M¨¢s plazas p¨²blicas en FP
Todas las administraciones deben implicarse para que la desigualdad econ¨®mica no frustre las expectativas de miles de alumnos
La Formaci¨®n Profesional ha dejado de ser el pariente pobre del sistema educativo espa?ol. En buena medida, por su alta tasa de empleabilidad en un pa¨ªs con un cr¨®nico problema de paro juvenil: el 27,7% entre los menores de 25 a?os. El curso pasado, el ¨²ltimo con datos oficiales, fue el segundo consecutivo en el que se super¨® el mill¨®n de alumnos de FP, con un crecimiento del 32% en un lustro. Ese aumento de la demanda no ha ido, en cambio, paralelo a un incremento suficiente de la dotaci¨®n de plazas en centros p¨²blicos.
Este hecho, unido a algunos desajustes entre la formaci¨®n y las necesidades del mercado laboral, se traduce en que, mientras algunos ciclos registran muy escasa demanda, miles de alumnos se quedan sin poder acceder a otros. Muchos de esos estudiantes se ven abocados a cambiar de expectativas y cursar el bachillerato, un cambio obligado que puede derivar en abandono escolar o desempleo. Los titulados de FP de grado medio, por ejemplo, sufren menos paro y tienen mejores sueldos que sus hom¨®logos bachilleres a los cinco a?os de haber concluido los estudios.
El problema no es la excelencia acad¨¦mica de esos alumnos, sino que la oferta p¨²blica se muestra incapaz de absorber la demanda, en especial en las profesiones m¨¢s solicitadas, como Sanidad o Inform¨¢tica y Comunicaciones. El esfuerzo inversor del Gobierno, que ha destinado desde 2020 m¨¢s de 748 millones a la creaci¨®n de m¨¢s de 331.000 plazas, no siempre ha ido acompa?ado de una respuesta similar por parte de las comunidades aut¨®nomas, que tienen las competencias educativas. Esta falta de ajuste ha sido aprovechada por la red privada ¡ªen ocasiones, de la mano de fondos de inversi¨®n¡ª, que ha visto un nicho de mercado en ascenso y ha contado, al tiempo, con el apoyo de determinadas administraciones regionales. Pese a que la red p¨²blica sigue siendo la mayoritaria, en la ¨²ltima d¨¦cada los alumnos de grado medio en centros privados han aumentado un 81%, mientras los de los p¨²blicos lo hac¨ªan solo un 16%. En los grados superiores, la diferencia resulta mucho m¨¢s llamativa: el 205% frente al 36%.
Espa?a tiene en la FP una de sus mejores cartas para recortar el desempleo juvenil, reducir la tasa de abandono escolar temprano (la segunda m¨¢s alta de la UE) y mejorar el nivel educativo. Ser¨ªa un error entorpecer esas posibilidades con una brecha econ¨®mica y social que excluya a los estudiantes y a las familias sin capacidad de pagarse un centro privado. No est¨¢ en cuesti¨®n, en absoluto, el respeto a la iniciativa empresarial, tambi¨¦n en la ense?anza, pero la obligaci¨®n de cualquier Administraci¨®n es plantear una oferta suficiente en la ense?anza p¨²blica, sin postergarla por razones de mercado o, lo que ser¨ªa peor, por razones ideol¨®gicas.
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