Los videojuegos, al rescate de la religi¨®n
Me parece bien que mi hijo viva de espaldas a Cristo, pero no puedo tolerar que viva de espaldas al Cristo de Vel¨¢zquez
Recib¨ª una educaci¨®n militantemente laica, descre¨ªda y mundana. En el colegio, era uno de los dos o tres chavales raritos que curs¨¢bamos ?tica. Mis padres me apartaron de las faldas de los curas y de los aromillas del incienso, pero yo a¨²n crec¨ª en una Espa?a donde lo religioso penetraba de forma natural. No hac¨ªa falta ir a misa ni tener una t¨ªa monja para saberse los sacramentos o la sinopsis de los evangelios. Como dec¨ªa Max Aub de Bu?uel, soy todo lo ateo que puede ser un espa?ol, que no es demasiado. En otras palabras: soy culturalmente cat¨®lico.
Mi hijo no lo es. Hace tiempo que su madre y yo notamos que su desconexi¨®n religiosa era absoluta: vive en una casa laica, descre¨ªda y mundana, y todo en el catolicismo le resulta extra?o, porque la cultura religiosa no se puede aprender en teor¨ªa. Se absorbe del aire, como la absorb¨ª yo. Y si en el aire no hay part¨ªculas, la doctrina no entra. Nunca pens¨¦ que me fuera a preocupar algo as¨ª, pero sin una cierta familiaridad con el catolicismo, el arte, la poes¨ªa, la m¨²sica y casi toda la cultura occidental se vuelven incomprensibles. Prueben a visitar el Museo del Prado con alguien que no sepa c¨®mo fue concebido Jes¨²s ni c¨®mo muri¨®: los cuadros no se entienden. Y a m¨ª me parece bien que mi hijo viva de espaldas a Cristo, pero no puedo tolerar que viva de espaldas al Cristo de Vel¨¢zquez.
Por suerte, la industria del videojuego ha venido a mi rescate, proporcion¨¢ndole la educaci¨®n religiosa que sus padres no hemos sabido darle. El otro d¨ªa me ense?¨® Cult of the lamb (el culto del cordero), una simp¨¢tica aventura que consiste en fundar una religi¨®n. Eres un corderito que va a ser sacrificado por los cuatro obispos, jefes de la fe antigua, pero en el ¨²ltimo instante viene el demonio a salvarte y te encomienda una misi¨®n: crear un culto en su honor y cargarte a los obispos. El corderito recorre los niveles convirtiendo a personajes para su causa, como hac¨ªan san Pablo en Anatolia o Mahoma en Arabia, y liquidando a los herejes. Y as¨ª, entre espadazos y conversiones, mi hijo ha aprendido c¨®mo nacen y crecen las religiones monote¨ªstas y algunos partidos pol¨ªticos.
Me encanta que lo haya hecho en un videojuego notablemente violento, que escandalizar¨¢ a los beatones antipantallas y a alg¨²n que otro abogado cristiano. Y la cosa funciona: despu¨¦s de matar a los obispos, a mi hijo ya le parecen menos abstractos los cuadros del Prado y la m¨²sica de Bach.
Los caminos de la fe son inescrutables, hasta que te los vende Nintendo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.