Porque el monstruo respira

Alemania lleva cinco a?os de crecimiento casi nulo y es una de las econom¨ªas europeas que necesitan m¨¢s inmigraci¨®n. Pero al mismo tiempo la ultraderecha xen¨®foba no deja de crecer: los sondeos le dan a AfD un 22% de voto en las elecciones europeas del mes que viene, m¨¢s del doble de lo que obtuvo en las ¨²ltimas federales de 2021. Eso explica el paso que han dado las mayores empresas del pa¨ªs al pedir el voto para los partidos proeuropeos. Saben que boicotear a la UE tiene consecuencias directas en sus cuentas de resultados. Y que el apodo del que Alemania ha presumido durante d¨¦cadas, la locomotora de Europa, se ha basado en que se les ve¨ªa eficientes y estables. Gracias a eso, entre otras cosas, han podido financiarse a un coste menor en los mercados internacionales.

Las compa?¨ªas est¨¢n defendiendo leg¨ªtimamente sus intereses, igual que lo han hecho siempre, por ejemplo, al contemporizar con China. Aunque esta iniciativa, a la que han llamado ¡°Defendemos los valores¡±, tiene su riesgo porque no est¨¢n llamando a sus empleados a ejercer su derecho a la participaci¨®n pol¨ªtica, sino a que voten a determinados partidos. Al margen de eso, hablan de la diversidad y la tolerancia como valor econ¨®mico a?adido y es clave que quienes se ocupan de los n¨²meros piensen as¨ª, porque ligar la inmigraci¨®n a la rentabilidad es otra forma de desmontar los bulos de la extrema derecha.

En lo pol¨ªtico, hace varios meses que Berl¨ªn reforz¨® el plan que ya ten¨ªa para proteger la democracia. Va a endurecer la vigilancia financiera de los grupos ultras, los requisitos para tenencia de armas y a controlar la desinformaci¨®n en redes. Alemania est¨¢ concienciada con que no basta con transmitir la memoria negativa sobre el nazismo y educar en democracia. Hace unos d¨ªas, el eurodiputado socialdem¨®crata Matthias Ecke recibi¨® tal paliza por parte de cuatro radicales que termin¨® en urgencias. La inteligencia nacional afirma que el extremismo de la ultraderecha es la mayor amenaza para la democracia alemana. Al monstruo, como dice la Nobel austriaca Elfriede Jelinek, se le escucha respirar.

En febrero se cumplieron dos a?os desde que el canciller Scholz anunci¨® la Zeitenwende, el giro en la pol¨ªtica exterior y de defensa alemana a ra¨ªz de la invasi¨®n rusa a gran escala de Ucrania. Ese cambio de era supone que Alemania se recoloque en el mundo y acepte cosas que se le hac¨ªan dif¨ªciles de tragar hace unas d¨¦cadas, como enviar armas a una zona de guerra. Tambi¨¦n est¨¢ generando en la gente inseguridad e incertidumbre, los alimentos de la extrema derecha.