implantado¡±, apunta Assiego. Enumera varias de ellas: ¡°Las modificaciones para hacer obligatorias las formaciones en perspectiva de infancia en la Justicia, por ejemplo. O la encuesta anual que deb¨ªa hacer el CIS para medir la opini¨®n de la poblaci¨®n sobre la violencia contra ni?os, ni?as y adolescentes, y tambi¨¦n sobre la utilidad de las medidas que estableci¨® la ley, que permitiera ver c¨®mo la percibe la sociedad y qu¨¦ medidas se pueden tomar desde las instituciones¡±.
Habla tambi¨¦n de ¡°la comisi¨®n de seguimiento entre Interior, Derechos Sociales y Justicia porque, se supon¨ªa, esta era una ley viva y hab¨ªa que ir viendo qu¨¦ funcionaba y qu¨¦ no¡±, y de ¡°las unidades especializadas en la investigaci¨®n y prevenci¨®n, detecci¨®n y actuaci¨®n de situaciones de violencia sobre la infancia y la adolescencia que deber¨ªan haberse creado en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado¡±.
De estas ¨²ltimas ya est¨¢ activa la de Canarias, y Pa¨ªs Vasco la incluy¨® en su Ley de Infancia y Adolescencia en vigor desde hace apenas dos meses, pero no es algo homog¨¦neo. Como ocurre con casi todas las medidas de todas las leyes, su despliegue tiene que ver en gran medida con el desarrollo que se haga no solo desde los ministerios, sino desde las propias autonom¨ªas.
Gabinetes de feminicidios
En Catalu?a, por ejemplo, donde han ocurrido cinco de los siete asesinatos en lo que va de 2024, hay cuestiones avanzadas respecto al resto del territorio. All¨ª los gabinetes de feminicidios se activan desde hace m¨¢s de una d¨¦cada; su ley de violencia sobre la mujer de 2008 ya abarc¨® la violencia machista m¨¢s all¨¢ de la pareja o expareja, y en 2020 una modificaci¨®n de esa ley incluy¨® el concepto de feminicidio y de violencia vicaria; se recaban datos de los asesinatos de menores desde 2012, un a?o antes de la estad¨ªstica nacional, y desde 2017 se contabilizan todas las formas de feminicidios, no solo los que se producen en el ¨¢mbito de las relaciones.
Ese repaso lo hace Laia Rosich, la directora general para la Erradicaci¨®n de las Violencias Machistas del departamento de Igualdad y Feminismos de la Generalitat, que cuenta que adem¨¢s del ¡°gabinete de crisis que se activa frente a un asesinato machista, y que es muy cercano a la poblaci¨®n¡± ¡ªequipos de psic¨®logas y otras especialistas se desplazan a las localidades para atender a familias y entornos, tanto sociales como educativos¡ª, van a formar ¡°una mesa de expertas en violencia machista, vicaria¡±, porque necesitan ¡°profundizar en lo que est¨¢ ocurriendo¡±.
Cuenta que ¡°ha habido un proceso hist¨®rico¡± por el que la perspectiva ha cambiado: ¡°Hace 20 a?os, parec¨ªa que los ni?os y las ni?as no formaban parte de la violencia machista, y que esta era solo sobre la madre. Cost¨® a?os que se los considerara v¨ªctimas directas¡±. Y ahora, asegura, ¡°es necesario un paso m¨¢s para saber qu¨¦ pasa, qu¨¦ herramientas hacen falta, c¨®mo hacer que deje de ocurrir¡±.
El tel¨¦fono 016 atiende a las v¨ªctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o, en 53 idiomas diferentes. El n¨²mero no queda registrado en la factura telef¨®nica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. Tambi¨¦n se puede contactar a trav¨¦s del correo electr¨®nico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el n¨²mero 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR 900 20 20 10. Si es una situaci¨®n de emergencia, se puede llamar al 112 o a los tel¨¦fonos de la Polic¨ªa Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicaci¨®n ALERTCOPS, desde la que se env¨ªa una se?al de alerta a la Polic¨ªa con geolocalizaci¨®n.
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