Garantizar la vida

La llegada de la democracia coincidi¨® en Espa?a con el auge de los acuarios, que las clases medias empezaron a instalar en los salones de sus viviendas como prueba de buen gusto. En mi casa tuvimos uno cuya poblaci¨®n hab¨ªa que reponer continuamente porque mor¨ªan con frecuencia. A m¨ª, que no me gustan los peces bajo techo (dan mala suerte), el espect¨¢culo me pon¨ªa los pelos de punta. Finalmente, advert¨ª que los animales se adquir¨ªan sin criterio alguno, de modo que los que no fallec¨ªan por un problema de temperatura mor¨ªan porque el agua era demasiado dulce o demasiado salada. Tampoco era raro que mis padres introdujeran especies incompatibles, que se devoraban entre s¨ª. Disfrut¨¢bamos, pues, de la visi¨®n de una carnicer¨ªa cotidiana mientras d¨¢bamos cuenta de la merluza al horno con patatas.

Un d¨ªa me atrev¨ª a protestar:

¡ªNo ten¨¦is ni idea de c¨®mo funciona un acuario. Os interesa m¨¢s la decoraci¨®n que la biolog¨ªa.

Discutimos un rato sin que la cosa fuera a mayores y en esto lleg¨® la hora de votar por primera vez tras los 40 a?os de dictadura de Franco, Franco, Franco y todo eso. Como yo ya ten¨ªa edad de hacerlo, me plant¨¦ a primera hora en el colegio electoral para ser de los primeros en depositar la papeleta. Fue entonces cuando me sorprendi¨® la semejanza entre la urna y el acuario. Imagin¨¦, pues, la dif¨ªcil convivencia de los votos en el interior de la caja de cristal, pues all¨ª se mezclaban los de las izquierdas de todas las tendencias imaginables con los de las numeros¨ªsimas derechas. Me pregunt¨¦ si tendr¨ªan las dificultades de trato de los peces y si los agrup¨¢bamos como era debido, que viene a ser lo que dijo Vargas Llosa sobre la importancia de votar bien. La frase, en su contexto, era sumamente incorrecta, pero votar bien, este domingo, significar¨ªa frenar a la extrema derecha. Un objetivo tan peque?o que sabe a derrota, pero que garantiza la vida en el acuario. A ver qu¨¦ pasa.