Europe¨ªsmo supremacista
Est¨¢ en marcha en la UE una OPA sobre la derecha convencional, previa destrucci¨®n de los cordones sanitarios
En vez de salir de Europa o destruirla, ocuparla y cambiarla desde dentro. La lecci¨®n del Brexit est¨¢ aprendida. Tambi¨¦n la idoneidad del Parlamento Europeo como plataforma para experimentos disruptivos.
Ideas no faltan. Las distintas extremas derechas cuentan con las propias, cultivadas en sus ¨¢speros combates contempor¨¢neos, ...
En vez de salir de Europa o destruirla, ocuparla y cambiarla desde dentro. La lecci¨®n del Brexit est¨¢ aprendida. Tambi¨¦n la idoneidad del Parlamento Europeo como plataforma para experimentos disruptivos.
Ideas no faltan. Las distintas extremas derechas cuentan con las propias, cultivadas en sus ¨¢speros combates contempor¨¢neos, pero tambi¨¦n con las heredadas de las ideolog¨ªas pardas que hace cien a?os promovieron la construcci¨®n de una unidad europea totalitaria e imperialista, basada en la raza y la identidad cultural, hasta conducir a la guerra y la ruina.
Un europe¨ªsmo alternativo se ha instalado entre nosotros frente al que hemos conocido hasta ahora, posnacional, abierto a todas las identidades y organizado a partir de la cooperaci¨®n intergubernamental y las transferencias de soberan¨ªa, los valores liberales y los derechos humanos. El nuevo es hostil a los inmigrantes, especialmente musulmanes, y se aferra a la ¨²nica identidad que considera genuina, ¨¦tnicamente blanca y culturalmente judeocristiana.
Desde el pasado domingo, se ha hecho m¨¢s expl¨ªcita su impronta en la agenda de las pol¨ªticas en curso sobre inmigraci¨®n, seguridad o medio ambiente y m¨¢s evidente su capacidad de alianza con la derecha convencional. Como Trump en Estados Unidos, que se ha apoderado del Partido Republicano, se dir¨ªa que en Europa est¨¢ en marcha una OPA sobre la derecha convencional, previa destrucci¨®n de los cordones sanitarios.
No es un fen¨®meno ca¨ªdo del cielo, sino que sus ra¨ªces se hunden en la historia. Dos recientes libros de sendos polit¨®logos, el americano Robert Kagan (Rebellion: How Antiliberalism Is Tearing America Apart-Again) y el europeo Hans Kundnani (Eurowhiteness: Culture, Empire and Race in the European Project), han se?alado las corrientes antiliberales siempre presentes pero sumergidas tanto en el Partido Republicano en Estados Unidos como en el consenso europe¨ªsta de Bruselas. Ambas tradiciones vienen del mismo pasado, el del esclavismo y el colonialismo del siglo XIX y el del segregacionismo racista y los fascismos del XX.
Muchas cosas han cambiado desde entonces. Alemania no volver¨¢ a las andadas. No hay colonialismo, pero persisten una cierta a?oranza y no pocos instintos excluyentes respecto a quienes fueron colonizados y sus descendientes. El antisemitismo, que defin¨ªa a los nacionalismos m¨¢s agresivos y condujo al Holocausto, ha sufrido una inquietante metamorfosis, pues son las izquierdas anticoloniales quienes lo abanderan, mientras las extremas derechas militan en el anti-antisemitismo y en favor de Israel.
Permanece, en cambio, una genuina pulsi¨®n nacionalista, naturalmente blanca y cristiana, elevada ahora al ¨¢mbito europeo y alimentada por el mito conspiranoico de la Gran Sustituci¨®n, la fantas¨ªa ultra sobre el proyecto de sustituci¨®n de la poblaci¨®n aut¨®ctona por migrantes de piel oscura y religi¨®n musulmana hasta la destrucci¨®n de la identidad europea.
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